La Sra. Harris trae un soplo de aire fresco, pero...
Báo Tuổi Trẻ•03/11/2024
La política estadounidense rara vez ha experimentado un ascenso meteórico como el de Harris, pero aún quedan dudas sobre sus cualidades de liderazgo si gana.
La Sra. Harris hizo campaña en Little Chute, Wisconsin, el 1 de noviembre. Foto: REUTERS
Aunque las elecciones del 5 de noviembre en Estados Unidos se acercan rápidamente, el resultado sigue siendo un empate entre los candidatos presidenciales Donald Trump y Kamala Harris. Ambos han presentado sus ases sobre la mesa para que los votantes las consideren. La candidata demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, apuesta su voto a convertirse en la primera mujer en llegar a la Casa Blanca con políticas progresistas, pero igualmente controvertidas.
No se puede escapar de la sombra de los predecesores.
En cuanto al desempeño cara a cara, la mayoría de los observadores consideraba a Harris la mejor candidata en el único debate presidencial entre ambos candidatos. A pesar de haberse producido de forma repentina y con muy poco tiempo de preparación, la campaña de Harris se consideró bastante buena al proyectar una imagen fresca y positiva de ella ante los votantes. Sin embargo, a pesar de su excelencia, no pudo ocultar la debilidad inherente de que la candidata demócrata aún no había plasmado su propia personalidad en las políticas que prometía. En su análisis de la candidata presidencial, el Wall Street Journal comentó que la presidencia de Harris podría considerarse como el segundo mandato del presidente Joe Biden, o incluso el cuarto del expresidente Barack Obama. Al igual que Obama y Biden, Harris se convertiría en la próxima "surfista" de la ola de política progresista que arrasó al Partido Demócrata en el siglo XX.
Obama demostró su impresionante capacidad de oratoria durante una campaña a favor de Harris en Pensilvania, un estado clave para las primarias, el 10 de octubre. Foto: AFP
Según el Washington Post, Harris no ha explicado sus políticas económicas en detalle. Se ha centrado en promover e impulsar la construcción de una economía accesible para la clase media, denominada "economía de oportunidades". Uno de los pilares de su política es promover el bienestar social, especialmente mediante la expansión de los programas de Seguridad Social y Medicare (seguro médico ), así como el compromiso de no aumentar los impuestos a quienes ganan menos de 400.000 dólares al año. Además, pretende reactivar y ampliar varios programas de exención del impuesto sobre la renta personal, incluido el programa de reducción de impuestos para padres de recién nacidos. Sin embargo, Harris aún no ha detallado públicamente la hoja de ruta para alcanzar estos objetivos. Es probable que Harris continúe con la política de Biden de favorecer el comercio multilateral y el libre comercio, y de no abusar de las barreras arancelarias como lo hizo Trump. China podría ser una rara excepción a esta política. Durante sus cuatro años en la Casa Blanca, Biden y Harris han impuesto fuertes aranceles a las importaciones chinas, incluyendo vehículos eléctricos y minerales preciosos. Se espera que el vicepresidente continúe con esta política si es elegido.
Apoye a los aliados tradicionales
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, se reúne con la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich, el 17 de febrero. Foto: AFP
Los asuntos exteriores no son un aspecto muy valorado en la administración Biden-Harris. Durante su mandato, ambos experimentaron la sangrienta retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán, que causó la muerte de 13 soldados estadounidenses, y el rápido colapso del gobierno proestadounidense en ese país. El mundo también fue testigo de dos de los conflictos más graves en muchos años en Ucrania y Oriente Medio, mientras que las tensiones en el Estrecho de Taiwán se intensificaron significativamente. Esto se debe en parte a la postura blanda y poco disuasoria del actual presidente y vicepresidente. Muchos analistas temen que la falta de experiencia de Harris en la gestión de asuntos exteriores pueda animar a rivales de Washington, como Rusia y China, a ser más audaces. Sin embargo, es casi seguro que Harris continuará implementando las políticas exterior y de seguridad de Biden. Ha declarado que seguirá apoyando y proporcionando asistencia militar a Ucrania si es elegida presidenta, al tiempo que recalcó su postura de apoyar a Israel en Oriente Medio. La candidata demócrata no especificó si, bajo su administración, Estados Unidos impondría condiciones específicas a Tel Aviv a cambio de ayuda militar. También se espera que las relaciones entre Washington y sus aliados restantes, incluida la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Japón, Corea del Sur... permanezcan intactas si Harris se convierte en presidenta.
Continuando la ola radical
La Sra. Harris se fotografió con votantes en Pensilvania el 27 de octubre - Foto: AFP
En otros asuntos internos, el vicepresidente estadounidense enfatizó sus posturas progresistas y las del Partido Demócrata a lo largo de los años. La Sra. Harris apoya el derecho al aborto en particular y la autonomía corporal de las mujeres en general, afirmando abiertamente que luchará para que el Congreso estadounidense legisle este derecho a nivel federal. También aboga por impulsar políticas relacionadas con el cambio climático, especialmente la continuación de la implementación de la ley de reducción de la inflación, en cuya aprobación desempeñó un papel decisivo. Esta es la ley ambiental más ambiciosa del Sr. Biden, que destina cientos de miles de millones de dólares al presupuesto de las políticas de energía verde y limpia de la Casa Blanca. En cuanto a la inmigración ilegal, la Sra. Harris se comprometió a abordar este problema. La solución más significativa que ha propuesto es reactivar el proyecto de ley de control fronterizo, que fracasó debido a la oposición de Trump a principios de 2024. Finalmente, en el ámbito legislativo, Harris promete impulsar una serie de reformas, como eliminar el requisito mínimo de 60 votos para aprobar la mayoría de los proyectos de ley en el Senado y ajustar las normas electorales para facilitar el voto a distancia. En particular, el vicepresidente estadounidense buscará impulsar sus ambiciones de reforma judicial proponiendo límites al mandato de los jueces de la Corte Suprema.
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