Observando la Laguna de las Libélulas Rojas al amanecer
Las vastas olas de la laguna, salpicadas de pequeños barcos pesqueros, cautivan a cualquiera que la haya visitado. La laguna luce un rojo brillante al amanecer. La calma y apacibilidad de la laguna se mezcla con la tenue niebla que emana de ella, mezclándose con el viento que sopla en la quietud de la noche. Es evidente que, a cualquier hora del día, la laguna posee un encanto verdaderamente sencillo que conmueve a visitantes de todo el mundo.
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