La criatura más grande del mundo está siendo “devorada” poco a poco (Foto: Getty).
En las montañas Wasatch de Utah, una criatura gigante y única lleva milenios creando silenciosamente un ecosistema completo. Bajo la apariencia de un bosque de abedules con miles de hojas ondulantes, no se trata de un bosque común, sino de un organismo unicelular y asexual que pesa hasta 6000 toneladas.
La criatura se conoce como Pando, que en latín significa “propagador”.
La criatura más grande del mundo
Pando es esencialmente una colonia clonal de 47.000 tallos de álamo temblón (Populus tremuloides), todos genéticamente idénticos, que crecen a partir de un único sistema de raíces subterráneas.
La colonia abarca un área de aproximadamente 43 hectáreas y es reconocida como el organismo individual más grande jamás registrado en la Tierra en términos de masa.
Completamente diferente de las pequeñas poblaciones de álamos comunes en América del Norte, Pando siempre ha sido destacado por los científicos por su naturaleza extraordinaria.
Boceto aéreo de Pando, con el lago Fish cerca (Foto: TC).
Pando existe desde hace 14.000 años, desde la última glaciación. Aunque cada árbol solo vive unos 130 años, el sistema de raíces madre produce continuamente nuevos árboles, creando un ciclo cerrado de regeneración.
Este ciclo nutre un ecosistema completo, que incluye al menos 68 especies de plantas e innumerables animales como zorros, pájaros, ciervos, castores, insectos polinizadores y flores silvestres.
Poco a poco se va "comiendo" desde dentro
A pesar de su increíble tamaño y antigüedad, Pando está decayendo silenciosamente. Sorprendentemente, este declive no se debe a que los humanos lo estén talando, sino a que está siendo devorado desde dentro.
Los principales culpables son herbívoros comunes: ciervos y alces. La pérdida de depredadores naturales como lobos y pumas, que antaño controlaban las poblaciones de ciervos, ha provocado un rápido aumento de estos herbívoros.
Los ciervos comen brotes del árbol Pando (Foto: TC).
A estos animales les encanta reunirse en la zona de Pando, ya que es un bosque protegido donde no se permite la caza. Como resultado, los brotes que emergen del sistema radicular son mordisqueados en la parte superior, lo que provoca una muerte prematura. Pando continúa produciendo nuevos árboles, pero el proceso de regeneración se ve frenado desde el principio.
De hecho, solo una pequeña zona cercada hace décadas para la restauración ecológica ha experimentado una regeneración exitosa. No hay ciervos ni alces, y los nuevos árboles han crecido densamente.
Además de la presión herbívora, las enfermedades de las plantas también están afectando gravemente a Pando. Los investigadores han documentado al menos tres enfermedades importantes, como el chancro de la corteza, la mancha foliar y el hongo destructor del tallo. Si bien los álamos se han adaptado a los patógenos durante miles de años, la combinación de enfermedades y la falta de regeneración está debilitando la longevidad de la población.
Sin embargo, la amenaza más preocupante proviene del cambio climático. Tras miles de años de condiciones estables postglaciales, Pando ahora enfrenta temperaturas estivales récord, sequías prolongadas y la disminución de los recursos hídricos.
Como el lago Fish, el cuerpo de agua más cercano, está fuera del alcance del sistema radicular del árbol, Pando no puede acceder a nuevas fuentes de agua. Esto dificulta cada vez más la formación de hojas en primavera, lo que reduce el área disponible para la fotosíntesis y la capacidad del organismo para sobrevivir.
Si bien no se ha realizado mucha investigación científica específica sobre Pando, otras poblaciones de álamos temblones en Norteamérica se enfrentan a presiones similares debido a los cambios en los patrones de lluvia, los patrones climáticos erráticos y los incendios forestales. Un solo incendio grave, por ejemplo, puede borrar miles de años de historia biológica en cuestión de horas.
Aun así, no se pierde la esperanza. Pando ha resistido grandes convulsiones con la llegada de los europeos en el siglo XIX, el auge de la recreación en el siglo XX y pandemias e incendios forestales anteriores.
Los científicos colaboran estrechamente con grupos conservacionistas, en particular con Amigos de Pando, para estudiar la resiliencia de esta majestuosa criatura. También utilizan tecnología de video de 360 grados para ayudar al público mundial a acceder y comprender la importancia de Pando.
"Pando es más que un simple organismo. Es un símbolo biológico de vitalidad, adaptación y conexión natural", afirmó Richard Elton Walton, investigador postdoctoral en Biología de la Universidad de Newcastle.
Salvar Pando no se trata solo de proteger a una criatura: se trata de preservar un ecosistema entero, parte de la historia viva más vibrante de la Tierra.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/sinh-vat-lon-nhat-the-gioi-dang-dan-bi-an-thit-20250611071213046.htm
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