El Manchester City jugó un día después del Liverpool y el Arsenal, considerados "los olvidados" de la contienda, pero hicieron lo más importante: ganar. Contra el Brentford, la noche del 5 de octubre, la actuación no fue fluida, pero los goles llegaron, y la clave seguía siendo Erling Haaland.
Recordatorio del Manchester City
El momento decisivo fue "típico": Josko Gvardiol envió el balón por encima de la línea, Haaland superó a Sepp van den Berg (el central que el Liverpool vendió por unos 25 millones de libras) y remató con serenidad. El gol elevó la cuenta del delantero noruego a nueve goles en la Premier League esta temporada, un recordatorio de que un atacante de primera clase puede tapar muchas fallas del sistema.
Aunque no está directamente relacionado con el Liverpool, el partido en Gtech estuvo lleno de conexiones con Anfield. Jordan Henderson, van den Berg y Caoimhin Kelleher fueron titulares en el Brentford; Fabio Carvalho entró al final del partido. Solo por las tres adquisiciones directas del Liverpool, "The Bees" gastó unos 70 millones de libras. En la silla del entrenador visitante, la imagen de Pep Lijnders sentado junto a Pep Guardiola hizo aún más extraña la imagen de la conexión con el Liverpool.
En cuanto al partido, la descripción del exdefensa del Manchester United, Gary Neville, de que el encuentro había sido "desastroso" antes del inicio no estuvo lejos de la realidad. El Manchester City solo tuvo cuatro disparos a puerta en todo el encuentro. En la segunda mitad, la ocasión más clara la tuvo Igor Thiago del Brentford en un encuentro cara a cara.
La defensa del Manchester City dejó ocasionalmente huecos a la zaga que Kevin Schade e Igor Thiago aprovecharon. En el centro del campo, Tijjani Reijnders y Phil Foden mostraron potencial como 8 ofensivos, pero la mayor preocupación fue la salida de Rodri del campo en el minuto 22, dejando paso a Nico González, algo que Pep no quería en un calendario tan apretado.
El Liverpool se está estancando. |
Sin embargo, el panorama general muestra que ningún equipo ha despegado. Liverpool, Arsenal y Manchester City han marcado un número de goles bastante similar, mientras que Oscar Bobb, Savinho (y Jeremy Doku desde el banquillo) solo han generado energía, y su rendimiento sigue siendo inestable.
Hace dos semanas, el Arsenal aún era sospechoso de "perder algo" tras una derrota tardía en Anfield. Esta semana, el Liverpool sufrió otra dolorosa derrota contra el Chelsea, lo que le dio al Manchester City el impulso para recortar la diferencia a 2 puntos. De hecho, los "Cityzens" perdieron dos partidos, lo que significa que su récord general es peor que el del Liverpool; la diferencia es que empataron con el Arsenal, mientras que el Liverpool venció al Arsenal.
En ese contexto, la declaración de Pep fue como un ancla de razón: "Vuestro trabajo (mediático) es muy valiente porque siempre preveéis lo que va a pasar. Yo no. Después de siete partidos, es demasiado pronto para analizar".
La Premier League es demasiado impredecible
Ese "demasiado pronto" queda ilustrado por los vertiginosos cambios emocionales de la opinión pública. Hace apenas ocho días, Paul Merson dijo que la carrera estaba "casi decidida" si el Liverpool ganaba en Selhurst Park y el Arsenal perdía contra el Newcastle. Tan solo una jornada después, todo se invirtió: el Liverpool perdió fuelle, el Arsenal resurgió, el Manchester City le siguió de cerca; la historia de "quién ganará" cambió de manos varias veces en tan solo 90 minutos.
Desde la perspectiva del Liverpool, la frase "El Manchester City ganó a pesar de no ser muy bueno" evoca una imagen familiar de sí mismos al principio de la temporada: sin necesidad de jugar con gran brillantez, pero siempre sabiendo cómo dar el golpe decisivo en el momento justo. Sin embargo, eso no significa que todos los problemas de los "Ciudadanos" estén resueltos. Aún tienen que lidiar con el problema de la sobrecarga de Rodri, la inestabilidad en la banda izquierda y la inmadurez en la toma de decisiones de un grupo de jóvenes con potencial.
La diferencia radica en que Erling Haaland está volviendo poco a poco a su frialdad: eficiente, implacable y casi imparable. Un delantero centro de tan alto rendimiento es suficiente para compensar los momentos de incertidumbre en los que el equipo aún está en transición y perfeccionamiento.
El Manchester City está de vuelta. |
¿Y el Liverpool? El panorama no es trágico todavía. La lógica sugiere que cuando Alexander Isak, Hugo Ekitike, Florian Wirtz y Mohamed Salah recuperen el ritmo y la comprensión, el sistema de Arne Slot será más fluido. La Premier League es cruel: tan solo 3 o 4 jornadas pueden cambiar el rumbo del rendimiento.
Virgil van Dijk recalcó en Stamford Bridge: «En el fútbol, cada tres o cuatro días, las cosas pueden cambiar. Quien pierda los estribos, que lo recuerde».
De cara al futuro, el tridente Liverpool-Arsenal-Man City sigue dominando el partido. La diferencia es sutil: el City tiene un hombre capaz de decidir incluso cuando las cosas se ponen difíciles; el Arsenal ha aprendido a sobrevivir en partidos "desagradables"; y el Liverpool, tras una mala semana, necesita volver a lo básico: cerrar el espacio entre líneas, restablecer la presión y ser implacable en el área.
Después de todo, la realidad de la carrera por el título no es que el Liverpool esté fuera de la contienda, sino que ningún equipo se ha clasificado aún para ser el candidato número uno después de siete partidos. El Manchester City ganó, pero aún mostró problemas; el Arsenal fue más pragmático, pero aún no ha llegado a la meta; el Liverpool tropezó, pero aún tiene muchos días para enmendarlo. La temporada se decidirá por semanas intensas, lesiones menores y la capacidad de superar los días malos.
El resto es paciencia, y en este punto, Pep tiene razón: no hay que apresurarse a juzgar en octubre. En la Premier League, el campeón no es el equipo que más ruido hace hoy, sino el que menos errores comete de aquí a mayo.
Fuente: https://znews.vn/pep-da-dung-post1591116.html
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