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La epopeya "Por la seguridad nacional y la vida en paz"

La circulación de la tormenta número 3 de 2024 ya pasó hace varios meses. Con sus terribles consecuencias, aún atormenta a muchos habitantes de Yen Bai. En un momento en que el mundo parecía desmoronarse, se han revelado historias de bomberos y rescatistas (PCCC y CNCH) de la Policía Provincial de Yen Bai, que conmueven el corazón de la gente, una prueba vívida del espíritu de una vida pacífica, dispuestos a dedicar su vida al servicio del pueblo.

Báo Yên BáiBáo Yên Bái16/04/2025


>>El Departamento de Policía de Prevención de Incendios y Rescate de la Policía Provincial de Yen Bai encontró a la víctima arrastrada por la inundación.

>>Policía de Yen Bai: El Centro de Bomberos y Rescate promueve el espíritu de "servir al pueblo"

 

En septiembre de 2024, la tormenta número 3 azotó el norte, dejando una profunda herida en la región de Yen Bai, con 54 muertos, 42 heridos y más de 27.300 viviendas dañadas. Mientras la gente buscaba refugio, soldados de la Policía Popular desafiaron el peligro para proteger la paz. Entre ellos, el teniente Doan Hai Ha, de 29 años, oficial del Equipo de Estado Mayor del Departamento de Policía de Prevención de Incendios y Rescate de la Policía Provincial de Yen Bai, con su historia, se convirtió en un ejemplo de valentía y humanidad.

La historia de su viaje de rescate en la oscuridad de la noche y su decisión correcta no es sólo un milagro, sino también una "melodía" que toca los corazones de las personas, un testimonio viviente del espíritu de una vida pacífica y un compromiso de toda la vida al servicio del pueblo.

Equilibrio entre riesgo y esperanza


Una llamada de socorro del Grupo 4, distrito de Yen Ninh, ciudad de Yen Bai, se escuchó en la oscuridad total del 9 de septiembre de 2024. Una vieja casa se había derrumbado por completo, enterrando a cuatro personas bajo una pila de hormigón y lodo. Las aguas subían y la ladera estaba a punto de derrumbarse de nuevo. Sin dudarlo, el teniente Doan Hai Ha y sus compañeros ignoraron el peligro y se acercaron rápidamente al lugar. La situación se agravó aún más: una persona había muerto, otra acababa de ser rescatada y dos seguían atrapadas bajo los escombros.

Con experiencia y serenidad, el teniente Ha usó rápidamente unas tenazas hidráulicas para separar cada centímetro de hormigón. Tras un gran esfuerzo, salvó a una víctima. La otra persona tenía la pierna rota por el marco de la puerta y la viga de la casa, y yacía bajo un gran trozo de hormigón, parte de la estructura que sostenía otros escombros en un frágil equilibrio.

Presas del pánico, las personas que se encontraban alrededor instaron repetidamente a los oficiales a amputarle la pierna a la víctima para salvarle la vida, pero el teniente Ha, con una mirada decidida, se negó. La decisión de no amputarle la pierna no fue solo una decisión técnica, sino también un acto profundamente humano.

En ese momento, la víctima, con el rostro pálido por el dolor y la pérdida de sangre, y los ojos llenos de lágrimas, suplicaba por su vida, pero al mismo tiempo decía: "¡Córtenme la pierna, no aguanto más!". La familia permanecía cerca, con lágrimas en los ojos, observando con impotencia a su ser querido en el límite entre la vida y la muerte. La presión pesaba sobre los hombros del Teniente Ha, ya que una decisión equivocada podría provocar el derrumbe de toda la estructura, sepultando a todos, desde la víctima hasta su propio grupo de trabajo.

Con años de experiencia en entrenamiento y combate, se dio cuenta de que amputar la pierna requería mover un trozo de hormigón, y que incluso la más mínima vibración podía alterar el delicado equilibrio, provocando un desastre. Les dijo a sus compañeros: «Tiene que haber otra manera. No podemos permitir que pierdan una parte del cuerpo si hay esperanza». Para salvar a la víctima a toda costa, ordenó al equipo de rescate que usara pinzas hidráulicas y herramientas de apoyo para separar cada centímetro de hormigón, excavando cuidadosamente el lodo poco a poco.

Llovía a cántaros, el suelo bajo sus pies amenazaba con tragárselo, pero sus manos no se detuvieron. Durante más de tres horas en esas duras condiciones, él y sus compañeros lucharon contra el tiempo, contra la naturaleza y contra la creciente desesperación en los corazones de las víctimas.

Alegría y lágrimas


A las 2:00 a. m. del 10 de septiembre de 2024, cuando el último trozo de hormigón se levantó justo lo suficiente, la víctima fue liberada sin tener que amputarle la pierna. Los suspiros de alivio del equipo de rescate se mezclaron con los sollozos de la familia. La víctima, a pesar del agotamiento, intentó levantar la cabeza, con los ojos llenos de gratitud hacia el teniente Ha, quien no los había abandonado en su momento más difícil. La madre abrazó a su hijo, susurrando: "¡Gracias... gracias por salvarle las piernas a mi hijo!".

La decisión del teniente Ha no solo salvó una vida, sino que también le dio a la víctima la oportunidad de caminar por sí misma, evitando las incurables "cicatrices" mentales que puede dejar una cirugía de amputación. En el contexto de la tormenta número 3 que se llevó tantas vidas, esa acción es como un rayo de luz, una confirmación de que incluso entre la vida y la muerte, la compasión y la perseverancia aún pueden triunfar.

La decisión del teniente Ha de no amputar la pierna de la víctima demuestra su excelente profesionalismo, su serenidad bajo presión y, sobre todo, su bondad. No eligió la solución fácil, sino el camino más difícil para proteger la vida de la víctima.

En una situación de emergencia, cuando cada segundo cuenta, esa decisión puede ser controvertida, pero es ese riesgo responsable lo que hace que el milagro suceda. Su acción conmovió a quienes la presenciaron. No solo por su valentía, sino también por sus profundas emociones: la imagen de un soldado empapado bajo la lluvia y la tormenta, con las manos temblorosas de frío y fatiga, pero con los ojos brillantes de fe en completar la misión.

Símbolo del sacrificio silencioso



El Cuerpo de Bomberos y Rescate y vehículos especializados están presentes en las zonas inundadas de la ciudad de Yen Bai para ayudar a la población a evacuar a un lugar seguro. Foto: Policía Provincial de Yen Bai


No solo se detuvieron en la misión de rescate del Grupo 4, sino también en el distrito de Yen Ninh. El Teniente Mayor Ha y la Fuerza de Prevención de Incendios y Rescate de Yen Bai también participaron en docenas de otras misiones para superar las consecuencias de la tormenta número 3. Buscaron víctimas entre los escombros, sortearon fuertes inundaciones, evacuaron a cientos de familias de zonas peligrosas y distribuyeron cientos de comidas de socorro. Ante inundaciones, árboles caídos, deslizamientos de tierra e innumerables peligros, el Teniente Mayor Ha y sus compañeros nunca flaquearon. Sus compañeros compartieron: "El Teniente Mayor Ha siempre es el primero en ofrecerse como voluntario. Sin importar lo cansado o peligroso que fuera, nunca se rindió. Decía que cada grito de auxilio es una vida y no podemos ignorarlo ni por un segundo".

La historia del Teniente Doan Hai Ha es un vívido testimonio de la valentía y la humanidad de las Fuerzas de Seguridad Pública del Pueblo de Vietnam. La imagen de los oficiales y soldados de la Fuerza de Prevención de Incendios y Rescate empapados, con las manos temblorosas de frío, pero con los ojos brillantes al completar su misión, ha quedado profundamente grabada en el corazón de los habitantes de Yen Bai. Su sacrificio silencioso no solo salvó dos vidas, sino que también iluminó la esperanza en los días más difíciles.

Tras la tormenta, los yen bai seguían recordando a ese soldado, como muestra de gratitud hacia los héroes que estaban listos para plantar cara. Fueron ellos, como el teniente Doan Hai Ha, quienes escribieron la epopeya heroica sobre el espíritu de "Por la seguridad de la patria y una vida en paz", dejando una huella imborrable en el corazón del pueblo.

Vu Thi Phuong Thao

  (Departamento de Seguridad Política Interna, Policía Provincial de Yen Bai)


Fuente: https://baoyenbai.com.vn/215/348911/Ban-hung-ca-Vi-An-ninh-To-quoc-va-binh-yen-cuoc-song.aspx


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