Hacer ejercicio temprano en la mañana aún puede tener efectos nocivos impredecibles - Foto: CN
Los riesgos de hacer ejercicio temprano en la mañana
Sin embargo, desde la perspectiva de la ciencia del deporte y la medicina del ejercicio, hacer ejercicio temprano por la mañana también conlleva riesgos potenciales, especialmente cuando el practicante no comprende la fisiología corporal, no está bien preparado o elige la intensidad de ejercicio incorrecta.
Uno de los factores biológicos importantes que pocas personas conocen es que temprano en la mañana, especialmente entre las 4 y las 6 de la mañana, es cuando la temperatura corporal está en su nivel más bajo del día.
Esto significa que los músculos, tendones y ligamentos son menos flexibles, la circulación sanguínea es más lenta y el riesgo de lesiones aumenta si no se calienta adecuadamente.
Según un estudio publicado en la revista Chronobiology International , la fuerza muscular y la coordinación pueden ser entre un 10 % y un 15 % menores por la mañana que por la tarde. Esto reduce el rendimiento físico y aumenta el riesgo de movimientos incorrectos.
Además, las primeras horas de la mañana también son el momento en el que la frecuencia cardíaca y la presión arterial aumentan rápidamente después de una noche de descanso, un fenómeno llamado "oleada matutina".
La Dra. Martha Gulati, especialista cardiovascular de la Universidad de Arizona (EE. UU.), advirtió: «En personas con riesgo de enfermedad cardiovascular, hacer ejercicio a primera hora de la mañana, especialmente cuando no están completamente despiertos o sin desayunar, puede ejercer una presión repentina sobre el sistema circulatorio, provocando alteraciones del ritmo cardíaco e incluso desencadenando una angina de pecho».
Según las estadísticas de la Asociación Americana del Corazón, la tasa de ocurrencia de eventos cardiovasculares agudos como infarto de miocardio, accidente cerebrovascular... tiende a ser mayor entre las 6 y las 9 de la mañana.
No sólo eso, el sistema nervioso central y los neurotransmisores como la dopamina y la serotonina necesitan tiempo para activarse completamente después de despertarse.
Esto provoca una disminución de los reflejos, la orientación espacial y el control muscular en los primeros 30 a 60 minutos después de despertarse.
Para las personas que practican movimientos de alta tecnología como sentadillas, levantamientos de peso muerto, ejercicios cardiovasculares rápidos o máquinas que requieren coordinación, esto es un factor de riesgo de caídas, dislocaciones o distensiones musculares.
Otro riesgo común es hacer ejercicio cuando el cuerpo no tiene suficiente energía. Muchas personas hacen ejercicio temprano por la mañana en ayunas o después de no dormir lo suficiente, especialmente quienes siguen dietas estrictas.
Esto provoca una deficiencia de glucógeno, la principal fuente de energía de los músculos, que puede conducir fácilmente a una hipoglucemia leve, mareos, pérdida de concentración y fatiga prolongada después del ejercicio.
En las mujeres, si esta condición persiste, también puede afectar las hormonas, dando lugar a trastornos menstruales o deterioro del metabolismo.
Hacer ejercicio al aire libre a primera hora de la mañana en un clima frío o húmedo (típico de la temporada de frío) también puede causar vasoconstricción periférica, lo que aumenta la carga sobre el corazón y los pulmones.
Las personas con antecedentes de asma, rinitis alérgica o enfermedades respiratorias crónicas son propensas a la constricción de las vías respiratorias, lo que provoca dificultad para respirar y fatiga precoz durante el ejercicio.
¿Debo hacer ejercicio temprano en la mañana?
Entonces, ¿debería hacer ejercicio por la mañana? La respuesta sigue siendo sí. De hecho, se han observado muchos beneficios al hacer ejercicio por la mañana, como mejorar el estado de ánimo, regular los ritmos circadianos y mejorar la sensibilidad a la insulina.
La mañana también es un momento adecuado para hacer ejercicio teniendo en cuenta factores como el tiempo, el trabajo, las carreteras desiertas...
Hacer ejercicio temprano en la mañana traerá muchos beneficios si se hace correctamente - Foto: CN
Para minimizar los riesgos, los profesionales deben prestar atención a algunos principios científicos básicos. En primer lugar, es recomendable despertarse al menos 30-45 minutos antes de empezar a hacer ejercicio para que el cuerpo tenga tiempo de adaptarse.
Realice un calentamiento completo durante 10 a 15 minutos con movimientos suaves como caminar, rotación de las articulaciones y estiramiento estático: esto ayuda a aumentar la temperatura muscular y la circulación sanguínea.
Para entrenamientos de más de 30 minutos, se recomienda tomar un refrigerio previo, como un plátano, pan integral o unos sorbos de leche, para estabilizar el nivel de azúcar en sangre. Las personas con afecciones subyacentes, como hipertensión, cardiopatías o arritmias, deben consultar a su médico antes de hacer ejercicio por la mañana temprano.
Además, la elección del momento para hacer ejercicio también debe ser flexible según las circunstancias personales. Para quienes duermen menos de 6 horas por noche, suelen estar cansados por la mañana o muestran signos de sobrecarga, hacer ejercicio por la noche, cuando el cuerpo alcanza su máximo rendimiento durante el día, será la mejor opción.
Hacer ejercicio por la mañana es un hábito positivo, pero solo si quien lo practica comprende su propio ritmo circadiano y fisiología. Forzar al cuerpo a ejercitarse cuando no está listo, por falta de energía o sueño, puede convertir el ejercicio de un tónico en un daño silencioso.
Fuente: https://tuoitre.vn/rui-ro-lon-khi-tap-the-duc-luc-sang-som-20250725191814792.htm
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