DTO - A principios de julio, cuando todo el país esperaba con ansias el Día de los Inválidos de Guerra y los Mártires (27 de julio de 1947 - 27 de julio de 2025), tuvimos la oportunidad de regresar a Kpong Ta Bet, provincia de Pray-Veng (Reino de Camboya), donde los soldados del Equipo K91 (Comando Militar de la provincia de Dong Thap) llevan a cabo diligentemente la sagrada misión de buscar y recoger los restos de los mártires. En medio de una tierra extraña, hay una persona que siempre los acompaña como parte indispensable de ese viaje de amor: el tío Hen, un anciano vietnamita en el extranjero, exsoldado que participó en la guerra de resistencia contra Estados Unidos.
Tío Gallina (segundo desde la derecha)
El verdadero nombre del tío Hen es Le Phuoc Hung y este año cumple más de 80 años. Es vietnamita y ha vivido en el distrito de Kpong Ta Bet desde niño. En 1968, siguiendo el llamado sagrado de la Patria, se ofreció como voluntario para unirse al ejército vietnamita y fue asignado a tareas logísticas en la Región Militar 8. Los años de vida, lucha y servicio en el ejército dejaron recuerdos imborrables en el corazón del veterano soldado. Tras el fin de la guerra en 1976, se desmovilizó y regresó a vivir una vida civil sencilla en el mercado de Kpong Ta Bet.
La profunda camaradería y la comprensión de las pérdidas y los sacrificios de los soldados en el pasado se convirtieron en la fuerza impulsora que impulsó al tío Hung a acompañar al Equipo K91 desde principios de la década de 2000, cuando la unidad comenzó a llevar a cabo la misión de buscar y recolectar los restos de los mártires en Camboya.
Gracias a su conocimiento de la zona y su reputación en la comunidad, el tío Hen se convirtió en el puente entre el Equipo K91 y la gente local. Diariamente, buscaba discretamente, recopilaba información y verificaba cada rastro, cada historia que se transmitía de boca en boca sobre los lugares donde habían caído los mártires. Cuando el Equipo K91 regresó al trabajo, se acercó proactivamente, proporcionó información e incluso no dudó en liderar y apoyar la búsqueda bajo el sol abrasador de la zona fronteriza.
El tío Hen confesó: «Solía luchar con mis camaradas. Entiendo lo que significa el sacrificio de un soldado. Ahora, mientras viva, sigo teniendo la responsabilidad de traer a mis camaradas de regreso a la patria». Esa simple frase encierra todo el corazón de un veterano soldado, que siempre vive con todo su amor y lealtad hacia sus camaradas fallecidos.
Para los oficiales y soldados del Equipo K91, el Tío Hen no solo es una valiosa fuente de información, sino también un apoyo familiar y espiritual. Cada vez que el Equipo visita la zona, siempre trae algún regalo, a veces una fruta de palma, a veces un tazón de sopa casera... Cada vez que descubre los restos de mártires, incluso bajo el intenso sol del mediodía, permanece en silencio esperando a que se abra la última tumba. Hay restos que, al ser encontrados, estaban corroídos por las raíces de los árboles, y se le llenan los ojos de lágrimas.
El Teniente Coronel Vo Thanh Dan, Capitán del Equipo K91, compartió con emoción: «En los últimos 20 años, el tío Hen y nosotros hemos encontrado más de 300 restos de mártires. Nunca ha recibido compensación alguna según el régimen. Al contrario, cada vez que sabía que el Equipo venía a trabajar, siempre preparaba regalos para sus hermanos como si fueran familiares».
Sin presumir ni hacer alarde, la dedicación y las nobles acciones del tío Hen son un testimonio vivo de la lealtad de un soldado de Ho Chi Minh en tierra extranjera. Es un bello símbolo de camaradería, responsabilidad histórica y profunda gratitud hacia quienes dedicaron su juventud a la Patria.
La historia del Tío Hen no sólo trata sobre la lealtad a los camaradas: también es un ejemplo inspirador de gratitud, la moralidad de "Cuando bebas agua, recuerda su fuente" y el deseo de curar el dolor de la guerra.
NGUYEN TRUNG TUYEN
Fuente: https://baodongthap.vn/xa-hoi/cau-chuyen-nghia-tinh-voi-dong-doi-cua-chu-hen-132806.aspx
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