El fútbol europeo quedó conmocionado por los fracasos del Barcelona y el Manchester City. Estos desastrosos tropiezos dejaron muchas preguntas a los aficionados al fútbol sobre el verdadero carácter, la estructura y la ambición de este "gigante" en el ámbito continental.
Barcelona frágil
Viajando a Stamford Bridge como visitante, el Barcelona parecía estar desorientado, ya que la mayoría de sus jugadores clave estaban listos para regresar. La Blaugrana creó algunas jugadas que hicieron creer a la afición, como el disparo de Ferran Torres en posición de cara al portero rival a los pocos minutos de iniciado el partido.

El Chelsea (derecha) convirtió a los jugadores del Barcelona en aprendices en Stamford Bridge. (Foto: CHELSEAFC)
Los momentos de brillantez pasaron rápido; en cambio, el juego del Barcelona solo hizo que los corazones de los aficionados se aceleraran. El fuera de juego se rompía constantemente, y la defensa de cuatro hombres del Barcelona era penetrada a menudo por los veloces jugadores del Chelsea.
Un momento de tensión provocó que el defensa Jules Koundé marcara un autogol, y pocos minutos después, el capitán Ronald Araujo fue expulsado, como un cuchillo fatal que destruyó la última defensa del Barcelona. La estructura defensiva estaba desorganizada, el partido era un caos, el Barcelona parecía desmoronarse ante la intensa presión y la versatilidad del Chelsea.
Antes del partido, el entrenador Hansi Flick afirmó con seguridad que sus jugadores estaban preparados para un partido abierto contra el Chelsea, decididos a compensar su defensa en Londres... En realidad, cuando el ataque del Barcelona no logró marcar, la debilidad de la defensa se hizo aún más evidente, dejando al descubierto la debilidad del "gigante descalzo" catalán.
El Chelsea jugó cada vez mejor en la segunda mitad, sobre todo cuando contaba con la ventaja de tener más jugadores en el campo. El baile de Estevao frente a la portería antes de marcar el segundo gol, junto con el gol frío de otra joven estrella, Liam Delap, sentenció el destino del representante de La Liga en esta visita, que tuvo un final "menos bueno, más malo".
Más que una humillante derrota por 0-3, el tropiezo en Stamford Bridge fue una dura advertencia para el Barcelona: actualmente carecen no solo de profundidad en la plantilla, sino también de identidad, estabilidad y capacidad para resistir la presión. Un rendimiento inestable, una defensa frágil, falta de control y espíritu de lucha en el mediocampo: lo que solía ser su sello distintivo ahora parece haberse desvanecido.
El Manchester City pulsa el botón de autodestrucción
No muy lejos de Londres, el Manchester City experimentó una amarga derrota en casa, en el Etihad Stadium, que sorprendió a la afición. Con todas las ventajas de jugar en casa y una superioridad numérica, el Manchester City confía en imponerse fácilmente al Leverkusen, un equipo que el propio Pep Guardiola no apreciaba cuando dirigía la Bundesliga.
Aunque no es del todo subjetivo, las 10 sustituciones de Pep Guardiola en comparación con la última derrota contra el Newcastle han preocupado a los expertos, aunque todos comprenden su intención de asegurar la condición física de jugadores clave ante el apretado calendario de partidos. Esta audaz rotación ha roto el ritmo habitual, provocando que el Manchester City pierda su forma habitual de operar: el mediocampo no puede controlar el ritmo, las opciones de ataque se vuelven rígidas, hay muchos balones pero las ocasiones de peligro son escasas.
Pep Guardiola admitió su error táctico, "una gran apuesta", como dijo tras el partido. El Manchester City, con su ambición de ganar en todos los frentes esta temporada, ahora debe afrontar la dura realidad: el Etihad ya no es una fortaleza inexpugnable y una evaluación demasiado "purificada" del equipo podría hacer que Pep y el Manchester City paguen un alto precio.
De la noche a la mañana, el Barcelona y el Manchester City, dos símbolos de poder y ambición, se volvieron demasiado frágiles. El Barcelona era demasiado débil debido a la falta de estabilidad en su estilo de juego, mientras que el Manchester City demostró claramente su dependencia del sistema y de las individualidades, algo que Pep a menudo evitaba y no quería mencionar.
En la Champions League, donde cada error puede dejar al descubierto todas las deficiencias, tanto el Barcelona como el Manchester City se enfrentan a un enorme reto ahora que la temporada entra en una fase crucial. El toque de atención en Stamford Bridge y Etihad es realmente necesario para los dos "gigantes" del fútbol europeo.

Fuente: https://nld.com.vn/champions-league-ban-linh-mong-manh-cua-2-ga-khong-lo-196251126214606928.htm






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