Cuando se toman medicamentos para la presión arterial pero se sigue consumiendo alcohol, los vasos sanguíneos experimentarán los siguientes fenómenos:
Vasodilatación aguda
El alcohol, una vez ingerido, tiene un efecto vasodilatador; es decir, dilata los vasos sanguíneos, aumenta el flujo sanguíneo y puede disminuir la presión arterial. Asimismo, muchos medicamentos para bajar la presión arterial también tienen un efecto vasodilatador, según el sitio web de salud Healthline (EE. UU.).
Por lo tanto, si está tomando medicamentos para la presión arterial, el consumo de alcohol aumentará el efecto vasodilatador. Esto puede provocar hipotensión excesiva, mareos e incluso desmayos.

El alcohol puede afectar la eficacia de los medicamentos para la presión arterial alta.
ILUSTRACIÓN: IA
interacciones medicamentosas
Consumir alcohol mientras se toman medicamentos para la presión arterial también puede provocar interacciones farmacológicas. El alcohol afecta las enzimas hepáticas, alterando la concentración de los fármacos en el plasma sanguíneo y, por consiguiente, su potencia o disminución. Este efecto depende del tipo de medicamento. Como resultado, los vasos sanguíneos pueden dilatarse o contraerse excesivamente.
Daño endotelial
El consumo prolongado de alcohol puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos, lo que provoca un deterioro de su estructura y función.
En concreto, el alcohol aumenta el estrés oxidativo y reduce los niveles del vasodilatador óxido nítrico. Al mismo tiempo, también estimula la acción del potente vasoconstrictor endotelina-1 e incrementa la inflamación endotelial.
Como consecuencia, las paredes de los vasos sanguíneos se engrosan, reduciendo su capacidad de contraerse y expandirse. El revestimiento de los vasos sanguíneos se ve sometido a mayor presión. Esta condición aumenta el riesgo de complicaciones como infarto y accidente cerebrovascular.
hipertensión recurrente
La evidencia científica demuestra que el alcohol está relacionado con el aumento de la presión arterial y el riesgo de hipertensión. Por lo tanto, el consumo regular de alcohol aumenta la presión arterial.
Con el tiempo, las paredes de los vasos sanguíneos se engrosan y pierden su capacidad de dilatarse. Esto dificulta que los medicamentos para la presión arterial la restablezcan a un nivel seguro, e incluso si la presión arterial ha disminuido previamente, es fácil que vuelva a aumentar. Según Healthline , a medida que los vasos sanguíneos se ven sometidos a mayores esfuerzos, el daño vascular se produce más rápidamente y la capacidad de controlar la presión arterial se deteriora aún más.
Fuente: https://thanhnien.vn/tac-dong-nguy-hiem-khi-dung-thuoc-huet-ap-ma-van-uong-ruou-bia-185251118134902762.htm






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