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El centrocampista Thom Haye derramó lágrimas. |
En la madrugada del 12 de octubre, Indonesia sufrió una derrota por 0-1 ante Irak en la cuarta ronda de clasificación para el Mundial de 2026, poniendo fin oficialmente a su sueño de participar en la mayor fiesta del fútbol del planeta. Cuando el árbitro Ma Ning pitó el final, el ambiente en el estadio pareció decaer. Los jugadores del archipiélago se derrumbaron en una profunda decepción.
El centrocampista Thom Haye fue una imagen típica de ese dolor. Rompió a llorar en el campo, obligando a sus compañeros a correr a consolarlo. El capitán Jay Idzes acudió rápidamente a abrazar a Haye, mientras que los jugadores iraquíes, incluido Ali Jasim, también demostraron una admirable deportividad al animar con cariño a su oponente.
Haye, que fue titular, soportó 90 minutos difíciles contra un mediocampo iraquí disciplinado y físico. En ataque, el joven Milano Jonathans, un talentoso jugador del FC Utrecht, agachó la cabeza, cubriéndose el rostro con la camiseta para ocultar su tristeza. El delantero Ole Romeny permanecía sentado distraído en el césped, mientras que el defensa Kevin Diks, en silencio, agachaba la cabeza en el centro del campo, sin palabras.
Dos derrotas consecutivas contra Arabia Saudí e Irak dejaron a Indonesia en el último lugar del Grupo B, quedando oficialmente eliminada en la cuarta ronda de las eliminatorias asiáticas. El sueño del Mundial de 2026 se hizo añicos, pero las lágrimas de Thom Haye y sus compañeros también fueron prueba de su aspiración y orgullo por dedicarse a la selección nacional.
Fuente: https://znews.vn/tuyen-thu-indonesia-khoc-nuc-no-post1592934.html
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