Según el Strait Times, solo en 2025, el gigante chino de vehículos eléctricos BYD tuvo que retirar del mercado más de 210.000 vehículos. La atención se centra ahora en el último retiro, que afecta a casi 89.000 vehículos híbridos, un evento que está sacudiendo la opinión de la industria automotriz mundial y generando profundas preocupaciones sobre la relación entre la velocidad de crecimiento y la seguridad de los productos.
Según un anuncio oficial de la Administración Estatal de Regulación del Mercado (SAMR) de China, este retiro a gran escala afecta a los vehículos fabricados entre enero de 2021 y septiembre de 2023. Las autoridades han instruido a los propietarios a devolver sus vehículos a los concesionarios inmediatamente para su inspección y reemplazo de las piezas defectuosas. El aspecto más preocupante de este retiro es la naturaleza del problema técnico. A diferencia de muchos errores de software que pueden solucionarse remotamente o problemas de mantenimiento rutinario, este retiro se debe a un componente de hardware esencial del vehículo de nueva energía.

En concreto, el problema radica en la uniformidad de los paquetes de baterías durante la fabricación. Este es un defecto técnico grave, ya que afecta directamente al rendimiento del vehículo. Un paquete de baterías no uniforme puede provocar una caída repentina de potencia, incapacitando por completo el funcionamiento eléctrico puro del vehículo y, en el peor de los casos, representando un riesgo para la seguridad del conductor en la carretera. El hecho de que se requiera intervención física en lugar de una solución de software demuestra la complejidad y la gravedad de este problema.
El retiro de casi 89.000 vehículos híbridos no es un incidente aislado, sino el último eslabón de una serie de problemas técnicos que enfrenta BYD. Anteriormente, la compañía había registrado varios retiros a gran escala este año, lo que ha generado un panorama desolador para la fiabilidad de sus productos. En octubre, más de 115.000 modelos Tang y Yuan Pro fueron retirados debido a problemas de diseño y batería.

Además, antes del retiro de octubre, casi 97.000 vehículos eléctricos puros (VE) de la compañía también fueron retirados debido a un defecto en el sistema de control de dirección, una falla técnica extremadamente peligrosa que podría provocar incendios. Según datos del Strait Times, el total de más de 210.000 vehículos retirados en tan solo un año es un récord desalentador, que obliga a observadores y consumidores a reconsiderar seriamente los procesos de control de calidad de este fabricante líder mundial de automóviles.
Dada la magnitud y la frecuencia de los fallos técnicos, los expertos han comenzado a cuestionar seriamente la capacidad de gestión de la producción de BYD. La marca es conocida por su estrategia de rápido crecimiento, expandiendo agresivamente su cuota de mercado tanto en vehículos eléctricos como híbridos. Sin embargo, esta rápida expansión parece haber tenido un alto precio: un control de calidad deficiente. La estabilidad de la línea de producción y los estándares de seguridad no parecen haber seguido el ritmo del vertiginoso crecimiento de las ventas.

La consecuencia inmediata de esta ola de retiradas es la fuerte presión financiera que soporta la empresa. Las acciones de BYD han sufrido una importante caída, ya que los inversores temen que los enormes costes de las reparaciones en garantía, el reemplazo de baterías y la reparación de averías reduzcan sus beneficios netos. En la industria automotriz, especialmente en los vehículos de nueva energía, la confianza del consumidor y la seguridad técnica son vitales. La continua aparición de averías generalizadas podría dañar gravemente el atractivo y la reputación de marca que BYD ha construido con tanto esfuerzo.
Ante la crisis, BYD emitió rápidamente un comunicado para tranquilizar al público. La compañía se comprometió a ofrecer reparaciones completamente gratuitas a todos los clientes afectados. El proceso incluye el reemplazo de la batería y una inspección exhaustiva del sistema eléctrico y la batería para garantizar que el vehículo se encuentre en perfectas condiciones antes de ser devuelto a su propietario. Esta medida demuestra en parte la responsabilidad de la compañía; sin embargo, también coloca a BYD en una posición difícil, enfrentando una doble presión: una feroz competencia en precio y tecnología con sus rivales en China e internacionales, a la vez que refuerza los procesos de control de calidad para cumplir con los requisitos cada vez más estrictos de las autoridades reguladoras.

Este evento también sirve como una profunda llamada de atención para los consumidores que estén considerando cambiar a vehículos ecológicos. Si bien los vehículos híbridos o eléctricos ofrecen importantes beneficios ambientales y de ahorro de combustible, no son totalmente inmunes a los riesgos técnicos. Los clientes tienen el derecho y la necesidad de exigir a los fabricantes de automóviles que garanticen los más altos estándares de seguridad y un control riguroso desde la fabricación de componentes hasta la inspección posventa. Es evidente que la industria de vehículos de nuevas energías está entrando en una fase de competencia basada en la calidad genuina, no solo en el precio o la autonomía.
Vietnam se está abriendo con fuerza a los vehículos eléctricos, incluyendo productos importados de bajo precio. Sin embargo, una selección cuidadosa y un estricto control de calidad son necesarios para garantizar un desarrollo sólido.
Fuente: https://khoahocdoisong.vn/byd-trieu-hoi-89000-xe-hybrid-loi-pin-loi-khong-the-sua-bang-phan-mem-post2149075508.html






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