
Al llegar a Pakistán, los turistas pueden ver fácilmente los camiones Taj (o Jingle Trucks) decorados con patrones coloridos. A muchos vietnamitas incluso les da escalofríos verlo por primera vez.

La tradición de pintar y decorar camiones en este país se originó en la década de 1940 cuando los conductores sikh pintaban retratos de gurús y figuras religiosas, luego agregaban paisajes, caballos alados, pavos reales, peces, flores, etc. en el interior y el exterior de sus vehículos para mostrar respeto y rezar por la seguridad mientras viajaban.

Para producir una carrocería decorativa, los paquistaníes tienen que utilizar una serie de cosas como hierro, madera, pintura, plástico y asientos de tela. Estos elementos combinados entre sí crean un aspecto único y llamativo.

Este proceso tarda aproximadamente un mes y requiere más de diez trabajadores. Luego de completar el marco, el trabajador procede a soldar los detalles al vehículo.

Al abrir la puerta para entrar en el estrecho espacio del habitáculo, es fácil ver que cada centímetro de espacio, desde el volante, los asientos, los bordes de los cristales... están todos bellamente elaborados. Los poemas e historias religiosas están detallados y grabados intrincadamente, convirtiendo cada automóvil en una obra de arte única.

El arte de decorar camiones en Pakistán se hizo mundialmente famoso en la década de 1970, cuando los turistas internacionales llegaron aquí y lo encontraron extraño y lo mostraron a sus amigos y familiares.

En un libro sobre el viaje desde Turquía a través de Irán hasta el sur de Asia llamado "Paraíso", un grupo de hippies de Europa y América también expresaron su sorpresa ante estas extrañas imágenes.

En los últimos tiempos, la decoración de camiones paquistaníes se ha vuelto cada vez más diversa. Además de retratos de dioses y gurús, los paquistaníes también pintaron a sus personajes favoritos.

No hay espacio desperdiciado, incluso el espejo retrovisor está meticulosamente decorado con bordes.

Además, la caja o barrera del camión también está decorada con campanas y cuerdas. A medida que el coche avanzaba, el sonido del tintineo era muy agradable a los oídos, junto con los hilos de tela de colores ondeando en el viento.

Cada parte está decorada de forma diferente con un estilo distinto, dependiendo de la región. Por ejemplo, los camiones en Balochistani y Peshawari tienden a utilizar más madera, mientras que en Rawalpindi e Islamabad las molduras de los vehículos a menudo están hechas de plástico.

Se sabe que el arte de decorar camiones aquí también afecta en gran medida los negocios de las personas. Creen que cuanto más bonito sea el coche, más potencial de desarrollo tiene.

Para decorar un coche completo, los conductores tienen que pagar entre 3.000 y 5.000 dólares. Esta ha sido desde hace mucho tiempo una característica cultural distintiva no sólo en Pakistán sino también en algunos países de Asia Central.
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