Café vietnamita con leche helada: una bebida popular incluso entre los extranjeros - Foto: NHA XUAN
Los fines de semana, toda la familia iba a la cafetería. Nada más llegar, el sobrino frunció el ceño de repente: «Este restaurante es de autoservicio. ¿Esperas el agua y luego la traes? ¡Qué poca clase!».
Esta afirmación aparentemente inocente abre una perspectiva interesante: ¿dónde reside realmente el lujo en la cultura del café? ¿Es el precio? ¿En tipo de servicio? ¿O es algo más profundo, una resonancia entre experiencias, culturas, hábitos o la forma en que cada persona disfruta la vida?
¿Es caro el lujo?
Ir a una cafetería es parte de la vida cotidiana. Filas de pequeñas sillas de plástico se alinean en la acera, tazas de café filtrado gotean lentamente y el aroma persiste en el aire de la mañana.
El parloteo de obreros, oficinistas, estudiantes... Ir a una cafetería es una costumbre, un estilo de vida comunitario.
La gente toma café no para demostrar nada, sino simplemente porque le gusta, porque está acostumbrada. Una buena taza de café no necesita ser elaborada en su forma, sólo basta el gusto y sabor adecuado.
Pero luego aparecieron las modernas cadenas de café, trayendo consigo nuevos estilos de disfrute, espacios más amplios, bebidas diversas y un servicio más profesional.
Poco a poco, el concepto de “lujo” se asocia a cafeterías con bonitos interiores, aire acondicionado frío y personal amable atendiendo las mesas.
¿Pero es esa la única medida del lujo?
En Italia, la gente se queda de pie en la barra, toma un sorbo rápido de café expreso y se va, sin mesas, sillas ni camareros.
En Francia, una taza de café en una mesa al aire libre es una excusa para contemplar tranquilamente la ciudad. En Estados Unidos son populares las cafeterías de autoservicio, donde los clientes piden su propia comida, obtienen sus propias bebidas y buscan sus propios asientos.
Nadie dice qué forma de beber es más lujosa que la otra. Porque el valor de una taza de café no está en quién la trae, sino en el momento en que la disfrutamos.
Cuando las cadenas de café modernas llegaron a Vietnam, algunas personas estaban entusiasmadas con el nuevo modelo, pero otras se sentían incómodas porque tenían que hacer cola. Mientras tanto, hay tiendas que ofrecen una experiencia personalizada, donde cada taza de café está elaborada como una obra de arte.
Una taza de café en la acera cuesta 10.000 VND, mientras que una taza en un café de lujo puede costar hasta 200.000 VND. Pero ¿un precio más alto significa realmente más lujo?
El lujo puede ser un sentimiento, no una forma.
¿Es un lujo sentarse en un espacio lujoso y ser atendido con atención? ¿O es cuando podemos prepararnos una deliciosa taza de café, sentarnos junto a la ventana familiar y disfrutar plenamente de la tranquilidad de la mañana?
Algunas personas se sienten elegantes al entrar en un hermoso café, con personal amable y música suave y melodiosa.
Para algunas personas es un lujo preparar su propio café y disfrutar de cada sorbo lentamente y sin prisas.
Y también hay personas que piensan que el lujo no tiene nada que ver con la apariencia, solo con tener tiempo para sentarse con amigos, tomar café y charlar sobre cosas sencillas.
En términos más generales, el concepto de “lujo” en el consumo de café también refleja un estilo de vida y opiniones personales.
Algunas personas valoran la comodidad y las experiencias de servicio premium, mientras que otras aprecian el minimalismo y la belleza de las cosas simples.
Las cafeterías de estilo clásico con espacios tranquilos donde los clientes pueden leer libros, trabajar o simplemente disfrutar de un momento privado son tan atractivas como las lujosas.
Los japoneses tienen una cultura de "kissaten", un estilo clásico de cafetería que enfatiza la tranquilidad y la calidad de cada taza de café.
Los vietnamitas tienen cafés al aire libre, donde las historias cotidianas se convierten en el "alma" del espacio.
Los estadounidenses valoran la comodidad y la velocidad, y el café para llevar es una parte esencial de la mañana.
Al final, en mi opinión, el lujo no está en el estilo de la tienda, ni en el precio, sino en la sensación que nos produce el tomar un café.
Es la relajación, la alegría de disfrutar plenamente un momento en una vida ocupada. Porque las experiencias memorables en momentos tranquilos, las conversaciones significativas, esas son las cosas que realmente crean valor.
Fuente: https://tuoitre.vn/quan-ca-phe-tu-phuc-vu-doi-nuoc-roi-bung-di-khong-sang-ti-nao-20250324075150527.htm
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