Todavía recuerdo claramente el primer día que pisé la estación, en ese entonces yo era apenas una jovencita recién graduada de la carrera de inglés, mis manos todavía temblaban cuando sostenía el primer boletín de noticias, mis ojos aún estaban desconcertados entre los equipos, las máquinas y las voces experimentadas de mis superiores. Todo era nuevo y un poco abrumador, pero dentro de mí había un fuego de emoción, un deseo de aprender y aportar a cada noticia y a cada programa.
Con el paso del tiempo fui creciendo con la profesión y madurando bajo el mismo techo de BPTV. Durante casi 15 años, he pasado por innumerables eventos y noticias internacionales, desde actualidad, política , hasta deportes, entretenimiento, cultura, ciencia... Hay días en los que tengo que leer decenas de páginas de documentos para entender un problema, hay noches en las que no puedo dormir porque una frase no está traducida del todo. Poco a poco comprendí que este trabajo no es sólo traducir, requiere atención, precisión y sensibilidad hacia el lenguaje. Aprendí a seleccionar palabras para que fueran concisas, coherentes y conservaran el espíritu de la información original. Cada boletín no es simplemente un producto de trabajo, sino un puente que acerca a la audiencia al gran mundo exterior.
El autor (segundo desde la izquierda) con colegas bajo el mismo techo de BPTV
Me encanta la sensación que siento cuando se transmiten las noticias que traduzco, cuando oigo las voces emocionadas de los locutores repitiendo las líneas que he elaborado con tanto esmero. Es una alegría silenciosa pero orgullosa, porque sé que aunque sólo soy la persona que está detrás, sigo aportando una pequeña parte a conectar conocimiento, a conectar al público con el mundo .
He aprendido mucho de la profesión. Es una responsabilidad: que cada línea de noticias que traduzco pueda llegar a muchos espectadores. Se trata de precisión: cuando una palabra equivocada puede distorsionar todo el mensaje. Es paciencia: cuando tienes que sentarte durante horas a buscar información sólo por un término técnico difícil. Y, sobre todo, la creencia de que, aunque sólo soy un pequeño eslabón de la gran rueda de la televisión, todo lo que hago contribuye a crear valores comunes. Durante esos años, no fui sólo traductor, sino también narrador de historias para audiencias y oyentes, a mi manera.
Además de mi trabajo profesional, BPTV también es un lugar que me brinda profundas lecciones sobre la compasión y la responsabilidad social a través de actividades de voluntariado. Durante más de 12 años trabajando con la Unión de Jóvenes de BPTV, he estado en muchos lugares, en muchas áreas remotas de Binh Phuoc . Los viajes a los distritos de Bu Gia Map, Bu Dang, Loc Ninh, los resbaladizos caminos de tierra roja en la temporada de lluvias, las noches pasadas en áreas remotas sin señal de teléfono, las sonrisas de los niños al recibir ropa nueva o libros con olor a papel... todo permanece intacto en mi memoria. Fueron esos viajes los que me ayudaron a comprender más sobre el significado de las dos palabras "dedicación". No tiene por qué ser nada grande, a veces basta con un pequeño regalo, un encuentro, un fuerte apretón de manos… pero suficiente para llevar alegría y esperanza a los demás. A partir de ahí, aprendí a reducir la velocidad, a escuchar más, a valorar lo que tengo y a seguir alimentando el espíritu de compartir en cada pequeña cosa de cada día.
Ahora, mientras los días de vivir bajo el techo común de BPTV van transcurriendo lentamente, mi corazón se llena de un sentimiento de tristeza inexplicable. Cada vez que miro tranquilamente hacia el rincón familiar de mi escritorio, la taza con el logo de BPTV que se ha descolorido con el tiempo, el viejo cuaderno con el lomo desgastado, los guiones de programas recortados en un libro que conservo por costumbre, todo de repente se vuelve extrañamente familiar. Porque no son sólo objetos. Son juventud, sudor, sonrisas, lágrimas y un viaje. Pienso en mis compañeros más cercanos que se quedan despiertos hasta tarde para hacer programas juntos y compartir las alegrías y las tristezas de la vida cotidiana. Pienso en los almuerzos apresurados para terminar el trabajo, en las discusiones acaloradas y luego en las carcajadas como si nada hubiera pasado. Somos una familia, en el verdadero sentido de la palabra, aunque no relacionados por la sangre pero unidos por la confianza y el amor a la profesión.
El autor (fila derecha) y sus colegas se preparan para filmar el video musical "Every Step We Take".
Pronto cada uno de nosotros seguirá su camino. Habrá gente que traerá consigo experiencias y recuerdos de BPTV para comenzar un nuevo viaje en Dong Nai. Algunas personas optarán por cambiar de trabajo y probar cosas que nunca antes habían experimentado. Y también habrá gente que se detenga, que se escuche, que reflexione y que redibuje el camino que tiene por delante. Aunque cada uno de nosotros sigue su propio camino, creo que BPTV siempre será un lugar de encuentro en todos nuestros recuerdos.
Casi 15 años viviendo bajo el techo común de BPTV, no es un viaje muy largo, pero suficiente para crecer cada día, suficiente para coleccionar muchos recuerdos y suficiente para sentirme orgullosa y agradecida de ser parte de este lugar. Si pudiera devolver algo sólo quería decirte gracias. Gracias BPTV, la casa que me dio la oportunidad de vivir fiel a mí mismo. Gracias a todos los compañeros y amigos que han acompañado, apoyado y compartido. Pase lo que pase en el futuro, creo que lo que hemos vivido juntos no se perderá, sino que se convertirá en recuerdos, motivación e historias para contar para siempre. Y quién sabe, un día, cuando vuelva a escuchar una noticia familiar, sonreiré, recordando el tiempo en el que vivía plenamente bajo el techo común de BPTV, donde cada sueño comenzaba a partir de palabras sencillas pero cariñosas.
Fuente: https://baobinhphuoc.com.vn/news/548/173239/bptv-trong-trai-tim-toi
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