En materia fiscal, el Ministerio de Finanzas indicó que el desembolso estimado desde principios de año hasta el 31 de julio ascendió a 388.301 billones de VND, lo que representa el 39,45 % del plan anual y el 43,9 % del plan asignado por el Primer Ministro (en el mismo período de 2024, las cifras correspondientes fueron del 27,76 % y el 33,8 % respectivamente). Numerosos proyectos estratégicos de infraestructura se encuentran en su fase de mayor desarrollo. Esto demuestra que el aparato ejecutivo se esfuerza por mantenerse al día con las exigencias de impulsar el crecimiento.
Sin embargo, el camino desde la "buena señal" hasta el objetivo gubernamental de un crecimiento del PIB del 8,3-8,5% aún queda mucho por recorrer, especialmente en el contexto de la fortaleza del dólar estadounidense, que ejerce presión sobre los tipos de cambio, las tasas de interés y los costos de importación. La gestión de la política monetaria este año requiere una clara reflexión. Por un lado, el Banco Estatal debe mantener la estabilidad de los tipos de cambio en el contexto de la política monetaria restrictiva de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED); por otro, debe garantizar suficiente liquidez para que las empresas expandan su producción y aprovechen las oportunidades del mercado.
El crecimiento del crédito del 9,64 % en los primeros siete meses del año refleja un esfuerzo concentrado y clave para abrir la válvula de capital. Sin embargo, para mantener este impulso, es necesario seguir priorizando el capital para sectores de alto valor añadido, limitando los flujos hacia áreas de riesgo como la especulación inmobiliaria o los valores a corto plazo. En particular, el Banco Estatal de Vietnam debe estar preparado para ajustar los límites de crédito en el tercer y cuarto trimestres si la economía muestra indicios de necesitar una aceleración.
En términos de política fiscal, esta política en 2025 ha comenzado con mayor rapidez que en muchos años anteriores, pero el ritmo de desembolso de capital de inversión pública aún debe aumentar. Cada mes de desembolso lento representa una oportunidad de crecimiento perdida. Además, según numerosos expertos, el presupuesto debería centrarse en paquetes de apoyo selectivos —dirigidos a las pequeñas y medianas empresas, la innovación tecnológica, la transformación digital y la infraestructura estratégica— en lugar de dispersarlos. La expansión de las asociaciones público-privadas (APP) tendrá un doble efecto: reducir la presión presupuestaria y atraer capital social para proyectos importantes.
En cuanto a la inflación, según la Oficina General de Estadística, en los primeros siete meses del año, el índice de precios al consumidor (IPC) promedio aumentó un 3,26 % en comparación con el mismo período de 2024, y la inflación subyacente aumentó un 3,18 %. Se prevé que, para todo el año, la inflación probablemente se mantenga controlada según lo dispuesto por la Asamblea Nacional (4,5 % - 5 %), "incluso en el umbral del 3 % - 3,4 %", según el Dr. Nguyen Duc Do, subdirector a cargo del Instituto de Economía y Finanzas.
Este es un factor clave que otorga a las políticas monetarias y fiscales mayor margen para impulsar el crecimiento sin generar una presión excesiva sobre los precios. Sin embargo, la presión importadora derivada de la fortaleza del dólar estadounidense, junto con las fluctuaciones en los precios mundiales de la energía y los alimentos, aún puede impulsar el IPC al alza si las políticas son inconsistentes.
Según numerosos expertos económicos, de aquí a fin de año, la política monetaria debe estabilizar las tasas de interés de los préstamos, garantizar la liquidez del sistema y regular con flexibilidad los tipos de cambio. Con el inicio del año fiscal, es necesario acelerar el desembolso de la inversión pública y preparar proactivamente recursos para proyectos clave, especialmente aquellos con efectos indirectos a largo plazo, como carreteras, puertos marítimos y energías renovables. El período de aquí a fin de año es el período de "sprint": cada porcentaje de crecimiento del crédito, cada mil millones de dongs de desembolso de inversión pública, si se destina al lugar y momento adecuados, generará un efecto indirecto inmediato para toda la economía.
El año 2025 pondrá a prueba la capacidad de coordinar políticas macroeconómicas. El desafío no es pequeño, pero hay margen y determinación. El problema reside en mantener un ritmo coordinado, sin dejar que las políticas se desfasen a mitad de camino. Para entonces, el motor económico vietnamita podrá acelerar al máximo hasta la meta, y el objetivo de crecimiento del 8,3-8,5 % no será imposible.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/nhip-doi-chinh-sach-tai-khoa-tien-te-va-muc-tieu-tang-truong-post808237.html
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