Según la Asociación Nacional de Ciberseguridad, para 2024, Vietnam estará entre los países más afectados por el cibercrimen, con pérdidas estimadas en 18.900 billones de VND, el doble que en 2023. En promedio, uno de cada 220 usuarios de teléfonos inteligentes será víctima, y el 70% de la población ha estado expuesta al menos a una llamada o mensaje de texto fraudulento cada mes. Estas cifras demuestran que el fraude tecnológico ya no es un riesgo, sino una verdadera pandemia que ataca directamente nuestra vida digital.
Al comenzar 2025, esta tendencia continúa agravándose. Tan solo en los primeros ocho meses del año, el número de casos de fraude en línea aumentó un 65%, causando pérdidas superiores a 1.660 billones de VND. Al mismo tiempo, las autoridades descubrieron 4.532 dominios maliciosos, un incremento de casi el 90%, la mayoría de los cuales utilizaban técnicas cada vez más sofisticadas como deepfakes, robo de códigos OTP, fraude con criptomonedas y suplantación de identidad de bancos, policías, fiscales, etc. Muchas personas fueron víctimas de estafas económicas debido a videollamadas increíblemente realistas de un supuesto familiar.
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| Instruir a las personas sobre habilidades para el uso seguro de Internet y cómo identificar estafas para evitarlas. |
Con el desarrollo de la tecnología, los delincuentes cuentan con más herramientas. Antes, sus tácticas se limitaban a enviar mensajes de texto o invitaciones para invertir con grandes beneficios. Ahora, recurren a la manipulación psicológica, la explotación de datos personales y los ataques multiplataforma. Los delincuentes ya no solo se dirigen a personas crédulas o ingenuas, sino que también atacan a estudiantes, oficinistas e incluso a personas con conocimientos tecnológicos y a quienes trabajan en el sector financiero. Cuando los delincuentes están organizados, utilizan guiones y cuentan con el apoyo de la IA, la línea entre lo real y lo falso se vuelve más difusa que nunca.
En este contexto, cada ciudadano necesita equiparse con un «escudo digital» para protegerse en el ciberespacio. Este «escudo» no es una aplicación o dispositivo especial, sino más bien un sentido de vigilancia, pensamiento crítico y hábitos de uso seguros de Internet. Para empezar, veamos lo más básico: no compartas información personal, contraseñas ni códigos OTP con nadie; no hagas clic en enlaces sospechosos; no descargues aplicaciones fuera de la tienda oficial; cuando recibas mensajes o llamadas solicitando transferencias de dinero, verifica la fuente de la información a través de otros canales o pide consejo a familiares y amigos antes de actuar.
Organizaciones, empresas, escuelas y comunidades deben colaborar para crear un entorno en línea más seguro. Bancos, operadores de red y plataformas de comercio electrónico deben fortalecer los sistemas de alerta temprana, mejorar la autenticación de transacciones y coordinarse de forma proactiva al detectar indicios de fraude. Se deben realizar periódicamente sesiones informativas, capacitaciones e intercambio de conocimientos sobre cómo identificar nuevas técnicas, especialmente para personas mayores, amas de casa y estudiantes, quienes tienen mayor probabilidad de ser víctimas.
La tecnología cambia a diario y el cibercrimen evoluciona constantemente. Por lo tanto, es necesario fortalecer y actualizar periódicamente el escudo digital para combatir las técnicas de fraude cada vez más sofisticadas. Si todos sabemos cómo protegernos, desconfiamos con sensatez y actuamos con responsabilidad, el cibercrimen no tendrá cabida.
Fuente: https://baodaklak.vn/xa-hoi/202511/trang-bi-la-chan-so-de-bao-ve-minh-truoc-toi-pham-mang-cd60042/







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