El París Saint-Germain finalmente ha alcanzado su sueño de ganar la Liga de Campeones. |
El París Saint-Germain finalmente ha cumplido su sueño. Una contundente victoria por 5-0 sobre el Inter de Milán en la final de la Liga de Campeones no solo trajo a casa el primer trofeo prestigioso, sino que también marcó un punto de inflexión simbólico: el nacimiento del “PSG 2.0”, un proyecto joven, racional y más centrado que los años glamorosos pero caóticos de la era del petróleo.
Pero en el fútbol de alto nivel, la gloria de hoy nunca es garantía de la gloria del mañana. Y lo que debería preocupar ahora al PSG no es a quién acaba de derrotar, sino si puede mantener lo que le dio esa victoria.
Liberación tras eliminar la carga del superestrellato
Es innegable que ganar la Champions League 2024/25 es la prueba más clara de la eficacia de una "liberación estratégica". Ya no son Neymar o Lionel Messi los que caminan despreocupadamente cuando pierden el balón: el PSG de Luis Enrique es una máquina de presión hambrienta y móvil, donde cada jugador, joven o experimentado, es un engranaje de un sistema que funciona de manera lógica.
La marcha de Kylian Mbappé, que parecía un golpe a la ambición, acabó abriendo la puerta a un fútbol más puro. El PSG ya no gira en torno a una estrella: ahora es un auténtico equipo. La forma en que “aplastaron” al Inter no sólo habló de su superioridad en términos de personal, sino que también demostró una preparación táctica de alto nivel.
Pero el fútbol, después de todo, es un juego de ciclos. Puede que el PSG esté al comienzo de una era, pero no hay garantía de que continúe si no mantiene a los jugadores principales que han dado forma a su estilo de juego actual.
Muchas estrellas del PSG han salido a la luz. |
Bradley Barcola, Vitinha, Warren Zaire-Emery, Désiré Doué…, esta lista es como un “menú” de jóvenes talentos prometedores que están llamando la atención de los grandes nombres de la Premier League o La Liga. Y lo irónico es que fue la victoria en la Liga de Campeones lo que los impulsó a la luz y se convirtieron en el blanco de las tentaciones de los ámbitos futbolísticos más tradicionales.
La Ligue 1 sigue siendo un punto negativo. A pesar del dominio del PSG, la falta de una competencia intensa puede hacer que los jugadores sientan que están "jugando por debajo de su nivel". Si no pueden mejorar la calidad de la liga doméstica (algo que está fuera del control de un club), al PSG le resultará difícil retener a las jóvenes estrellas por mucho tiempo, a pesar de sus atractivos salarios.
El elemento de aleatoriedad no se puede ignorar en el camino del PSG hacia la gloria esta temporada. Solo han ganado 7 puntos después de 6 partidos de la fase de grupos, una cifra que bajo el antiguo formato habría resultado en la eliminación del club. El cambio de formato de la Liga de Campeones le dio, sin quererlo, una “vida extra” al PSG, algo que aprovecharon al máximo.
Los momentos frágiles en los partidos contra Liverpool, Aston Villa o Arsenal demuestran que: el PSG, aunque fuerte, no es invencible. Ganaron gracias a la profundidad de la plantilla, un entrenador habilidoso y la brillantez del nuevo fichaje de 60 millones de libras Khvicha Kvaratskhelia, que le dio nueva vida al ataque. ¿Pero volverá a suceder? Otra temporada, con sorteos diferentes, lesiones inesperadas, ¿podrá el PSG mantener aún la ventaja?
El poder blando y la historia incompleta
El mayor problema del PSG no está en el campo, sino en… la tradición. Un campeonato no puede ponerlos a la par del Real Madrid, el Bayern Múnich o los gigantes ingleses en términos de legado. El PSG todavía es visto como un “nuevo rico”: con dinero, jugadores y títulos, pero sin la profundidad histórica ni el estatus icónico para convertirse en la “cara” del fútbol europeo.
Luis Enrique puede ser el pionero, pero para llegar lejos, el PSG necesita más que eso. |
Luis Enrique puede ser el pionero, pero para llegar lejos, el PSG necesita más que eso: una identidad que no dependa de las personas, un ecosistema futbolístico atractivo que pueda retener el talento y, lo más importante: la paciencia para construir. Algo que habían perdido en años de perseguir estrellas.
El PSG 2.0 no es un espejismo. Este es un equipo realmente fuerte, tácticamente, físicamente, organizativamente y en términos de profundidad de personal. Pero están en una encrucijada: o utilizan este impulso para construir una dinastía, o vuelven a caer en los mismos pedazos rotos después de algunas temporadas, como les ha sucedido en el pasado.
La gloria en Múnich fue un triunfo de la innovación. Pero si el PSG no puede resolver el problema de retener el talento y mantener su identidad, siempre será sólo un "campeón emergente", en lugar de un verdadero ícono.
Fuente: https://znews.vn/psg-sau-dinh-cao-la-sup-do-post1557610.html
Kommentar (0)