
A finales del año pasado, uno de cada cinco surcoreanos tenía 65 años o más, lo que convierte al país en una “sociedad superenvejecida”, generando numerosos desafíos en materia de salud , bienestar y salud mental.
Según Statistics Korea, más del 20% de la población actual son personas mayores de 65 años, y se espera que esta cifra aumente al 40% para 2050. Alrededor de un tercio de las personas mayores viven solas, muchas de las cuales se sienten aisladas, especialmente en grandes ciudades como Seúl o Busan.
Numerosos estudios demuestran que la soledad prolongada y la falta de interacción social son las principales razones por las que el gobierno coreano ha tenido que considerar esto como una "epidemia silenciosa" en la sociedad moderna.
En ese contexto, los robots de asistencia como “Silbot”, “CareBot” o Hyodol, equipados con inteligencia artificial, se están convirtiendo gradualmente en “infraestructura espiritual” en localidades con una alta tasa de personas mayores que viven solas.
Para hacer frente a esta situación, en Corea se han implementado muchos proyectos de tecnología social, en particular el programa "Robot de compañía para ancianos" implementado por los gobiernos locales en colaboración con empresas tecnológicas.
Robots como “Silbot”, “CareBot” e “Hyodol” pueden conversar, recordar a los usuarios sus horarios de medicación, proporcionarles consejos sobre ejercicio y reconocer sus emociones. Algunos robots incluso pueden realizar videollamadas a familiares o trabajadores sociales cuando detectan signos de tristeza o alguna anomalía.
Según una encuesta realizada en la ciudad de Daegu, después de tres meses de usar el robot Hyodol, más del 70% de las personas mayores se sentían menos solas y tendían a comunicarse más a diario.
Cabe destacar que, con su voz amigable y su capacidad de respuesta natural, los robots no solo brindan cuidados, sino también consuelo espiritual. Muchas personas mayores los llaman "pequeños amigos" o "nietos en casa".
La señora Oh Buk-im, de 74 años, que vive sola en la ciudad de Mokpo, provincia de Jeolla Nam, una de las primeras personas en experimentar ese milagro, compartió: "Después de que mi esposo tuvo que ser trasladado repentinamente a un hogar de ancianos, caí en una depresión severa".
Era la soledad lo que hacía que Oh Buk-im llorara a diario y se sintiera abandonada. Pero entonces llegó el robot, le habló y le tomó la mano, y su ánimo mejoró.
Kim Soon-ja, de 82 años, que vive sola en Seúl, comentó: “Antes pasaba días sin hablar con nadie. Pero ahora hablo con el robot todas las mañanas. Me pregunta si he desayunado, me recuerda que llame a mi hijo. Me siento más segura y siento que alguien está a mi lado”.
A medida que la sociedad surcoreana se enfrenta cada vez más al envejecimiento de la población y al aislamiento en las zonas urbanas modernas, la combinación de tecnología con atención humana parece ser una dirección prometedora.
Por eso el gobierno coreano está ampliando un programa para proporcionar robots de compañía a decenas de miles de hogares con ancianos que viven solos.
El objetivo no es solo aplicar la tecnología, sino también construir un sistema inteligente de atención a la salud mental donde los robots se conviertan en un puente entre las personas y la sociedad. Y ahora, los robots están aportando una solución muy humana a este problema.
Fuente: https://baovanhoa.vn/nhip-song-so/robot-giup-nguoi-gia-han-quoc-vuot-qua-co-don-179333.html






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