El siguiente artículo es la opinión del Dr. Hoang Ngoc Vinh, ex jefe del Departamento de Educación Vocacional (Ministerio de Educación y Formación), sobre la división actual de los bloques de admisión a la universidad.

Al observar la organización de la educación general y la admisión universitaria en Vietnam, surge una pregunta importante: ¿Sigue siendo adecuada la rígida división de departamentos y las combinaciones de admisión que solo favorecen las Ciencias Naturales (KHTN) o las Ciencias Sociales (KHXH) para las necesidades de desarrollo de recursos humanos en el siglo XXI? ¿Será esto contraproducente para el Programa de Educación General de 2018? Todas estas cuestiones deben considerarse seriamente.

Durante mucho tiempo, la educación general en Vietnam ha estado estrechamente vinculada a la orientación profesional. Recientemente, el Programa de Educación General de 2018 se ha integrado en la secundaria, profundizando en la preparatoria y dividiendo la orientación profesional según las necesidades de los estudiantes, según las especializaciones en ciencias sociales o ciencias naturales (o STEM) a partir de décimo grado.

Los estudiantes se asignan rápidamente a un itinerario predeterminado, con combinaciones de asignaturas habituales según los bloques A, B, C y D. El bloque A se centra en asignaturas naturales como Matemáticas, Física y Química; el bloque C se centra en asignaturas puramente sociales como Literatura, Historia y Geografía. Esta forma de dividir el programa se consideró en su día un avance en la educación del siglo XX, con el objetivo de orientar la carrera de los estudiantes desde una edad temprana. Sin embargo, en el nuevo contexto, se está convirtiendo gradualmente en un importante obstáculo para el desarrollo integral de las capacidades de los estudiantes.

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Estudiantes de secundaria en la ciudad de Ho Chi Minh . Foto de : Nguyen Hue

En primer lugar, la forma de dividir las clases y los bloques académicos provoca un grave desequilibrio en el aprendizaje debido a la orientación y la existencia de combinaciones de admisión para las carreras. Los estudiantes con inclinación hacia las ciencias naturales prácticamente no tienen acceso completo a los conocimientos de humanidades y ciencias sociales, mientras que los estudiantes de ciencias sociales carecen de conocimientos básicos de ciencia, tecnología e ingeniería. Como resultado, estamos creando generaciones que pueden carecer de la capacidad de pensar multidimensionalmente, el equilibrio y la flexibilidad de pensamiento, algo especialmente necesario en el siglo XXI.

Lo más preocupante es que este modelo contradice la tendencia de integración e interdisciplinariedad que domina el mundo moderno. De hecho, hoy en día casi no existe ningún producto o servicio que provenga exclusivamente de un único campo científico. Los teléfonos inteligentes, por ejemplo, no son solo un producto de la tecnología (KHTN), sino que también contienen muchos elementos de la sociología, la psicología y el diseño de la experiencia del usuario (KHXH). Esto se denomina «factor humano en el diseño» en la educación superior.

Los campos de la medicina, la educación, la economía e incluso las ciencias puras requieren cada vez más una estrecha combinación de estos dos campos aparentemente separados. Por lo tanto, la capacidad de trabajar de forma interdisciplinaria e integrar conocimientos de diversas áreas es un requisito vital para los trabajadores.

A nivel internacional, si nos fijamos en los países desarrollados, casi ningún país mantiene la misma rigidez en el examen de admisión universitaria y la misma clasificación que Vietnam. Por ejemplo, los sistemas educativos de Estados Unidos y Canadá permiten a los estudiantes elegir asignaturas de forma flexible y diversa a lo largo de la secundaria, combinando STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) con Humanidades y Ciencias Sociales.

Países como Finlandia, el Reino Unido, Australia y los Países Bajos priorizan la educación general multidimensional, creando oportunidades para que los estudiantes accedan y experimenten con diversos campos del conocimiento antes de elegir una trayectoria profesional a largo plazo. El programa del Bachillerato Internacional (BI) es la prueba más clara del desarrollo integral de capacidades, al combinar profundamente las ciencias naturales, las ciencias sociales, las artes y las habilidades para la vida, lo cual goza de amplio reconocimiento en las principales universidades del mundo.

Entonces, ¿por qué Vietnam aún mantiene un sistema tan tradicional y rígido? Quizás parte de la razón resida en la mentalidad de gestión educativa, que aún se basa en hábitos del pasado, buscando indicadores fáciles de medir y gestionar en lugar de desarrollar capacidades integrales, diversas y flexibles para los estudiantes. Además, aún no hemos superado la mentalidad de preferir la "especialización", mientras que el mundo ha entrado y sigue entrando en la era de la integración y la interdisciplinariedad.

La consecuencia inmediata de esto es que los estudiantes vietnamitas carecen de flexibilidad y encuentran dificultades para integrarse en un mercado laboral internacional en constante cambio. En el fondo, la educación general deja de ser un espacio para sentar las bases del desarrollo integral del pensamiento y se convierte en un camino inherente, creando un recurso humano difícil de satisfacer las estrictas exigencias del mundo moderno.

Ante esta situación, ¿qué debe hacer Vietnam?

Vietnam necesita reformar con decisión su sistema de educación y admisión. El sistema de admisión universitaria debería basarse en exámenes integrales de evaluación de competencias, en lugar de limitarse a combinaciones de asignaturas. El rendimiento académico en más asignaturas debería combinarse, en lugar de solo tres, como ocurre actualmente, mediante exámenes integrales de evaluación de competencias.

Cuando las condiciones no permiten una evaluación integral de competencias a nivel nacional, es aconsejable agregar materias de admisión tanto en ciencias naturales como sociales tradicionales para asegurar el equilibrio, con una ponderación de prioridades flexible y adecuada al campo de estudio, y al mismo tiempo aplicar criterios de admisión adicionales como entrevistas y revisión de registros académicos para evaluar integralmente las capacidades de los candidatos.

Finalmente, cambiar la mentalidad de la gestión educativa es un requisito previo. Es necesario replantear la misión de la educación general, no para "orientar desde el principio" de forma rígida y poco científica, sino para preparar a los estudiantes con la capacidad de adaptarse y aprender a lo largo de su vida. Solo cuando nos atrevamos a superar los hábitos del pasado, la mentalidad de gestión fácil, la división de la educación en niveles, bloques sin conectividad ni integración, y avanzamos hacia una educación que desarrolle la capacidad integral de los estudiantes, podremos crear verdaderamente una generación de trabajadores capaces de adaptarse y competir en el ámbito internacional.

Fuente: https://vietnamnet.vn/viec-chia-khoi-xet-tuyen-lieu-co-can-tro-phat-trien-nguon-nhan-luc-the-ky-21-2412456.html