Este Decreto especifica la Cláusula 4, Artículo 23 de la Ley del Capital, creando un corredor legal para que las universidades públicas, las instituciones públicas de formación profesional y otras organizaciones públicas científicas y tecnológicas (denominadas colectivamente instituciones públicas) utilicen activos de propiedad intelectual para aportar capital, comercializar resultados de investigación, promover la innovación y la transferencia de tecnología.
El Decreto regula la constitución, la participación en la constitución de empresas o la aportación de capital a empresas de organismos públicos con el fin de comercializar los resultados de la investigación científica y el desarrollo tecnológico amparados por los derechos de propiedad intelectual de dichos organismos. Asimismo, el Decreto estipula que los funcionarios públicos pueden aportar capital, participar en la gestión y el funcionamiento de empresas constituidas por organismos públicos o participar en su constitución, siempre que cuenten con la autorización del titular del organismo público.
Según la normativa, las entidades públicas pueden utilizar diversos tipos de activos para aportar capital a las empresas. Estos activos incluyen fondos procedentes del fondo de desarrollo profesional, del fondo de desarrollo científico y tecnológico, subvenciones legales, ayudas o donaciones destinadas a la aportación de capital, otros fondos permitidos por la ley, así como derechos de propiedad intelectual, resultados de investigación científica, desarrollo tecnológico e innovación. Además, las entidades públicas también pueden utilizar otros tipos de activos autorizados por la ley para realizar actividades de aportación de capital.

El uso de bienes públicos para aportaciones de capital debe ajustarse a principios estrictos. Los bienes utilizados deben destinarse al fin legítimo de comercializar los resultados de la investigación, garantizando la publicidad, la transparencia y el cumplimiento de la ley, así como el pleno cumplimiento de las obligaciones financieras con el Estado.
Las entidades públicas no pueden utilizar invenciones secretas, terrenos, obras de seguridad y defensa, ni activos cuya aportación como capital esté prohibida por ley. En los casos en que deba determinarse el valor de los activos para su aportación como capital, la valoración deberá realizarse de forma pública, transparente y conforme a la normativa vigente.
Los organismos públicos son responsables de la aplicación del régimen de información sobre el desempeño y los resultados comerciales de las empresas creadas para comercializar los resultados de la investigación y están sujetos a la supervisión de las autoridades competentes.
Respecto a la autoridad decisoria, el Consejo Directivo o el Consejo Escolar de la institución pública decide sobre el uso de los activos para aportaciones de capital. Si la institución pública no cuenta con un Consejo Directivo ni un Consejo Escolar, el director de la institución decide directamente sobre el uso de los activos.
El Decreto estipula claramente el mecanismo para determinar el valor de los bienes aportados, en especial los derechos de propiedad intelectual y los resultados de la investigación científica y el desarrollo tecnológico. Las entidades públicas deben seleccionar una unidad consultora para determinar el valor de estos bienes conforme a lo dispuesto en la ley de licitación, la ley de propiedad intelectual y la ley de valoración. En el caso de los bienes que sean resultado de la investigación científica, el desarrollo tecnológico y la innovación, la valoración deberá ajustarse a lo establecido en la ley de ciencia, tecnología e innovación.
Una vez que la unidad de consultoría presente los resultados de la valoración, la autoridad o persona competente decidirá sobre el valor de los activos que se prevé aportar como capital. Para otros activos, la institución pública también selecciona una unidad de consultoría conforme a lo dispuesto en la ley de licitación, y la valoración debe ajustarse al precio de mercado vigente en el momento de la aportación. Con base en los resultados de la consultoría, la autoridad competente decidirá sobre el valor de los activos que se aportarán como capital.
La emisión del Decreto 271/2025/ND-CP marca un importante paso adelante en el mecanismo de comercialización de la propiedad intelectual, allanando el camino para que los institutos y las organizaciones científicas y tecnológicas sean más proactivos en la innovación, al tiempo que crea un impulso para la formación de nuevas empresas tecnológicas en la capital, en línea con el espíritu de autonomía, integración y desarrollo de la Ley de la Capital (modificada).
Fuente: https://mst.gov.vn/quyen-so-huu-tri-tue-tro-thanh-tai-san-gop-von-vao-doanh-nghiep-197251116150555429.htm






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