De los dos factores que dañan los riñones mencionados anteriormente, el nivel alto de azúcar en sangre prolongado suele tener consecuencias más graves, según The Indian Express (India).
La hipertensión arterial daña silenciosamente los vasos sanguíneos de los riñones.
Según el Sr. Parin Sangoi, cardiólogo del Hospital Wockhardt (Mumbai, India), los riñones actúan como filtros naturales, dependiendo de que los vasos sanguíneos estén sanos y elásticos.
Cuando la presión arterial se mantiene alta durante un tiempo prolongado, estos vasos sanguíneos se dañan, lo que provoca que los riñones ya no filtren la sangre con la misma eficacia. Este daño se produce de forma silenciosa, acumulándose a lo largo de muchos años antes de que el paciente pueda notar síntomas.

Cuando la presión arterial se mantiene alta durante mucho tiempo, estos vasos sanguíneos se dañan, lo que provoca que los riñones ya no filtren la sangre con la misma eficacia de siempre.
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La hipertensión arterial prolongada ejerce una presión constante sobre los pequeños vasos sanguíneos del interior de los riñones. Con el tiempo, estos vasos se endurecen y se estrechan, lo que reduce su capacidad para filtrar los desechos y equilibrar los líquidos del cuerpo. Si no se trata, esta afección puede provocar enfermedad renal crónica, una de las principales causas de insuficiencia renal y trasplantes de riñón.
Los pacientes deben controlar su presión arterial regularmente, tomar los medicamentos según las indicaciones de su médico, mantener una dieta baja en sal (menos de 2000 mg de sodio por día, equivalente a unos 5 gramos de sal), hacer ejercicio regularmente, no fumar y controlar el azúcar en la sangre si tienen diabetes.
El nivel alto de azúcar en la sangre sobrecarga los riñones y los debilita gradualmente.
Mientras tanto, un nivel elevado de azúcar en sangre prolongado también supone una gran presión para los riñones.
El Sr. Vijay Negalur, jefe del Departamento de Diabetes del Hospital KIMS (Thane, India), dijo que cuando aumentan los niveles de azúcar en la sangre, los riñones tienen que trabajar más para filtrar y eliminar el exceso de azúcar.

Cuando los niveles de azúcar en sangre son altos, los riñones tienen que trabajar más para filtrar y eliminar el exceso de azúcar.
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Este azúcar ejerce presión sobre los pequeños capilares del interior de los riñones, debilitándolos y reduciendo su capacidad para filtrar la sangre. Cuando los riñones están dañados, las proteínas de la sangre pueden filtrarse a la orina, una señal de que los riñones están sometidos a una presión excesiva. Si esto se prolonga, puede derivar en nefropatía diabética, en la que la función de filtración de los riñones disminuye gradualmente con el tiempo.
Para proteger los riñones, es fundamental mantener estables los niveles de glucosa en sangre. Los pacientes deben comer con moderación, evitando el consumo excesivo de alimentos con azúcares refinados, dulces, refrescos y productos procesados.
La ingesta de azúcares añadidos no debe superar los 25 gramos al día, lo que equivale aproximadamente a 6 cucharaditas.
El nivel alto de azúcar en sangre provoca que el daño renal progrese más rápidamente.
Según el Dr. Negalur, tanto la presión arterial alta como la glucemia alta dañan los riñones, pero la glucemia alta prolongada suele causar un daño más directo y progresa más rápidamente.
La diabetes no controlada durante muchos años daña permanentemente los glomérulos renales. Este proceso es silencioso e indoloro, pero conduce a la nefropatía diabética terminal, obligando al paciente a someterse a diálisis.
El Dr. Negalur recomienda que el control simultáneo del azúcar en sangre y la presión arterial es crucial para proteger la función renal.
Fuente: https://thanhnien.vn/high-blood-pressure-hay-high-sugar-levels-gay-hai-than-nhieu-hon-185251110160753321.htm






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