
Al entrar en la mediana edad, el cuerpo comienza a cambiar silenciosamente, el metabolismo se ralentiza, la resistencia disminuye y los órganos se "degradan" gradualmente - Foto: Dailymail
Un análisis de sangre aparentemente sencillo puede ser un informe detallado sobre el estado de salud de cada persona. Según el Dr. Dean Eggitt, experto médico y director ejecutivo de la Junta de Salud Local de Doncaster (Reino Unido), el control de la presión arterial regular es una de las medidas más eficaces para ayudar a las personas a vivir sanas, largas y prevenir enfermedades de forma proactiva.
"El cuerpo después de los 40 años es como un coche que ha recorrido decenas de miles de kilómetros y sigue funcionando bien, pero si no se le hace un mantenimiento regular, todo se deteriorará más rápido de lo que se cree", compartió el Dr. Eggitt.
Considera que la mediana edad es una etapa importante para comprobar los indicadores biológicos, especialmente a través de la sangre, que refleja con precisión el estado de la mayoría de los órganos del cuerpo.
A continuación se presentan cuatro pruebas importantes que los médicos recomiendan realizar periódicamente después de los 40 años.
Análisis de lípidos en sangre: un espejo que refleja la salud cardiovascular
El colesterol es una grasa que desempeña un papel importante en la estructura de la membrana celular y la producción de hormonas. Sin embargo, un desequilibrio entre el colesterol "bueno" (HDL) y el colesterol "malo" (LDL) puede causar una serie de problemas cardiovasculares peligrosos. Cuando el LDL se acumula en las paredes arteriales, crea placa, lo que provoca el estrechamiento de los vasos sanguíneos y aumenta el riesgo de hipertensión arterial, accidente cerebrovascular e infarto de miocardio.
Según el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS), los niveles ideales de colesterol son no HDL inferiores a 4 mmol/L y HDL superiores a 1,0 mmol/L para los hombres o 1,2 mmol/L para las mujeres. En la mediana edad, la capacidad del cuerpo para eliminar el colesterol malo disminuye, por lo que el análisis de lípidos en sangre es especialmente importante.
Una prueba de lípidos no solo mide el colesterol, sino que también evalúa los niveles de triglicéridos, un tipo común de grasa presente en los alimentos cotidianos. Los niveles altos de triglicéridos suelen estar asociados con la diabetes, la obesidad o la enfermedad del hígado graso.
El Dr. Eggitt recomienda que el control de los lípidos en sangre debe comenzar con el estilo de vida: comer menos grasas saturadas, reducir el alcohol, aumentar el consumo de verduras y pescado.
Hacer al menos 150 minutos de ejercicio a la semana ayuda a mejorar la circulación y a reducir el colesterol malo. En algunos casos, su médico podría recetarle medicamentos para reducir el colesterol si sus niveles de colesterol en sangre superan los niveles peligrosos.
Controlar la función renal: Proteger el «filtro» del organismo
Los riñones son responsables de filtrar la sangre, eliminar toxinas, mantener el equilibrio hídrico, salino y mineral, y controlar la presión arterial. Cuando la función renal disminuye, las toxinas se acumulan, afectando a todo el cuerpo sin que el paciente lo note durante mucho tiempo.
Un análisis de sangre para medir los niveles de creatinina es la forma más sencilla de evaluar la función renal. Un nivel alto de creatinina es una señal de alerta de que los riñones no funcionan correctamente. La enfermedad renal crónica es una enfermedad que progresa de forma silenciosa y solo se detecta en las etapas graves, cuando el tratamiento se vuelve difícil.
Las estadísticas muestran que al menos un millón de personas viven con enfermedad renal sin saberlo. Las causas comunes son la edad, la hipertensión arterial o la diabetes.
Por lo tanto, las pruebas regulares de la función renal pueden ayudar a detectar y prevenir complicaciones graves como insuficiencia cardíaca, accidente cerebrovascular o hipertensión crónica.
Prueba de azúcar en sangre: Identifique al "enemigo silencioso" de la diabetes
El alto nivel de azúcar en la sangre es un factor de riesgo para diversas enfermedades crónicas, desde la obesidad hasta las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares. El Dr. Eggitt denomina a la diabetes una "enfermedad inflamatoria sistémica" porque daña todos los órganos del cuerpo con el tiempo.
Para controlar la glucemia, la prueba de HbA1c es la prueba de referencia. Esta prueba refleja el nivel promedio de glucemia de los últimos 2 a 3 meses. Si el índice de HbA1c es alto, el paciente corre el riesgo de padecer prediabetes o se encuentra en la etapa de prediabetes.
Un nivel alto de azúcar en sangre crónico puede provocar complicaciones como daño a los nervios de las manos y los pies, pérdida de visión, insuficiencia renal e incluso cetoacidosis, una afección potencialmente mortal. Sin embargo, el nivel de azúcar en sangre puede fluctuar temporalmente debido al estrés, una enfermedad o la falta de ejercicio, por lo que es importante mantener un estilo de vida estable y controlarlo regularmente.
Una dieta equilibrada, baja en azúcares refinados y rica en fibra, mantener un peso saludable y hacer ejercicio con regularidad pueden ayudar a mantener el azúcar en sangre bajo control. "No hay una fórmula mágica más que cuidarse a diario", enfatiza el Dr. Eggitt.

En la actualidad existen muchos dispositivos fáciles de usar que permiten controlar la presión arterial en casa - Foto ilustrativa
Monitoreo de la presión arterial: un indicador vital que no se puede ignorar
Aunque no es un análisis de sangre, medir la presión arterial es una herramienta importante para evaluar la salud cardiovascular general. Decenas de millones de personas en todo el mundo viven con presión arterial alta, y la mitad de ellas la tienen sin controlar.
La presión arterial alta se diagnostica cuando la lectura en casa es de 135/85 mmHg o superior, o de 140/90 mmHg en un centro médico. La presión arterial saludable oscila entre 90/60 mmHg y 120/80 mmHg, y las personas mayores de 40 años deben mantenerla alrededor de 115/75 mmHg para reducir el riesgo cardiovascular.
La hipertensión arterial a menudo no presenta síntomas evidentes, pero daña silenciosamente las paredes de los vasos sanguíneos, aumentando la carga sobre el corazón y los riñones. La buena noticia es que esta afección se puede controlar fácilmente con cambios en el estilo de vida: bajar de peso, llevar una dieta baja en sal, limitar el consumo de alcohol y café, y hacer ejercicio con regularidad.
Los 40 no son el fin de la juventud, sino el comienzo de un camino consciente hacia la salud. Cada análisis de sangre no es solo un número insignificante, sino un recordatorio para escuchar a tu cuerpo y detectar a tiempo los cambios más pequeños para vivir una vida más sana y plena.
La salud no es algo que perdemos de un día para otro, sino el resultado de pequeñas decisiones que tomamos a diario. Y cada análisis de sangre es una oportunidad para comprendernos y protegernos mejor.
Fuente: https://tuoitre.vn/bon-xet-nghiem-nen-thuc-hien-sau-tuoi-40-de-song-khoe-manh-hon-20251026211808591.htm






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