Según datos del Telescopio Espacial Hubble y James Webb (JWST), la fuente de fotones libres en los albores del cosmos fueron pequeñas galaxias enanas que surgieron, despejando la opaca niebla de hidrógeno que cubría el espacio intergaláctico.
Emiten fotones ionizantes, que convierten el hidrógeno neutro en plasma, desempeñando un papel crucial en la reionización del universo.
"Este descubrimiento resalta el papel especial de las galaxias ultra débiles en la formación del universo temprano", dijo la astrofísica Iryna Chemerynska del Instituto de Astrofísica de París.
Cuando el universo todavía estaba en oscuridad
Inmediatamente después del Big Bang, el universo se llenó de plasma ionizado, denso y caliente.
La luz no puede penetrar porque los fotones son constantemente dispersados por los electrones libres, dejando al universo en oscuridad.

El Big Bang abrió el viaje evolutivo del universo (Foto: Espacio).
Aproximadamente 300.000 años después de la explosión, el universo se enfrió gradualmente y los protones y electrones se combinaron para formar hidrógeno neutro (con una pequeña cantidad de helio).
En esa época la luz podía transmitirse a través de un medio neutro, pero la fuente de luz era todavía muy rara: a partir del hidrógeno y el helio se formaron las primeras estrellas.
La intensa luz de las primeras estrellas arrancó electrones de los átomos de hidrógeno, convirtiendo el gas del espacio en plasma y haciendo que el universo fuera transparente para que la luz pudiera penetrar.
Aproximadamente mil millones de años después, el período del "amanecer cósmico" terminó y toda la luz del universo se iluminó oficialmente.
El sorprendente papel de las galaxias enanas
La observación de esta etapa es muy difícil debido a la gran distancia, la poca luz y la cobertura por la neblina.
Anteriormente, los científicos pensaban que los agujeros negros supermasivos o las galaxias gigantes con explosiones de estrellas eran la principal fuente de energía.
El JWST fue diseñado para observar profundamente el amanecer cósmico y descubrió que las galaxias enanas eran los actores clave.
Un equipo internacional dirigido por el astrofísico Hakim Atek del Instituto de Astrofísica de París analizó datos del cúmulo de galaxias Abell 2744, en conjunto con el Hubble.

Se estima que unas 50.000 fuentes de luz en el infrarrojo cercano son visibles en el campo de visión del cúmulo Abell 2744 (Imagen: NASA).
Este cúmulo de galaxias es tan denso que curva el espacio-tiempo, creando un efecto de lente cósmica que magnifica la luz de las galaxias distantes.
Gracias a ello, los científicos pudieron observar galaxias enanas muy cercanas al periodo del "amanecer cósmico".
Los resultados mostraron que las galaxias enanas no sólo son el tipo más común de galaxia, sino que también son mucho más brillantes de lo esperado.
De hecho, las galaxias enanas superan en número a las galaxias grandes en 100 veces, y la cantidad total de radiación ionizante que emiten es cuatro veces mayor que la que normalmente se cree que emiten las galaxias grandes.
“Son literalmente ‘plantas de energía cósmica’ que emiten radiación para reionizar todo el universo”, enfatizó Atek.
Estas galaxias de baja masa son fuente de tanta radiación energética que su influencia puede cambiar todo el estado del universo.
Fuente: https://dantri.com.vn/khoa-hoc/anh-sang-xuat-hien-tu-dau-khi-vu-tru-chim-trong-bong-toi-20251006074930452.htm
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