Asia Central en la nueva estrategia de política exterior de Pekín
En los últimos años, China ha reconfigurado gradualmente su cooperación con los países de Asia Central, avanzando hacia un desarrollo más estrecho y sistemático. Desde 2020, se celebran reuniones ministeriales entre ambas partes en el formato C5+1, un modelo de cooperación entre China y cinco países de Asia Central. Un hito importante tuvo lugar en 2023 en Xi'an, cuando China celebró su primer foro de jefes de Estado con países de Asia Central y firmó una declaración conjunta, incorporando así oficialmente a la agenda regional el concepto de «Comunidad de Destino Común para la Humanidad», impulsado por el presidente Xi Jinping.
Desde entonces, Asia Central se ha integrado en la estrategia de política exterior a largo plazo de China, no solo en el plano económico, sino también en el político y de seguridad. El foro celebrado en Kazajistán a mediados de junio reafirmó el papel del mecanismo C5+1 como plataforma para el diálogo estratégico entre China y la región de Asia Central, lo que refleja la profundidad y la continuidad de esta política.
Sin embargo, el contexto de este foro es particularmente delicado: el mundo presencia una escalada de conflictos globales y una situación geopolítica cada vez más compleja. En ese contexto, la visita del presidente Xi Jinping a Asia Central no es simplemente una actividad diplomática rutinaria, sino que algunos medios occidentales la interpretan como un intento de establecer una «alianza amistosa» en torno a China, una forma de preparación ante la posibilidad de una confrontación estratégica con Estados Unidos.
Por supuesto, China mantiene su postura oficial de promover la paz , la seguridad y el desarrollo sostenible con sus socios de Asia Central. Sin embargo, lo que se debatió en el reciente foro, como la mayor coordinación en materia de seguridad, la inversión en infraestructuras interregionales y la conectividad energética, sugiere que la agenda real tiene un enfoque estratégico más profundo, que va más allá de meras declaraciones de buena voluntad.
La visita del presidente Xi Jinping a Asia Central se centra en áreas estratégicas como la energía, la conectividad de infraestructuras y la tecnología digital. Sin embargo, la cooperación no se limita a estos tres pilares. China está expandiendo activamente su influencia a través de centros lingüísticos, institutos de investigación y programas de transferencia de tecnología en Kazajistán, demostrando una estrategia integral para incrementar el nivel de compromiso con la región. Esta estrategia se implementa de forma sistemática y eficaz, evidenciando claramente los objetivos estratégicos de Pekín en Asia Central.
Las relaciones económicas entre China y los países de Asia Central se asientan sobre bases sólidas, cimentadas en la práctica de una cooperación eficaz y la despolitización. Según Izvestia, el presidente kazajo, Kassym-Jomart Tokayev, afirmó que «China, al abordar grandes proyectos económicos, jamás impone condiciones políticas» y siempre cumple sus compromisos con prontitud. En el contexto de Asia Central, caracterizada por una mentalidad tradicionalmente cautelosa, esta declaración reviste importancia, pues fortalece la confianza de la región en la estabilidad y la solidez de la cooperación con Pekín.
Económicamente, la energía sigue siendo una prioridad estratégica para China. Si bien la economía china muestra signos de desaceleración, la demanda interna de energía se mantiene elevada. Presionada por iniciativas competidoras como el programa «Global Gateway» europeo o la amenaza de una guerra comercial con Estados Unidos, China está acelerando sus acuerdos energéticos internacionales. En la reciente Cumbre China-Asia Central, Kazajistán firmó un acuerdo con China sobre energías renovables. Asimismo, se han propuesto diversos proyectos en la región de Turkestán, entre ellos la planta solar de Sauran, en colaboración con China Energy, lo que demuestra los esfuerzos por modernizar el sector energético regional con el apoyo técnico y financiero de China.
Además de la energía, Pekín también se centra en la infraestructura y la logística. Desde proyectos de la iniciativa de la Franja y la Ruta hasta la integración de Asia Central en el Corredor Económico China-Pakistán, China está estableciendo gradualmente una red de conectividad estratégica integral. Proyectos clave como el ferrocarril China-Kirguistán-Uzbekistán y el ferrocarril Transafgano no solo impulsan el comercio regional, sino que también constituyen una herramienta fundamental para materializar la visión global de China, en especial el concepto de una «Comunidad de Destino Común».
Respuesta de Moscú: ¿Oportunidad de cooperación o señal de competencia?
Existen numerosas opiniones que apuntan a un posible conflicto de intereses entre Rusia y China en Asia Central, sugiriendo que Pekín está sustituyendo gradualmente el papel tradicional de Moscú en la garantía de la seguridad regional. Sin embargo, resulta imposible ignorar que ambos países son miembros de mecanismos de cooperación en materia de seguridad, como la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), y comparten intereses en el mantenimiento de la estabilidad y el desarrollo pacífico en Asia Central.
Según Andrei Kortunov, director científico del Consejo Ruso de Asuntos Internacionales (RIAC), las actividades de China en Asia Central, especialmente a través de mecanismos como la Cumbre Asia Central-China, revisten una importancia estratégica para la Federación Rusa. En primer lugar, estos procesos se desarrollan en una región que tradicionalmente ha estado dentro de la esfera de influencia rusa. En segundo lugar, los proyectos de infraestructura de transporte y energía liderados por China tienen el potencial de crear conexiones alternativas, transformando el panorama económico y de transporte, algo que Rusia debe analizar detenidamente.
Rusia tiene un claro interés en mantener la estabilidad y el desarrollo sostenible en Asia Central, y la cooperación con China en el marco de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) u otras estructuras multipolares podría contribuir a ese objetivo. Sin embargo, la creciente penetración económica de China, junto con su creciente influencia, también plantea interrogantes sobre la posibilidad de una reconfiguración de los centros de poder en la región.
Por lo tanto, las iniciativas de China representan un doble desafío para Rusia: por un lado, un reto en la competencia por la influencia geopolítica; por otro, una oportunidad para mantener un papel clave si logra promover una coordinación estratégica constructiva, basada en intereses comunes y una visión a largo plazo en la región.
Hung Anh (Colaborador)
Fuente: https://baothanhhoa.vn/chu-tich-trung-quoc-tap-can-binh-tham-trung-a-hop-tac-canh-tranh-va-dinh-hinh-lai-trat-tu-khu-vuc-252613.htm






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