El puente de la Vía Láctea se refleja en el lago King Le.
El Puente de la Vía Láctea no es solo una obra arquitectónica. Es una magnífica sinfonía de colores, formas y luces, que se asemeja a una gran flor que florece en el cielo. Los pétalos de un rojo brillante, tallados como si fueran del material del atardecer, se alzan orgullosos hacia el cielo púrpura intenso, como invitando a los viajeros a adentrarse en un elegante mundo de ensueño.
"Todavía hay un camino lunar en el mundo.
“Llévanos a la tierra de los sueños”.
Admira las "flores de luz" florecientes.
Durante el día, el puente resplandece con un cálido color amarillo miel, realzando su elegante presencia en medio del vasto bosque verde. Cada escalón se curva suavemente, como una pincelada magistral en una vívida pintura de tinta, transportando a los visitantes a un remanso de paz en plena naturaleza. El puente abraza la ladera, cubierto por la profunda copa de los árboles, como la suave mano de la Madre Naturaleza acariciando a los visitantes tras largas y agotadoras jornadas.
Al ponerse el sol, las luces de las plataformas electrónicas de flores se encienden una a una. Un mundo mágico aparece gradualmente, brillando como la Vía Láctea en el cielo. Las luces púrpuras, rojas y azules se fusionan, reflejándose en la superficie del lago, creando una ilusión misteriosa que impide que quien lo visite lo mire.
“Estar en el puente es como estar en medio del cambio de estaciones.
Un lado es la realidad, el otro lado es la fantasía...”
El Puente de la Vía Láctea combina armoniosamente naturaleza y luz para crear una escena maravillosa.
Lo que distingue al Puente de la Vía Láctea es su diseño. Sin pretensiones ni extravagancias, cada línea se selecciona cuidadosamente para honrar la filosofía de la "unificación del cielo y el hombre". El puente no es solo para contemplar y caminar, sino también para sentir y sublimarse en cada instante entre la tierra y el cielo de Lam Kinh.
Desde lo alto del puente, los visitantes pueden disfrutar de una vista panorámica de LAMORI envuelta en una fina capa de niebla. A lo lejos se alzan colinas ondulantes, con villas de tejados curvos. El viento sopla suavemente, trayendo la fragancia del jardín de hierbas y del antiguo bosque, infundiendo una extraña pureza en el alma.
Todo el mundo es un lugar de encuentro ideal para los niños, donde las luces brillantes iluminan sus primeros sueños inocentes.
El Puente de la Vía Láctea no es solo un punto de encuentro con millones de vistas, sino también un lugar donde se reúnen las buenas energías, un encuentro amoroso, un lugar para celebrar votos y rezar bajo el centelleante cielo estrellado. Allí, cada paso evoca una paz excepcional en medio del ajetreo de la vida cotidiana.
LAMORI no construyó el Puente de la Vía Láctea solo para admirarlo, sino para vivirlo. Vive cada momento plenamente, vive cada emoción profundamente. Porque para cada visitante, el Puente de la Vía Láctea se convertirá en un recuerdo inolvidable, pero que nunca se desvanece.
Minh Ngoc (Países Bajos)
Fuente: https://baothanhhoa.vn/cau-ngan-ha--tuyet-tac-anh-sang-giua-tang-khong-257290.htm
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