Las autoridades kenianas dicen que el número de muertos por el ayuno para “encontrarse con Jesús” ha aumentado a 303 después de que se descubrieran 19 cuerpos en el bosque de Shakahola, cerca de la ciudad de Malindi.
Las autoridades recuperan un cadáver de un bosque en Shakahola, cerca de la ciudad costera de Malindi, Kenia. (Fuente: Associated Press)
El número de muertos de una secta religiosa keniana que ayunó para “encontrarse con Jesús” ha superado los 300 después de que se encontraran 19 cuerpos nuevos el mismo día, confirmó el 13 de junio la comisionada costera de Kenia, Rhoda Onyancha.
Según un reportero de VNA en África, el Sr. Onyancha afirmó que el número de muertos ha ascendido a 303 después de que se exhumaran 19 cuerpos.
La policía keniana cree que la mayoría de los cuerpos encontrados en el bosque de Shakahola, cerca de la ciudad de Malindi, en el océano Índico, pertenecen a seguidores de Paul Nthenge Mackenzie, un taxista convertido en predicador que ha estado bajo custodia policial desde el 14 de abril.
Se enfrentará a cargos de “terrorismo” en un caso que ha sacudido a la nación del este de África.
El fundador de 50 años de la Iglesia Internacional Buenas Noticias se entregó el 14 de abril.
Si bien la inanición parecía ser la principal causa de muerte, algunas de las víctimas, incluidos niños, fueron estranguladas, golpeadas o asfixiadas, según el patólogo Johansen Oduor.
Se han planteado dudas sobre cómo Mackenzie logró evadir a las fuerzas del orden a pesar de sus antecedentes de participación en el extremismo y sus condenas previas.
Paul Mackenzie Nthenge fue arrestado en 2017 bajo cargos de "radicalización" por abogar por que los niños no asistieran a la escuela, argumentando que la educación no está reconocida en la Biblia.
La espantosa historia ha conmocionado a los kenianos y ha llevado al presidente William Ruto a ordenar la creación de una comisión de investigación sobre las muertes y un grupo de trabajo para revisar el sistema regulatorio que rige las instituciones religiosas en la nación del este de África.
La "masacre de Shakahola" ha reavivado el debate sobre el control de las prácticas religiosas en Kenia, un país predominantemente cristiano donde los "pastores", las "iglesias" y otros movimientos religiosos se han convertido en temas centrales.
Los intentos anteriores de regular la actividad religiosa se han topado con una fuerte oposición, particularmente en nombre de la separación entre la Iglesia y el Estado.
Otro pastor acusado de tener vínculos con Mackenzie y los cuerpos encontrados en el bosque ha sido puesto en libertad bajo fianza. Ezekiel Odero, un prominente y adinerado evangelista, está siendo investigado por diversos cargos, entre ellos asesinato, suicidio asistido, secuestro, radicalización, crímenes de lesa humanidad, crueldad infantil, fraude y blanqueo de capitales.
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