Gretchen Rubin (59 años) es una autora y oradora motivacional estadounidense. Se especializa en la investigación de la felicidad en la vida. Ha publicado numerosos libros sobre este tema, incluyendo "El Proyecto Felicidad", que ha vendido más de 3,5 millones de ejemplares en todo el mundo y se ha traducido a más de 30 idiomas.
La Sra. Rubin tiene dos hijas adultas. Basándose en su experiencia como madre y años de investigación sobre el tema de la felicidad, la Sra. Rubin ofrece cuatro lecciones para padres, para que puedan criar hijos felices.

La señora Gretchen Rubin (Foto: CNBC).
No es necesario animar a tu hijo cada vez que está triste.
La Sra. Rubin se dio cuenta de que intentar animar a su hijo cuando estaba de mal humor era ineficaz. Frases como: "Míralo por el lado bueno", "No es tan malo" o "Eres genial"... son clichés. En lugar de ayudarla a sentirse mejor, a menudo se siente peor.
Por el contrario, los niños a menudo se sienten reconfortados cuando su abuela les dice cosas como: “Eso fue terrible, debiste estar muy triste”, “Ese comentario fue malicioso, debiste sentirte herido”, o “A mí también me resulta difícil saberlo”…
Después de criar a dos hijos, la Sra. Rubin se dio cuenta de que los padres sólo pueden ayudar a sus hijos a mejorar su psicología admitiendo que efectivamente tienen problemas y que no están bien.
Demuestra amor aceptando la realidad
Una paradoja en la crianza de los hijos que ha preocupado a la Sra. Rubin durante muchos años es que ama a sus hijos, pero al mismo tiempo los presiona para que se esfuercen más, progresen más rápido y hagan más.
Finalmente, se dio cuenta de que el amor paternal es incondicional y está lleno de expectativas, incluso de ambiciones. Sin embargo, a veces aprender a aceptar la realidad es la solución que ayuda a padres e hijos a sentirse más cómodos.

Como padres, tenemos que vivir en las paradojas del tiempo (Ilustración: Leoai).
Sé amable contigo mismo y serás un mejor padre.
Una realidad que debemos aceptar es que no podemos obligar a otros a cambiar, incluso si esa persona es nuestro hijo.
Como madre, la Sra. Rubin descubrió que cuando ella misma cambió primero, cuidándose mejor, por ejemplo, priorizando dormir lo suficiente, reduciendo la irritabilidad, organizando su tiempo razonablemente para no estar apurada y manteniendo el sentido del humor, sus hijos también se volvieron más tranquilos y felices.
A medida que ella misma cambiaba, sus hijos respondían a esos cambios positivos, y las cosas fueron mejorando poco a poco. A partir de ahí, la Sra. Rubin se dio cuenta de que no podía obligar a sus hijos a cambiar, pero cuando ella cambiaba proactivamente, la forma en que ella y sus hijos interactuaban también cambiaba, y a partir de ahí, sus hijos podrían cambiar.
Aprecia cada momento, porque los niños crecen en un abrir y cerrar de ojos.
Rubin reconoce que, como padre, un día ajetreado o una semana difícil pueden parecer una eternidad, poniendo a prueba tu resistencia. Pero un año escolar puede pasar volando. Los niños crecen rapidísimo y, antes de que te des cuenta, ya son adultos.
Como padres, concluye Runbin, debemos vivir con la paradoja del tiempo: un día puede parecer muy largo, pero un año pasa rapidísimo. Por lo tanto, sin una clara noción del tiempo, los padres pueden perder la oportunidad de acompañar verdaderamente a sus hijos en sus preciosos años de formación.
Fuente: https://dantri.com.vn/giao-duc/4-bai-hoc-de-cha-me-nuoi-day-duoc-nhung-nguoi-con-hanh-phuc-20250514115624011.htm
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