El 18 de junio, información del Hospital Popular 115 (HCMC) decía que los médicos de esta unidad acababan de salvar con éxito la vida de una paciente que había sufrido dos accidentes cerebrovasculares en 48 horas.
Anteriormente, la paciente (de 57 años) ingresó en un hospital de menor categoría por debilidad en el lado derecho del cuerpo. Allí, tras determinarse que la causa era una oclusión de la arteria cerebral media izquierda, se le administraron trombolíticos a tiempo, se recuperó rápidamente y superó la debilidad.
Sin embargo, la alegría no duró mucho. Menos de 24 horas después de ser trasladado al Hospital Popular 115 para su seguimiento, el paciente sufrió repentinamente una recaída del ictus con síntomas de debilidad en el lado izquierdo del cuerpo.
La puntuación NIHSS (que mide la gravedad del accidente cerebrovascular) aumentó de 0 a 13, lo que indica un daño grave en el hemisferio opuesto.

La mujer sufrió dos derrames cerebrales consecutivos, lo que le causó daño cerebral grave. (Ilustración: Unsplash)
Tras recibir la señal de socorro, el Departamento de Enfermedades Cerebrovasculares activó de inmediato el procedimiento de alerta de ictus intrahospitalario. Los resultados de la tomografía computarizada mostraron que la arteria cerebral media derecha estaba obstruida por un coágulo sanguíneo recién formado.
El paciente fue trasladado de inmediato a la Unidad de Intervención Neurovascular para una intervención endovascular urgente. Tras la intervención, se recanalizaron con éxito los vasos sanguíneos. El paciente se recuperó de forma impresionante, alcanzando una fuerza muscular de 5/5 y desapareciendo por completo los signos de hemiplejía izquierda.
Tras la intervención, la paciente recibió tratamiento con anticoagulantes de nueva generación (ACOD) para controlar la fibrilación auricular, principal causa de ictus recurrente. Actualmente, su estado es estable y no se han registrado nuevos eventos.
Este caso ilustra los peligros de los accidentes cerebrovasculares recurrentes tempranos causados por la fibrilación auricular, un trastorno común del ritmo cardíaco que ocurre cuando los impulsos eléctricos en las aurículas (las dos cámaras superiores del corazón) no están sincronizados, lo que hace que las aurículas tiemblen en lugar de contraerse rítmicamente.
Las personas con fibrilación auricular pueden no presentar síntomas evidentes. La afección puede causar palpitaciones, dificultad para respirar, sensación de falta de aire, mareos, sudoración y dolor en el pecho.
La fibrilación auricular no solo es incómoda, sino que también conlleva graves riesgos potenciales, especialmente un accidente cerebrovascular debido a la formación de coágulos sanguíneos en las aurículas. Este coágulo sanguíneo puede viajar al cerebro, causando una obstrucción y provocando un accidente cerebrovascular.
La enfermedad suele presentarse en ancianos, en aquellos con enfermedades cardiovasculares crónicas, en aquellos que se han sometido a cirugía a corazón abierto, en aquellos con enfermedades de la tiroides, diabetes, enfermedades pulmonares crónicas y en aquellos que abusan del alcohol o de estimulantes.
Los médicos del Hospital Popular 115 recomiendan la detección y el control riguroso de la fibrilación auricular, especialmente en personas mayores. El uso de anticoagulantes bajo la supervisión de un especialista es clave para prevenir la recurrencia de accidentes cerebrovasculares.
Fuente: https://dantri.com.vn/suc-khoe/chay-dua-cuu-nguoi-phu-nu-bi-dot-quy-2-lan-trong-48-gio-20250618014755774.htm
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