En la estación seca de 1958, en el agrietado Delta del Norte, decenas de miles de personas, con azadas y palas en mano y la ropa empapada de barro, formaron una larga fila. Sus vítores resonaron en los campos sedientos, marcando el inicio del proyecto Bac Hung Hai: el primer símbolo del riego moderno en Vietnam.
A partir de esas pequeñas zanjas, 80 años después, el país ha construido un sistema de embalses, presas y canales que se extienden a lo largo de 90.000 km: fuentes de agua que nutren millones de campos, zonas residenciales y toda la economía nacional.

El tío Ho visitó los campos y recogió agua con la gente de Ta Thanh Oai. Foto: TL.
La industria de irrigación de Vietnam nació durante los años más difíciles de su historia. Mientras la guerra aún continuaba, la gente seguía cavando canales a mano y enderezando ríos para proteger las cosechas. El «gran sistema de irrigación» no era solo un eslogan, sino una acción práctica para mitigar el hambre y preservar las aldeas.
De hecho, tras la Revolución de Agosto de 1945, el campo vietnamita se sumió en la hambruna y la sequía. Los campos agrietados, las lluvias irregulares y las herramientas de producción rudimentarias obligaron a los campesinos a depender de la supervivencia. En esa situación, el movimiento de la «gran irrigación» impulsó los primeros proyectos, como la estación de bombeo de Cong Vo, el sistema de Nam Thai Binh y Bac Nam Ha, entre otros, para llevar agua potable a los campos. Asimismo, avivó la convicción de que el pueblo vietnamita, con inteligencia y ambición, podía tomar la iniciativa frente a la naturaleza.
Pero no fue hasta la creación del sistema de Bac Hung Hai que la historia marcó un antes y un después. Se trató del primer proyecto de irrigación a gran escala diseñado, construido y operado por los propios vietnamitas. El agua del río Rojo se distribuyó en más de 2000 km de canales, abasteciendo de agua a las cuatro provincias de Bac Ninh, Hung Yen, Hai Duong (antigua) y Hai Phong. De esta manera, las zonas bajas del pasado se salvaron de la situación de «cinco pérdidas, diez ganancias».
Tras la unificación del país, los ingenieros hidráulicos continuaron su largo viaje, esta vez hacia el sur, donde las tierras salinas y alumbres aún estaban abandonadas, y la región central sufría frecuentes inundaciones repentinas y sequías. Llevaron consigo mapas, brújulas, caudalímetros y la paciencia de los arroceros para construir importantes canales entre el continente, desde Thac Ba y Dau Tieng hasta Tri An y Ke Go. Estos proyectos no solo regularon el agua y generaron electricidad, sino que también contribuyeron a transformar el destino de toda una región.
Entre ellos, el lago Dau Tieng se considera un hito memorable. Su construcción comenzó en 1981 en medio de la escasez de materiales y maquinaria, y todo el trabajo de estudio, diseño y construcción fue realizado por vietnamitas. Al finalizarse cuatro años después, el lago contenía casi 1.600 millones de metros cúbicos de agua, abasteciendo a más de 100.000 hectáreas de tierras cultivadas y a la ciudad de Ho Chi Minh; un proyecto que muchos expertos internacionales de la época consideraron de gran envergadura. Paralelamente, surgieron otros proyectos como Tri An, Cua Dat y Ke Go, sentando las bases del sistema integrado de riego e hidroeléctrico Norte-Centro-Sur.
Desde finales de la década de 1980, Vietnam entró en el período Doi Moi, época en la que el riego se transformó de un sistema basado en la excavación y el relleno a uno gestionado. Los nuevos proyectos están diseñados no solo para transportar agua, sino también para retenerla y proteger la tierra y el medio ambiente. El lago Tan My, en Ninh Thuan, se considera un pulmón verde en la región más árida del país, ya que proporciona agua para la agricultura, la vida cotidiana y la industria.
En particular, el complejo del proyecto Cai Lon - Cai Be, finalizado en 2021, supone un avance tecnológico, ya que incluye 11 compuertas gigantes que funcionan automáticamente, controlando la salinidad y el agua dulce de más de 1,6 millones de hectáreas de la zona aguas abajo del río Hau, que ha sufrido graves daños debido a la intrusión de agua salada.

Proyecto de compuerta de Cai Lon en la provincia de An Giang. Foto: Departamento de Gestión y Construcción de Obras de Riego.
Las estadísticas no mienten. Tras más de 80 años de formación y desarrollo, el sector de riego ha creado más de 7.000 embalses, 10.000 estaciones de bombeo y 100.000 km de canales. Esto es el resultado de decenas de millones de jornadas laborales, de generaciones de ingenieros que han aprendido a «leer» el río y a «escuchar» el sonido del agua. El riego en Vietnam no solo garantiza la seguridad alimentaria, sino que también es un pilar fundamental de la seguridad hídrica nacional.
Hoy, junto a la enorme infraestructura, existe un moderno sistema de gestión: una red de sensores que monitorizan en tiempo real los niveles de agua, la salinidad y el caudal; un centro nacional de datos que conecta los principales embalses de norte a sur; y mapas digitales de las cuencas hidrográficas que se actualizan cada hora. Los canales que antes se dibujaban con tiza blanca ahora aparecen en pantallas operativas, donde los ingenieros pueden abrir y cerrar las compuertas con un clic del ratón.
Pero detrás de todas estas tecnologías, el espíritu de "gestión del agua para el sustento del pueblo" se ha mantenido intacto durante 80 años. Ya sea en tiempos de guerra o en medio del cambio climático, el objetivo final de los trabajadores de riego es mantener el flujo del agua, mantener los cultivos verdes y las aldeas seguras.
Y al igual que los propios ríos, la historia del riego en Vietnam nunca termina. Desde los pequeños canales de antaño hasta los grandes proyectos actuales, la industria ha recorrido un largo camino para demostrar que la fuerza humana, combinada con el conocimiento, puede controlar el curso del agua y obrar sus propios milagros.
Fuente: https://nongnghiepmoitruong.vn/tu-muong-nho-den-dai-cong-trinh-thuy-loi-quoc-gia-d783362.html






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