
Dr. Nguyen Si Dung: Vietnam simplemente está haciendo lo que todo país ambicioso hace: participar seriamente en el juego global, con su propio trabajo - Foto: VGP
Un desafortunado malentendido es que la gente percibe el gran superávit comercial de Vietnam con Estados Unidos como una señal de injusticia, incluso de manipulación comercial. Y ahora, esto se está concretando con el anuncio de la imposición de aranceles de hasta el 46 % a las mercancías importadas de Vietnam a Estados Unidos.
Pero ¿cómo debemos interpretar estas cifras para que reflejen plena y honestamente la naturaleza de la relación económica entre ambos países? Y si optamos por imponer aranceles, ¿quiénes se verán realmente perjudicados?
Sin manipulación, solo reglas de mercado en funcionamiento
Vietnam no devaluó su moneda. No subvencionó ilegalmente sus exportaciones. En cambio, emergió de profundas reformas, abriendo sus mercados, atrayendo inversiones e integrándose en la cadena de suministro global de manera disciplinada, paciente y transparente.
El hecho de que Vietnam exporte más de 100 000 millones de dólares en bienes a Estados Unidos cada año e importe solo unos 10 000 millones de dólares es una consecuencia inevitable de un modelo de desarrollo basado en la producción industrial orientada a la exportación. Sin embargo, esto no significa que Vietnam se beneficie excesivamente, ya que la mayoría de esos bienes no son "creados" por Vietnam, sino que son producidos en Vietnam por empresas de IED —incluidas muchas empresas estadounidenses— y luego reexportados a Estados Unidos.
Un teléfono inteligente con la etiqueta "Hecho en Vietnam" exportado al mercado estadounidense puede valer 500 dólares, pero Vietnam solo retiene entre 15 y 20 dólares de valor añadido. El resto se destina a los centros de diseño, desarrollo, marca y distribución, la mayoría de los cuales se encuentran en Estados Unidos. Por lo tanto, la balanza comercial registra un superávit para Vietnam, pero la balanza de valores se inclina hacia Estados Unidos.
Estados Unidos no sólo no pierde, sino que se beneficia mucho.
Seamos honestos: ¿quién se beneficia más de esta relación económica?
En primer lugar, el consumidor estadounidense. Desde zapatillas Nike fabricadas en Vietnam hasta una silla de madera en la sala y una computadora portátil barata, todo esto ayuda a los estadounidenses a vivir más cómodamente con sus sueldos.
A continuación, se encuentran las corporaciones estadounidenses de tecnología y moda. Trasladaron sus fábricas a Vietnam no por obligación, sino por decisión estratégica, lo que les ayudó a reducir costos, estabilizar la cadena de suministro y afrontar las fluctuaciones geopolíticas . Vietnam se convirtió en un destino alternativo ideal para algunos países de la región, mientras que las ganancias seguían fluyendo hacia Silicon Valley o Wall Street.
En tercer lugar se encuentra la industria de exportación agrícola estadounidense. Vietnam importa miles de millones de dólares en algodón, soja, maquinaria y equipo médico de Estados Unidos. Mientras tanto, los agricultores vietnamitas siguen intentando vender kilos de arroz y litros de salsa de pescado al mercado estadounidense, pero la mayoría aún enfrenta obstáculos técnicos.
En otras palabras, si esta relación es un juego, es un juego en el que todos ganan, y Estados Unidos puede ganar más.
Mucha gente observa el superávit comercial y piensa que Vietnam se está enriqueciendo a costa de Estados Unidos. Pero la verdad es que Vietnam realiza el trabajo de un artesano cualificado, responsable del procesamiento, el ensamblaje, el progreso y la calidad, pero no posee el diseño, no decide el precio de venta ni se lleva la mayor parte de las ganancias.
Para mantener esa posición, Vietnam debe hacer muchos sacrificios: presión laboral, costes energéticos… y el riesgo de convertirse en un punto débil de la cadena de suministro si la situación internacional empeora.
A Vietnam tampoco se le permite gestionar libremente su comercio como las grandes potencias. Cualquier pequeño cambio en los aranceles, cualquier conflicto en las normas, puede alterar la situación. Esta fragilidad no puede considerarse una ventaja injusta.
Si se impone un arancel del 46%, los primeros perjudicados no serán necesariamente las empresas vietnamitas, sino las cadenas de suministro de las corporaciones. Estados Unidos, que tardó años en trasladar su presencia de otros países a Vietnam; los consumidores estadounidenses, porque el precio de los bienes aumentará; las relaciones La estrategia entre Vietnam y Estados Unidos está en el camino del desarrollo positivo con un espíritu de respeto y confianza mutuos.
En un mundo volátil, mantener relaciones comerciales justas, transparentes y mutuamente beneficiosas es la base de una estabilidad sostenible a largo plazo.
Por otra parte, parece que el lado estadounidense sólo tiene en cuenta el déficit comercial de bienes, sin tener en cuenta el enorme superávit de las exportaciones de servicios estadounidenses.
Cuando la política necesita una mirada más profunda que las cifras
No podemos construir una política comercial basándonos únicamente en el balance de importaciones y exportaciones. Esas cifras no reflejan toda la realidad. Necesitamos un análisis profundo de la estructura de la cadena de valor, los beneficios reales y la calidad de la relación de cooperación, así como los beneficios prácticos para los ciudadanos de ambos países.
Vietnam nunca ha buscado enriquecerse por medios ilegales. Vietnam no manipula. Vietnam simplemente hace lo que hace toda nación ambiciosa: participar seriamente en el juego global, con su propio esfuerzo.
Por eso Vietnam merece un trato justo.
Dr. Nguyen Si Dung
Fuente: https://baochinhphu.vn/xuat-sieu-sang-my-viet-nam-xung-dang-duoc-doi-xu-cong-bang-102250406081959758.htm










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