Algunos hábitos de los niños pequeños pueden ayudar a los adultos a mejorar su salud física y mental - Foto: FATHERLY
Según The New York Times , el Dr. Hasan Merali, profesor asociado de pediatría en la Universidad McMaster (Canadá), ha tratado a miles de pacientes de entre 1 y 5 años y ha descubierto que algunos hábitos de los niños pequeños pueden mejorar la salud mental y física de los adultos.
1. Diálogo interno positivo
Los niños pequeños suelen hablar solos, un hábito conocido como diálogo interno. Según la Dra. Merali, a los niños pequeños no les molesta hablar solos, y los adultos deberían hacer lo mismo.
Las investigaciones demuestran que el diálogo interno positivo ayuda a los adultos a resolver problemas, aprender y tener más confianza en sí mismos.
2. Aprovecha cada oportunidad para moverte
El señor Merali comentó que los niños de dos años son activos durante casi cinco horas al día y se mueven con alegría e instintivamente. Los adultos deberían imitar este hábito, aunque solo sea durante uno o dos minutos.
Los estudios demuestran que breves sesiones de ejercicio pueden aumentar nuestra esperanza de vida en 10 minutos al día. Cuando tengas tiempo, camina por casa o intenta hacer algo de ejercicio durante la jornada laboral.
3. Haz preguntas
Los niños pequeños no tienen miedo de preguntar cuando tienen dudas, afirma Merali. Según un estudio reciente, los niños pequeños hacen un promedio de 107 preguntas por hora.
Los adultos suelen ser reacios a hacer preguntas por temor a que los demás los consideren tontos. De hecho, preguntar de forma proactiva no solo nos ayuda a adquirir nuevos conocimientos, sino que también contribuye a fortalecer las relaciones sociales.
4. Tiempo de descanso fijo
Según el Dr. Alberto Ramos, neurocientífico que trabaja en la Facultad de Medicina Miller de la Universidad de Miami (EE. UU.), los niños pequeños suelen descansar a horas e intervalos fijos.
Esto les ayuda a estar más sanos y a desarrollarse mejor, especialmente durante las siestas.
5. Ríete cuando puedas
Los niños ríen seis veces más que los adultos. Diversos estudios han demostrado que la risa reduce las hormonas del estrés, mejora la función inmunológica, relaja los músculos, mantiene la circulación sanguínea y mejora el suministro de oxígeno al cerebro y a muchos otros órganos.
Por lo tanto, debemos buscar activamente la alegría cuando podamos. Los datos muestran que nos reímos más cuando estamos con amigos, pasamos tiempo con ellos o hacemos cosas que nos hacen sentir felices y cómodos.
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