Juega a las redes sociales, ¡no dejes que las redes sociales te jueguen a ti!

Las redes sociales atraen a los usuarios al estimular la secreción de dopamina en el cerebro, un neurotransmisor que genera una sensación de recompensa y placer. Por lo tanto, la sensación de adicción a las redes sociales es completamente real.

Chơi mạng xã hội chứ đừng để mạng xã hội chơi bạn!

La adicción a las redes sociales reduce la capacidad de los usuarios para concentrarse, pensar profundamente y pensar de forma independiente.

En Hanói , contemplar la puesta de sol en el Lago Oeste es una especialidad. En los días de buen tiempo, muchos se dicen: «Si no dan una vuelta al lago juntos, contemplar demasiado la puesta de sol es un pecado contra el buen tiempo».

El atardecer ocurre muy rápido, así que si llegas unos minutos tarde, puedes perderte la escena más maravillosa. Sin embargo, cuando estás en el lugar correcto en el momento oportuno, la mayoría de la gente saca su teléfono para filmar cómo el sol desaparece gradualmente tras los edificios. Si no lo guardan en sus teléfonos, el atardecer no existirá.

Y así, en lugar de contemplar con calma una magnífica puesta de sol, dejando que los sentidos se fusionen con la luz color miel del sol, el murmullo de las olas del lago y la suave brisa... la gente se ocupa en enfocar, ajustar la composición y el estabilizador. Luego, continúan con los 7749 pasos: elegir una foto, añadir un filtro y crear un pie de foto digno del momento.

Es alarmante que muchos jóvenes hoy en día consideren normal desconectarse del mundo que los rodea. Hubo una época en que TikTok se hizo viral con videos como este: Un grupo de amigos cercanos fue a una cafetería durante dos horas. Se tomaron fotos durante una hora; las editaron durante 30 minutos; publicaron y respondieron comentarios durante los 30 minutos restantes. Resultó que los amigos habían quedado, pero cada uno estaba ocupado creando su propia imagen en las redes sociales, inmerso en su propia alegría en sus teléfonos.

Viendo el atardecer en el Lago del Oeste. (Foto: Nguyen Hong)

La tecnología facilita la conexión entre diversas aplicaciones de teléfonos, computadoras y dispositivos inteligentes. En estas comunidades en línea, las personas pueden encontrarse, conectar e intercambiar información fácilmente, sin importar la distancia geográfica o incluso el idioma.

Pero la paradoja es que cuanto más interactuamos activamente en las redes sociales, más incómodos nos sentimos al conocer gente en persona. El hecho de que los usuarios estén absortos en las alegrías de las redes sociales es como un vagabundo que se pasea por las noticias sin parar para no perderse nada. La mayoría de las interacciones en la red son breves, superficiales y apresuradas. Por lo tanto, cuanto más conectamos con la multitud de millones de personas en línea, más solos nos sentimos.

¿Las redes sociales obligan a los usuarios a desconectarse del mundo que les rodea? ¡Para nada! Aunque están creadas por algoritmos que atraen a los usuarios a un sinfín de contenido, la decisión de usarlas y cómo usarlas es nuestra. Las opiniones que piden prohibir las redes sociales por sus aspectos negativos son tan absurdas como prohibir las motos, los coches, etc., para reducir los accidentes de tráfico.

Al atraer a los usuarios mediante la estimulación cerebral para secretar dopamina (un neurotransmisor secretado en el cerebro), las redes sociales brindan una sensación de recompensa y placer. Por lo tanto, la sensación de adicción a las redes sociales es completamente real.

Y una vez "adictos", los usuarios quieren más, y por más tiempo. Esto, sin quererlo, anima a los productores a crear contenido cortísimo, facilón o simplemente "sin sentido". Gradualmente, además del deterioro de las habilidades comunicativas, los usuarios también pierden la capacidad de concentrarse, pensar con profundidad y de forma independiente.

Señalar estos efectos nocivos no significa obligar a los usuarios a esconderse del mundo. Facebook, Instagram, TikTok… son la cumbre de la tecnología. Abren nuevas oportunidades y hacen la vida mucho más cómoda. Pero, ¡aprovechen las redes sociales, no dejen que las redes las aprovechen!

La naturaleza ha dotado a los humanos de los sentidos necesarios para conectar con la naturaleza y la comunidad. La imagen de un individuo independiente y de mente fuerte, que no se aferra a los elogios de la multitud, es mucho más hermosa que la de un hombre anónimo y errante que lucha contra el miedo a perderse algo.