Residuos: el enemigo invisible del desarrollo sostenible
Vietnam está entrando en una nueva era, un período de profunda integración, fuerte transformación digital y feroz competencia global. Allí, cada recurso, por pequeño que sea, es valioso, cada decisión desde el nivel macro hasta las políticas específicas debe apuntar a una efectividad sustentable.
En ese camino, la prevención y el combate del desperdicio ya no son un eslogan propagandístico, sino un imperativo vital para el desarrollo, como enfatizó el Secretario General To Lam en el artículo "Combatiendo el Desperdicio": "Nos encontramos ante una oportunidad histórica para llevar al país a una era de crecimiento nacional. Este es también el momento de forjar nuestro futuro. Para aprovechar las oportunidades, superar los desafíos, incrementar considerablemente los recursos para cuidar de la gente, enriquecer al país en el nuevo período revolucionario y construir un futuro brillante, la labor de prevención y combate del desperdicio debe implementarse de forma drástica y coordinada...".
Los residuos no son un fenómeno nuevo. Pero en el contexto actual, cuando el presupuesto nacional todavía es ajustado, cuando las expectativas de la gente hacia un Estado honesto y constructivo son cada vez más claras, todas las manifestaciones de despilfarro se convierten en cuellos de botella, incluso en obstáculos para el desarrollo.
El despilfarro se produce en muchos aspectos: despilfarro de inversión pública, despilfarro de recursos territoriales, despilfarro de tiempo en la gestión de trámites administrativos, despilfarro de recursos humanos en los aparatos, despilfarro en educación y formación, en sanidad, en ciencia y tecnología... Y lo preocupante es que muchas formas de despilfarro no se registran como pérdidas directas en dinero, sino que causan consecuencias latentes a largo plazo: lento avance de los proyectos, obras abandonadas, maquinaria comprada que no se utiliza, funcionarios que no pueden hacer su trabajo pero mantienen su puesto...
En el artículo “Luchando contra el desperdicio”, el Secretario General To Lam afirmó: Estamos ante una oportunidad histórica para llevar al país a una era de crecimiento nacional… el trabajo de prevención y combate al desperdicio necesita implementarse de manera resuelta y sincrónica. Foto: Ha Tinh |
La consecuencia no es sólo un desperdicio del dinero del Estado y del pueblo, sino también una erosión de la confianza social y una pérdida de competitividad nacional. Cuando los recursos están dispersos y la eficiencia de la inversión es baja, el objetivo del desarrollo sostenible sigue siendo sólo teórico.
Bastan unas cuantas cifras para hacer sonar la alarma: según el Informe de Auditoría Estatal, cada año decenas de miles de billones de VND se utilizan para fines equivocados, de forma ineficaz o no se desembolsan. Hay proyectos de inversión pública con aumentos de capital de miles de billones de dongs, que pueden durar décadas sin completarse. Los terrenos públicos son abandonados o alquilados a precios bajos, lo que ocasiona graves pérdidas presupuestarias.
En los campos de la educación y la salud, muchas localidades construyen escuelas espaciosas pero carecen de profesores y alumnos; Muchos proyectos de hospitales satélite están en construcción o se han completado y se cierran poco después de su puesta en funcionamiento porque muchos elementos aún están en construcción y la mayoría de ellos no cuentan con equipo médico... El ejemplo más típico es el proyecto de la segunda instalación de los hospitales Bach Mai y Viet Duc en Ha Nam.
A nivel local se están implementando vigorosamente muchos programas y proyectos pero carecen de una base para evaluar su eficacia, lo que conduce a la formalidad, la ostentación y el derroche de gastos. Los modelos de “nuevas zonas rurales”, “ciudades inteligentes”, “transformación digital”… si no se implementan de forma sistemática, transparente y sustancial, también corren el riesgo de convertirse en lugares de gran desperdicio.
Necesidad de un «índice de residuos» como auténtica herramienta de gestión
En una reciente directiva, el Secretario General To Lam enfatizó: la lucha contra el despilfarro no es solo una exigencia de la gestión económica sino también una responsabilidad política, una ética pública, que demuestra la capacidad y la conciencia de servicio al pueblo de cada cuadro, funcionario y empleado público. Este es un recordatorio y un llamado a la acción.
El artículo del Secretario General “Luchando contra el despilfarro” también hizo una petición específica: “Es necesario unificar la percepción de que la lucha contra el despilfarro es una lucha ardua y complicada contra los “invasores internos”; es parte de la lucha de clases; tiene una posición equivalente a la lucha contra la corrupción y la negatividad para construir nuestro Partido fuerte, “ético, civilizado”.
La realidad exige que para combatir eficazmente el desperdicio es necesario actuar desde la raíz. Es imposible simplemente exigir responsabilidades sin un mecanismo de inspección, supervisión y tratamiento estricto. Es imposible simplemente lanzar lemas de “ahorro” y “eficiencia” sin criterios de medición y herramientas específicas para evaluar cuantitativamente la efectividad del uso de los recursos.
Prevención y control de residuos: Un imperativo de desarrollo en la nueva era. Ilustración |
El líder del Partido ha sugerido soluciones específicas para hacer más práctica y efectiva la lucha contra el desperdicio, tales como: Innovar fuertemente el trabajo de construcción, perfeccionamiento y aplicación de las leyes, considerando esto un factor importante para prevenir y combatir el desperdicio. Evaluar periódicamente la eficacia y la calidad de las políticas después de su promulgación para ajustar con prontitud las deficiencias y los conflictos, minimizando la pérdida y el desperdicio de recursos.
En particular, el Secretario General solicitó la necesidad de replicar ejemplos típicos de inversiones y proyectos efectivos, a saber: Resumir y replicar la experiencia de implementación del proyecto de la línea 3 de 500 kV Quang Trach (Quang Binh) - Pho Noi (Hung Yen) para acortar el tiempo de implementación de proyectos clave de inversión pública nacional, carreteras, proyectos interregionales clave y proyectos con efectos indirectos.
Es hora de que Vietnam desarrolle y publique un sistema de “índices de desperdicio” para cada ministerio, sector y localidad, como parte del sistema de evaluación de la eficacia de la administración pública. Este índice debe reflejar aspectos como: tasa de desembolso de la inversión pública, eficiencia en el uso del suelo público, nivel de superposición entre programas objetivo, tasa de uso de los activos públicos, eficiencia del gasto regular, número de documentos administrativos generados, etc.
La publicación periódica de este índice será una forma de promover la rendición de cuentas, crear presión en la opinión pública y al mismo tiempo convertirse en una herramienta para que el Gobierno evalúe con precisión el uso de los recursos y ajuste rápidamente las políticas.
Ante todo, debemos ver que la lucha contra el desperdicio no es una tarea grande y lejana, sino que hay que empezar por las cosas más pequeñas. Es tan sencillo como apagar las luces innecesarias en la oficina, apagar el aire acondicionado cuando no estás en la oficina..., o un poco más grande, no organizar conferencias o seminarios formales; revisar los gastos innecesarios; utilizar los vehículos públicos para los fines adecuados; Digitalizar documentos para reducir costes de papel…
Los ministerios, sucursales y localidades necesitan establecer un sistema efectivo de monitoreo interno, delegando autoridad a los líderes pero que debe estar acompañado de un alto nivel de rendición de cuentas. El aparato de auditoría e inspección debe operar con mayor fuerza, con mayor independencia y, sobre todo, con mayor transparencia. El tratamiento de los casos de despilfarro debe ser tan estricto como el de la corrupción porque en esencia son dos caras del mismo problema: el desperdicio de los recursos nacionales.
La lucha contra el desperdicio, en su esencia, es una gestión eficaz. Cada centavo gastado debe crear valor, cada proyecto implementado debe tener beneficios específicos, cada política emitida debe ser factible y medible. No podemos permitir que la situación de "los pobres siguen gastando generosamente", "distribuyendo la inversión" y "siguiendo las tendencias" continúe en un período en que todos los países se apresuran a optimizar los recursos.
Para ascender en la nueva era, Vietnam no puede permitir que el desperdicio lo detenga. Es hora de que cada localidad, cada industria y cada funcionario consideren la lucha contra el desperdicio como una responsabilidad personal, un honor profesional y un imperativo de desarrollo que no se puede retrasar.
El 22 de abril de 2025, el viceprimer ministro Nguyen Hoa Binh firmó la Decisión No. 806/QD-TTg que promulga la Estrategia nacional de prevención y control de residuos hasta 2035. La Decisión establece claramente que el objetivo general es prevenir y repeler los residuos, contribuir a la gestión y el uso eficaces de los recursos del país, movilizar la fuerza del pueblo y llevar al país a una nueva era, una era de crecimiento, una era de desarrollo, riqueza y prosperidad; Mantener la estabilidad política y el desarrollo socioeconómico. El objetivo específico es superar las limitaciones y deficiencias de las políticas y leyes; Fortalecer la aplicación de la ley en los ámbitos socioeconómicos, especialmente en aquellos propensos al despilfarro. La Decisión también establece ocho grupos de tareas y soluciones para implementar los objetivos establecidos en la Estrategia. |
Fuente: https://congthuong.vn/phong-chong-lang-phi-menh-lenh-phat-trien-trong-ky-nguyen-moi-384530.html
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