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El fútbol chino en caída libre en el campo de juego asiático

Desde la Segunda Liga de Campeones de la AFC hasta la Elite, una serie de malos resultados exponen el alarmante declive del fútbol chino.

ZNewsZNews28/11/2025

Trung Quoc anh 1

El Beijing Guoan abandonó el Hang Day la noche del 27 de noviembre con una derrota inexcusable. Se adelantaron, crearon muchas ocasiones y, en un momento dado, tuvieron la situación bajo su control, pero al final lo perdieron todo.

La derrota por 1-2 ante Cong An Ha Noi no solo provocó que el representante chino fuera eliminado anticipadamente de la Liga de Campeones Dos de la AFC, sino que también reveló el declive de toda una industria del fútbol que se está quedando atrás del continente.

Beijing Guoan merecía ser eliminado.

La derrota siguió un guion familiar hasta el punto de ser… aterradora. El Beijing Guoan abrió el marcador tras un error de su oponente, y luego tuvo sucesivas ocasiones para ampliar la diferencia. Sin embargo, la indecisión en la definición, la gestión precipitada de las situaciones y la vacilación de los delanteros hicieron que se desperdiciara la frágil ventaja.

Cuando se perdió la oportunidad de sentenciar el partido, un equipo tan desanimado como el Beijing Guoan cayó inmediatamente en un estado de inestabilidad. Se replegaron demasiado pronto, jugaron a lo seguro, perdieron el control del mediocampo y gradualmente permitieron que sus oponentes los relegaran a una posición pasiva.

Finalmente, sucedió lo que tenía que suceder. Dos goles encajados en la segunda mitad, uno fruto de una combinación feroz del equipo local y otro de una defensa desubicada en el minuto 90, pusieron fin a un partido en el que los representantes chinos desperdiciaron más ocasiones que sus oponentes. Perdieron porque no supieron aprovechar el momento. Perdieron porque perdieron la concentración en los momentos más importantes. Y perdieron porque les faltó un jugador con la calma suficiente para liderar al equipo durante el periodo de presión.

Las réplicas no se hicieron esperar. Las críticas, la decepción e incluso la conmoción abundaban en los comentarios chinos. Todas las críticas se centraban en un solo punto: el Beijing Guoan desperdició demasiado. El disparo al larguero, los saques de centro fallidos y los pases finales imprecisos fueron citados como evidencia de la propia caída del equipo.

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El Beijing Guoan fue eliminado de la Segunda Liga de Campeones de la AFC. Foto: Minh Dan .

Pero las tensiones no terminan ahí. La derrota del Beijing Guoan es solo una muestra de un panorama más amplio, en el que los clubes chinos se enfrentan a duras realidades al más alto nivel en Asia.

El panorama más amplio

En la Liga de Campeones Élite de la AFC 2025/26, donde China cuenta con tres representantes, el declive es aún más evidente. Tras cinco partidos, los tres equipos chinos han caído al último puesto de la región oriental.

Ninguno de los dos equipos está en el grupo para avanzar. Cada uno de sus partidos ha seguido un patrón similar: empezar con potencial, generar ocasiones, controlar el balón un rato y luego perder el ritmo a medida que sus oponentes aumentan el ritmo.

Chengdu Rongcheng solo logró sumar un punto en casa a pesar de su sólida actuación contra el Sanfrecce Hiroshima el 25 de noviembre. Shanghai Port, el equipo dominante en la liga nacional, no estuvo en sintonía con el alto ritmo de los clubes coreano y japonés.

El Shanghai Shenhua, a pesar de sus momentos explosivos, aún carecía de la agudeza necesaria para convertir su ventaja en goles. Hubo partidos en los que tuvo más remates que sus oponentes, incluso con disparos a la madera, pero al final se quedó con las manos vacías.

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El fútbol chino está en declive a nivel internacional. Foto: Minh Dan .

Lo que preocupa al público chino es la asombrosa similitud en la forma en que caen sus representantes. Son fracasos por oportunidades desperdiciadas. Son derrotas por falta de concentración. Son segundos tiempos cansados. Y psicológicamente pesados ​​cuando el partido entra en la fase decisiva. Ningún equipo es lo suficientemente fuerte como para mantener una presión constante, ni ningún jugador está listo para dar un paso al frente y cambiar el resultado.

Cuando un equipo fracasa por estas razones, puede ser una cuestión de entrenamiento o de forma. Pero cuando cuatro equipos, de dos competiciones continentales diferentes, caen de la misma manera, es señal de una debilidad sistémica.

El hecho de que el fútbol chino haya caído al último puesto de la élite de la Liga de Campeones de la AFC demuestra que se está quedando cada vez más atrás de Japón y Corea. No solo les falta velocidad de procesamiento, sino también conexión entre líneas, iniciativa en la presión y valentía para competir bajo presión. En muchos partidos, los clubes chinos juegan bien en los primeros 30 minutos, pero en cuanto el rival aumenta la velocidad, todas las brechas quedan expuestas de inmediato.

Como resultado, las plazas continentales de China comenzaron a disminuir. Sus coeficientes de rendimiento bajaron, privándolas de la ventaja que habían dado por sentada años atrás. Al quedar los clubes chinos fuera del grupo competitivo, se inició un círculo vicioso: menos plazas, menos oportunidades de competir y más dificultades para atraer talento.

En ese contexto, la derrota del Beijing Guoan en Hang Day fue la gota que colmó el vaso. El equipo con más ocasiones de gol fue el que perdió el partido. Un equipo de fútbol con gran ambición a menudo perdía en momentos que exigían valentía. Y un campeonato nacional con gran potencial financiero estaba claramente en desventaja al entrar en el escenario asiático.

El fútbol chino alguna vez se propuso convertirse en el mejor equipo del continente. Pero ahora se enfrenta a la realidad de que sus rivales regionales han mejorado con mayor rapidez y consistencia. Las derrotas en la Liga de Campeones Élite de la AFC y la derrota por reversa ante la CAHN son solo síntomas de su proceso de retroceso.

Para cambiar, necesitan más que unas pocas victorias. Necesitan recuperar la confianza, mejorar la calidad del entrenamiento, aumentar la velocidad de juego y, sobre todo, recuperar la compostura. Si siguen cometiendo los mismos errores, desperdiciando oportunidades, perdiendo la concentración y refugiándose en el miedo, el fútbol chino tardará muchos años en recuperar su antigua posición.

La derrota en el Día de la Suspensión no fue un tropiezo. Fue una advertencia. Y una advertencia que había sonado demasiadas veces.

Fuente: https://znews.vn/bong-da-trung-quoc-roi-tu-do-o-san-choi-chau-a-post1606180.html


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