Foto ilustrativa.
Según información difundida el 12 de mayo por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio de Estados Unidos (NASA), un equipo de investigación internacional dirigido por el científico Jonathan Nichols de la Universidad de Leicester (Reino Unido) analizó datos recopilados por el telescopio James Webb. Los resultados muestran que las auroras de Júpiter no sólo son muy intensas, sino que también cambian rápidamente y son enérgicas, algo que ni siquiera la famosa sonda Voyager 2 había registrado antes.
Al igual que en la Tierra, las auroras en Júpiter se forman cuando partículas cargadas de alta energía del espacio chocan con átomos de gas en la atmósfera cerca de los polos magnéticos del planeta. La mayor diferencia, sin embargo, radica en el origen y la potencia del fenómeno. Si la aurora de la Tierra sólo aparece durante las tormentas solares, Júpiter también está "alimentado" por la luna Ío, el satélite con mayor actividad volcánica del sistema solar. Las erupciones de Ío liberan grandes cantidades de partículas cargadas al espacio, creando una abundante fuente de energía que mantiene la aurora en llamas.
Aunque el mecanismo es similar al fenómeno de la aurora boreal o austral de la Tierra, la escala y el brillo de la aurora de Júpiter son muy superiores: intensas, abrumadoras y de una belleza surrealista. Las imágenes capturadas en la Nochebuena de 2023 por el Observatorio James Webb, el instrumento de observación más sofisticado jamás lanzado al espacio, muestran rayos de luz en constante movimiento como el latido del corazón del planeta gigante. Bajo la luz infrarroja, esa danza de luz cobra vida, transportando energía cósmica y una historia de formación que abarca miles de millones de años.
Según los científicos, este fenómeno es una evidencia de que el campo magnético de Júpiter, el más fuerte del sistema solar, está creando reacciones espectaculares con el viento solar, además de proporcionar pistas valiosas sobre las atmósferas de los planetas fuera del sistema solar.
Anteriormente, James Webb también causó una fuerte impresión cuando capturó una imagen tenue pero mágica de una aurora en Neptuno, un lejano planeta helado que la Voyager 2 sólo pasó una vez hace décadas. Ahora, con un nuevo lote de datos de Júpiter, James Webb ha afirmado una vez más su papel pionero en la expansión de la comprensión de la humanidad sobre el vasto universo.
Fuente: https://doanhnghiepvn.vn/cong-nghe/sao-moc-ruc-sang-voi-vu-dieu-cuc-quang-ky-vi-gap-hang-tram-lan-trai-dat/20250514080621149
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