Hoy, en medio del flujo moderno, ese río está entrando en un nuevo viaje, donde el espacio ribereño se convierte en el punto culminante de un Hanoi dinámico y creativo, que combina el pasado y el futuro.
El flujo de la historia: donde convergen la cultura y la leyenda
Originario de las altas montañas de Yunnan (China), el Río Rojo fluye hacia el sur, cruzando numerosas colinas y valles, hasta llegar a la confluencia fluvial fronteriza en la ciudad de Lao Cai, donde su curso une ambas orillas en el corazón de Vietnam. Con más de 550 km de extensión en forma de S, el Río Rojo serpentea a través de nueve provincias y ciudades, desde las escarpadas cascadas de la región alta hasta los fértiles puertos del Delta Norte, antes de desembocar en el Mar del Este a través del estuario de Ba Lat, ubicado entre las provincias de Thai Binh y Nam Dinh .


En Hanói, el Río Rojo fluye a lo largo de más de 160 km; no solo es un curso natural, sino también una fuente cultural. Durante miles de años, sus aguas rojas, junto con sus abundantes aluviones, han formado un fértil delta, donde los vietnamitas construyeron aldeas y formaron bulliciosas ciudades. No es casualidad que los vietnamitas lo llamen el Río Madre. Desde la leyenda de Son Tinh y Thuy Tinh, la historia de amor de Chu Dong Tu y Tien Dung, hasta la leyenda del dios Kim Quy ayudando a An Duong Vuong a fabricar una ballesta mágica, cada historia refleja la aspiración de nuestros antepasados de conquistar la naturaleza y proteger las fronteras del país.



El antiguo Thang Long, Hanói actual, desde el inicio de su fundación, eligió el Río Rojo como eje. En 1010, cuando el rey Ly Cong Uan trasladó la capital de Hoa Lu a la ciudadela de Dai La, concibió este lugar como un lugar donde "dragones se enroscaban y tigres se sentaban", donde convergían las energías espirituales del cielo y la tierra, donde los ríos se armonizaban, propiciando un desarrollo a largo plazo. La capital milenaria no solo era un centro político, sino también un vibrante centro comercial, donde los barcos mercantes atracaban en masa, trayendo mercancías y cultura de todas partes.
Las vastas aguas del Río Rojo no solo transportan aluvión, sino que también sustentan aldeas artesanales y prósperas ciudades. A lo largo de ambas orillas del río, desde la milenaria aldea alfarera de Bat Trang, la aldea papelera de Yen Thai, la aldea sedienta de Van Phuc, hasta la aldea floreciente de melocotón de Nhat Tan, cada lugar conserva el alma cultural de Thang Long, Hanói. Los muelles fluviales de antaño fueron antaño bulliciosos centros comerciales, donde se aglomeraban vendedores ambulantes, barcos mercantes y compradores y vendedores.
Sin embargo, con el tiempo, la rápida urbanización ha hecho que el espacio del Río Rojo caiga en el olvido. Han surgido carreteras y rascacielos, pero el río aún fluye, depositando silenciosamente aluvión y agua para la capital. Mientras grandes ciudades del mundo como Londres, Nueva York, Seúl, etc., han aprovechado al máximo el río para su desarrollo, Hanói aún está en proceso de recuperar el valor inherente del Río Rojo.
Espacio Río Rojo: nuevo símbolo de la Capital
Reconociendo el inestimable valor del río, Hanói está replanificando gradualmente el espacio a ambas orillas, buscando una nueva imagen, cuando el Río Rojo se convierta en el principal eje paisajístico del centro de la ciudad. El plan de zonificación urbana del Río Rojo tendrá el propósito de embellecer la ciudad y representa una oportunidad para que Hanói explote eficazmente el fondo de tierras a lo largo del río, creando un espacio vital en armonía entre las personas y la naturaleza.


En lugar de recurrir a la explotación del suelo para construir rascacielos, Hanói ha optado por un nuevo enfoque hacia la armonía entre la naturaleza y las personas. El espacio a ambas orillas se planificará en diversas áreas funcionales: parques ecológicos, zonas de ocio, espacios culturales y artísticos, terrenos aluviales convertidos en lugares para celebrar festivales tradicionales, etc. También se preservarán y promoverán las aldeas artesanales a lo largo del río, creando una conexión entre la historia y la modernidad.
En particular, el arenal del Río Rojo, una zona que antes estaba olvidada, se convertirá ahora en un parque cultural multifuncional, donde se recrearán los valores tradicionales, creando a la vez un espacio abierto para disfrutar de la naturaleza, el arte y las actividades creativas. El río dejará de ser solo una frontera para convertirse en un espacio de conexión, el aliento de una ciudad moderna.
El futuro del Río Rojo - el futuro de Hanoi
El plan de zonificación urbana del Río Rojo no es solo un plan, sino una visión a largo plazo para el desarrollo sostenible de la capital. Cuando se renueven ambas orillas del río, se complete el tráfico ribereño y se construyan nuevos puentes sobre él, Hanói lucirá una imagen completamente nueva: una ciudad moderna e impregnada de identidad cultural, donde la gente convive en armonía con la naturaleza.

Durante los últimos mil años, el Río Rojo ha presenciado las múltiples evoluciones de esta tierra. Y ahora, el río continúa acompañando a Hanói hacia una nueva era, donde el espacio del Río Rojo no solo forma parte del área urbana, sino también un símbolo de desarrollo sostenible, creatividad y prosperidad.
El Río Rojo ya no será sólo un arroyo silencioso en el corazón de la ciudad, sino que se convertirá en el alma de Hanoi, una ciudad con dos orillas, donde el pasado, el presente y el futuro se mezclan en cada arroyo.
Fuente: https://baolaocai.vn/bai-5-khong-gian-song-hong-bieu-tuong-moi-cua-thu-do-post399284.html
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