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Los cuatro veces campeones del mundo llegaron al partido decisivo contra Noruega a las 2:45 a.m. del 17 de noviembre sin margen de error, pero con demasiadas dudas sobre su capacidad, temple y futuro.
El icono colapsó
Italia fue en su día un símbolo de orgullo mundialista. Una nación futbolera que forjó su reputación e identidad en las sofocantes noches de verano, resistiendo la presión y creando momentos que se convertirían en leyenda. Ahora se enfrenta a la posibilidad de una tercera eliminación consecutiva en la Copa del Mundo, un escenario que ha conmocionado al país.
La derrota en la repesca de 2018 fue calificada de «apocalíptica». La derrota ante Macedonia del Norte en 2021 fue un golpe sin precedentes. Y ahora, mientras se preparan para enfrentarse a Noruega en San Siro, los italianos deben preguntarse: «¿En qué fase del apocalipsis nos encontramos?».
En la fase de clasificación europea para el Mundial de 2026, Italia ocupa actualmente el segundo puesto, a tres puntos de Noruega. Para clasificarse directamente, necesita ganar… nueve goles, lo cual es imposible. Por lo tanto, casi con seguridad les esperan los playoffs. Y fue precisamente en los playoffs donde cayeron derrotados, a pesar de que sus rivales en aquel momento no eran tan fuertes como la Noruega de Erling Haaland.
La andadura de Italia en la fase de clasificación comenzó con una derrota por 0-3 ante Noruega. Una derrota que no solo fue abultada en el marcador, sino que también puso de manifiesto la fragilidad del equipo que conquistó la Eurocopa hace tres años.
Luciano Spalletti, artífice del título de la Serie A del Napoli, no logró encender la chispa en la afición. Tan solo dos días después de la derrota, declaró a la prensa que estaba «dispuesto a asumir la responsabilidad y a marcharse si la Federación así lo desea». Si bien permaneció al frente del equipo un partido más, el derrumbe de la confianza ya había comenzado.
Mientras tanto, Noruega llegó en un estado ideal: ganó sus siete primeros partidos, anotando 33 goles. Haaland marcó 14 goles y convirtió la fase de grupos en un monólogo.
Italia quedó rezagada. Y cuando las cosas se complicaron, apareció Gennaro Gattuso, una elección controvertida pero muy italiana.
La periodista Mina Rzouki comentó: “Cuando supe que Gattuso era uno de los candidatos para la selección italiana, lo interpreté como una prueba más de su declive. Antes de 2006, Italia contaba con Maldini, Cannavaro, Nesta, Totti, Del Piero… una plantilla repleta de talento. Si bien ganaron la Eurocopa, es evidente que el fútbol italiano ha sufrido un declive en los últimos tiempos”.
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Gattuso llegó con gran escepticismo. |
Gattuso llegó con gran escepticismo. Fue despedido de la Fiorentina tras 23 días, dejó el Valencia exhausto y no duró ni medio año en el Marsella. Sin embargo, para los italianos, Gattuso es más que un entrenador. Es un símbolo del espíritu luchador de 2006, un hombre apasionado y de voluntad férrea.
“No vine aquí a hablar del pasado”, dijo Gattuso al asumir el cargo. “Vine a recuperar el orgullo de esta camiseta. Los jugadores tienen que luchar, tienen que correr, tienen que respetar la historia”.
Sorprendentemente, los jugadores respondieron con entusiasmo. Italia marcó 18 goles en los primeros cinco partidos de Gattuso. Venció a Estonia por 5-0, a Israel por 5-4 en un partido caótico, y luego volvió a derrotar a ambos equipos en los siguientes encuentros.
Mateo Retegui brilló con cinco goles. El sistema de Gattuso es sencillo pero dinámico, y eso les ha ayudado a desbloquear un ataque que llevaba años estancado.
Pero al mismo tiempo, la defensa mostró mucha inestabilidad. Cometieron errores que otros equipos italianos consideraban inaceptables. Contra equipos de nivel medio, el conjunto azul seguía mostrando confusión en las transiciones. La velocidad, el ritmo y el posicionamiento defensivo ya no estaban sincronizados.
“Marcamos muchos goles, pero quiero ver un equipo que domine el partido”, admitió Gattuso tras la victoria por 5-4 sobre Israel. “Me encanta el espíritu de lucha, pero necesitamos ser más maduros. No quiero ganar de una forma tan caótica”.
Fue una admisión inusual por parte del generalmente duro Gattuso. Y también fue la verdad más clara sobre la actual selección italiana: fuerte por momentos, pero poco fiable a lo largo del partido.
Presión, historia y el miedo a quedar fuera del juego
Italia gana, pero sin confianza. Sus victorias no son claras. Tienen goles, pero les falta equilibrio. El espíritu ha vuelto, pero la confianza sigue siendo dudosa.
La diferencia de goles les obligó a aceptar la realidad: un pase directo era prácticamente imposible. Así pues, les esperaban los playoffs, que los italianos no ganaban desde hacía ocho años.
Tras la victoria sobre Moldavia, Gattuso declaró con franqueza: "No merecíamos el boleto. Tenemos que demostrar más. Tenemos que jugar como un gran equipo, no solo como un equipo que marca goles".
Esa afirmación refleja que Italia aún no es lo suficientemente fuerte como para decidir por sí misma. Les falta valentía. Les falta estabilidad. Les falta capacidad para controlar la presión. Y esos son los factores que provocaron su debacle contra Macedonia del Norte, una derrota considerada una vergüenza para el fútbol italiano moderno.
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Italia está ganando, pero ganando sin tranquilidad. |
En la madrugada del 17 de noviembre, Italia no solo se enfrentará a Noruega. Tendrá que enfrentarse a sí misma. Tendrá que responder a la pregunta: "¿Tenemos el coraje de volver al Mundial?"
Un partido que, aunque no clasifique directamente a Italia para el Mundial de 2026, puede infundirles confianza. Ganar, dominar el partido, demostrar carácter. Eso es lo que Italia debe hacer para afrontar la repesca con una mentalidad diferente. De lo contrario, llegarán a esta eliminatoria decisiva con una mentalidad inestable, lo que les ha costado caro.
Las perspectivas son buenas. Italia tiene talento, espíritu de lucha y un entrenador que sabe motivar. Pero les falta la solidez necesaria. Noruega es fuerte, estable y cuenta con Haaland, un jugador que puede desarmar cualquier defensa.
Italia, en cambio, es frágil. Si fracasa, podría quedar fuera del Mundial por tercera vez consecutiva. Una verdadera tragedia para el fútbol, que una vez dominó el panorama mundial.
Pero si Italia quiere evitar esa tragedia, debe recuperar el antiguo espíritu, la serenidad, la certeza y la fe de las generaciones que la llevaron al trono. Italia debe recuperarlo todo ahora. Porque su tiempo se agota.
Fuente: https://znews.vn/tuyen-italy-truoc-vuc-tham-world-cup-post1603235.html









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