
Seguí mirando, sintiendo como si estuviera escuchando una vieja canción, donde cada patrón era una nota musical, cada color era el sonido de las montañas y los bosques.
Del lino a la tela: un viaje de paciencia
¿Cuánto tiempo y esfuerzo te llevó tejer esa tela? Le pregunté, y ella sonrió con dulzura: «Me llevó casi dos meses terminarla. Cultivar lino, pelar la corteza, hilar el hilo, teñirlo y luego tejer. Todas las noches hago un trocito, cantándole a mi hijo para que se duerma mientras lo hago».
Resulta que un brocado no es sólo un trozo de tela, es un recuerdo, una canción de cuna, una estación y el ritmo de vida de toda la familia.
Según investigaciones sobre el arte del brocado hmong, la principal materia prima es el lino, una planta pequeña, que llega a la cintura. Cuando el lino está maduro, se arranca la planta entera, se seca durante unos días, se pela la corteza, se tritura, se machaca y se hila para obtener hilo. El hilo de lino se hierve con ceniza de madera para ablandarlo y blanquearlo, y luego se tiñe.
El brocado tradicional del pueblo H'Mong utiliza tintes de materiales naturales como hojas de índigo, corteza de árbol, cúrcuma, barro joven... El tiempo necesario para completar un tejido de brocado con muchos patrones complejos puede llevar varios meses.
Cada tipo de brocado tiene sus propias características y un proceso de producción diferente. El material principal del brocado Ede es el algodón. Este se esponja, se hila a mano y se tiñe con raíces de árboles, hojas del bosque, barro y conchas para crear color.
Los colores rojo, amarillo, negro, blanco y verde tienen sus propios significados: el rojo simboliza la vitalidad, el amarillo representa la temporada de maduración del arroz, el negro representa la tierra y el blanco representa la pureza. Para tejer una pieza de brocado lo suficientemente grande como para confeccionar un taparrabos o una camisa, un artesano ede debe dedicar al menos de tres a cuatro meses.

Patrones: el lenguaje sin palabras de las montañas y los bosques
Al observar detenidamente un brocado, se observa que el estampado es la parte más importante. Entre los hmong, los motivos suelen ser estilizados a partir de la naturaleza: flores, hojas de morera, calabazas, huellas de aves, espirales, ganchos y rocas dentadas. Estos motivos no solo son decorativos, sino que también transmiten mensajes: ruegan por buenas cosechas, buena salud y muchos hijos.
El pueblo Ede tiene una forma muy armoniosa de organizar los patrones: las líneas paralelas crean una sensación de estabilidad, las líneas en zigzag representan fuerza y los pequeños puntos representan granos de arroz. El fondo de la tela suele ser negro o azul índigo, resaltando las rayas rojas, amarillas y blancas. Toda la composición es equilibrada, evocando una sensación de solemnidad y orden.
Me gusta mirar los patrones como si leyera un libro sin palabras. Las líneas en zigzag son como el ritmo de los pasos que suben la montaña, las espirales como el viento que rodea el pueblo, el rojo como el fuego, el blanco como la niebla matutina. A veces, basta con una pequeña sección para recordarme la mañana en el pueblo, cuando el canto del gallo se mezclaba con el golpeteo constante de la lanzadera.
Uno de los viajes más memorables que hicimos mi esposo y yo fue a la aldea de Lao Chai (Ha Giang). Hacía frío y las nubes cubrían la ladera. Visitamos a una familia que tejía brocado para el mercado. La madre estaba sentada frente al telar, con las manos moviéndose rápidamente y los pies pedaleando con firmeza. Le pregunté si estaba cansada y me dijo: «Tejiendo es cuando puedo descansar. Sentada frente al telar, escuchando el sonido constante de la lanzadera, las preocupaciones de mi corazón también se alivian».
De repente exclamé: "¡¿No es genial?!" Parece que todas las filosofías de esta vida se basan en tareas sencillas.
El brocado no es solo un producto, sino también una forma de meditación. Cada puntada es una respiración, una forma de conectar consigo mismo. Esta sensación me recuerda las tardes en casa, cuando mi esposo y yo cocinamos juntos, hablamos, todo se calma; también es una forma de "tejer" nuestra propia felicidad.

Traje las piezas de brocado a la ciudad y las coloqué en el sofá negro. En la moderna habitación urbana, el brillante estampado era como un suave rayo de sol. Un día, simplemente me senté allí, contemplando ese rayo de sol, mientras tomaba té, sintiéndome como si estuviera en el pueblo. Un pequeño trozo de tela guardaba en mí el cielo de los recuerdos de aquellos días errantes.
Cada trozo de tela es un trozo de memoria.
Guardamos en nuestro armario muchas piezas de brocado de los muchos países que hemos visitado. Cada pieza de tela me recuerda a menudo a una persona o una escena. Una vez doblé un pequeño trozo de brocado para dárselo a un amigo. Lo abrió y exclamó: "¡Qué bonito, parece un mapa!". Me eché a reír. Así es, cada pieza de tela es un mapa de recuerdos. Temporadas de cosecha, mercados, noches de luna, el sonido de la flauta, la risa de los niños. Cuando lo traes a casa, traes contigo toda una tierra.
Al escribir hasta aquí, de repente me encuentro tejiendo este artículo como un brocado de palabras. Cada párrafo es un hilo, cada recuerdo es una puntada, unidos para formar una larga tela.
Cuando leéis estas líneas, habréis tocado esa tela, habréis tocado lo que yo he visto, oído y tocado en aldeas remotas.
El brocado no es solo un producto artesanal. Es un lugar donde residen los recuerdos, donde las canciones de cuna, el sonido de los morteros de arroz y el sonido de las lanzaderas se transforman en colores y patrones. Es un recordatorio de que, en medio de una vida ajetreada, aún podemos conservar un rincón de paz, un trocito de recuerdo.
Con tan solo una bufanda, un bolso o un mantel, has traído un trocito de montañas y bosques a tu hogar. Y quizás, eso es lo que hace que el brocado se convierta en un material emotivo y cálido cada vez que piensas en él.
Fuente: https://baodanang.vn/soi-chi-giu-gin-ky-uc-3305551.html
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