WWF pide la prohibición mundial de algunos productos de plástico de un solo uso.

Se trata de productos de plástico que pueden reducirse significativamente o eliminarse en poco tiempo, según informes publicados recientemente por el Instituto Eunomia por encargo de WWF.

Se necesita un acuerdo global sobre normas para abordar el problema de los residuos plásticos

Los informes clasifican los productos de plástico en grandes categorías según su riesgo de contaminación. Reconociendo la naturaleza compleja, interconectada y omnipresente de los plásticos en la sociedad, los informes también consideran las posibles consecuencias ambientales, sanitarias y sociales no deseadas derivadas de la eliminación o sustitución de ciertos tipos de plástico.

En noviembre de 2022, una encuesta de WWF realizada a 20.000 personas reveló que siete de cada diez apoyaban normas globales para poner fin a la contaminación por plásticos. Esto demuestra un fuerte respaldo a un tratado sobre plásticos que establezca normas globales vinculantes para todos los países, en lugar de un acuerdo voluntario donde los gobiernos puedan decidir si actúan o no.

Una vez adoptado el Acuerdo, WWF pide la prohibición inmediata de los artículos de plástico innecesarios que se encuentran en toallitas húmedas, colillas de cigarrillos, bolsitas de té; artículos de un solo uso como cubiertos, platos, vasos, bastoncillos de algodón y cigarrillos electrónicos desechables; microplásticos en pasta de dientes y cosméticos, entre otros.

En los casos en que no sea factible la prohibición inmediata, por ejemplo, en algunos envases de alimentos y bebidas de un solo uso, equipos de protección individual de plástico o neumáticos… El tratado debería prever la eliminación gradual, a más tardar en 2035, mediante impuestos y otros instrumentos financieros para reducir la demanda de producción y uso, y normas para reducir o eliminar el uso de plásticos.

Para los plásticos que no se pueden eliminar fácilmente, se debe priorizar su gestión y circulación seguras, de acuerdo con objetivos, normas y requisitos mínimos para la recogida, reutilización, reciclaje, eliminación y tratamiento, así como mecanismos de responsabilidad ampliada del productor, que incluyan los costes al final de su vida útil en el precio del producto, y sistemas de depósito y reembolso. WWF considera que es necesario apoyar una regulación eficaz a nivel mundial, en lugar de crear legislación para cada artículo de plástico, lo cual resulta complejo y puede generar posibles lagunas en la gestión.

“Estamos atrapados en un sistema que actualmente produce más plástico del que cualquier país puede gestionar, lo que está generando una crisis de contaminación plástica con repercusiones ambientales y sociales”, afirmó Marco Lambertini, representante de WWF. “Si los países no actúan ahora, la situación empeorará. Al ritmo actual, para 2040, la cantidad de plástico producido se duplicará, la cantidad de plástico que llega al océano se triplicará y la contaminación plástica total en el océano se cuadruplicará”.

captura-de-pantalla-2023-05-16-a-las-09:25:25.png — Los países deben acordar principios globales para abordar la contaminación por plásticos.

“No podemos permitir que esto suceda. La contaminación por plásticos es un problema global que requiere una solución global. Los negociadores deben tener en cuenta las recomendaciones de este informe y trabajar juntos para crear un tratado con normas globales vinculantes, integrales y concretas que puedan revertir la crisis de los plásticos”, afirmó Marco Lambertini.

El informe muestra que la mayor parte del consumo y uso de plástico se concentra en países de ingresos medios y altos. Barato y versátil, con innumerables aplicaciones en diversas industrias, casi la mitad de todo el plástico producido se utiliza en productos desechables o de corta duración que pueden tardar cientos de años en descomponerse. Las investigaciones indican que, en 2015, el 60 % de todo el plástico producido había llegado al final de su vida útil y se había convertido en residuo. El plástico reciclado representó menos del 10 % de los productos de plástico a nivel mundial.

Muchos países han tomado medidas, desde la prohibición de artículos de plástico como bolsas y pajitas hasta las microesferas en cosméticos o alimentos y bebidas de un solo uso. Sin embargo, los esfuerzos individuales no bastan. Las soluciones deben basarse en normas acordadas a nivel mundial que generen un impacto significativo y creen igualdad de condiciones para países y empresas.

Hacia una economía circular

Un representante de WWF afirmó: No hay razón para que una gran cantidad de productos de plástico desechables sigan circulando a nivel mundial cuando la gente tiene tan claros sus efectos nocivos, como la obstrucción de las fuentes de agua, la contaminación de los océanos y su entrada en la cadena alimentaria.

Las industrias ya cuentan con numerosas tecnologías para crear alternativas más sostenibles. Los países necesitan regulaciones e incentivos que apoyen esta transición, impulsen la innovación y promuevan el comercio de alternativas sostenibles.

captura-de-pantalla-2023-05-16-a-las-09:19:05.png — El plástico de un solo uso está causando consecuencias negativas para el medio ambiente.

Aunque existen normativas nacionales y medidas voluntarias, no bastan para impedir que los plásticos lleguen al medio ambiente desde un punto a otro, a cientos o incluso miles de kilómetros de distancia. Los plásticos de un solo uso, los microplásticos y los aparejos de pesca perdidos o desechados —conocidos como «artes de pesca fantasma»— son actualmente los principales causantes de la contaminación por plásticos en los océanos.

“Muchas comunidades carecen de la infraestructura necesaria para gestionar los residuos plásticos que llegan a su entorno, y los gobiernos no pueden costear los servicios de recolección. Como resultado, estas comunidades se ven obligadas a gestionar sus residuos por sí mismas, lo que puede tener repercusiones negativas en su salud”, afirmó Zaynab Sadan, Coordinadora de Políticas de Plásticos de WWF África.

Eliminar los plásticos de un solo uso innecesarios y de alto riesgo es el primer paso hacia una economía más circular y equitativa. Sin embargo, el pacto debe garantizar que se reconozca y tenga en cuenta a quienes puedan verse afectados por las prohibiciones, como los recolectores informales de residuos. Las negociaciones de París representan una oportunidad imperdible para implementar medidas globales que nos permitan superar la mentalidad de usar y tirar que impulsa la crisis climática y ambiental, y avanzar hacia la restauración y una vida en mayor armonía con la naturaleza.

Tras la primera reunión del Comité Intergubernamental de Negociación (CIN) el año pasado, las delegaciones negociadoras ahora deben concretar los detalles del texto del tratado para abordar la contaminación por plásticos de la manera más eficaz y equitativa.

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