En busca de los derechos de autor
El Centro de Derecho y Derechos de Autor de la Asociación Vietnamita de Derechos de Autor (VIETRRO) acaba de anunciar la verificación y el registro de derechos de autor de varias obras cuyos autores no han sido identificados claramente. Se trata de: Retrato de la actriz Tra Giang (autor: anónimo), Fotografía de Miss Vietnam Thu Trang el día de su coronación en 1955 (autor: anónimo) y Retrato de Thanh Nga (autor: Thanh Chi). Esta acción se considera inusual, ya que hasta ahora la mayoría de las obras anónimas se consideraban de dominio público y de libre acceso.

Para explicar esto, muchos coleccionistas citan el artículo 27 de la Ley de Propiedad Intelectual vigente sobre la protección de duración limitada (Derechos morales y de autor transferibles), que establece lo siguiente: Para las obras póstumas, el plazo es de 50 años a partir de la primera fecha de publicación; para las obras de arte aplicado, fotográficas, cinematográficas y anónimas, el plazo es de 75 años a partir de la primera fecha de publicación; para las obras que no se hayan publicado en los 25 años siguientes a su creación, el plazo de protección es de 100 años; para las demás obras, el plazo de protección abarca la vida del autor y 50 años después de su fallecimiento. Solo una vez transcurrido el plazo de protección de los derechos de autor, la propiedad de la obra pasa a ser de dominio público.
“Antes, mucha gente se basaba en el hecho de que el autor había fallecido hacía mucho tiempo para asumir que la obra pertenecía al público, olvidando deliberadamente las disposiciones específicas de la ley. Las acciones de VIETRRO buscan, fundamentalmente, respetar los derechos de autor conforme a la legislación vigente para garantizar los derechos, si los hubiere, del autor o sus herederos”, declaró un coleccionista de arte de Ciudad Ho Chi Minh.
Difícil resolver el conflicto
La falta de respeto a los derechos de autor ha sumido al mercado artístico nacional en una situación caótica, donde la infracción de los derechos de autor se está volviendo cada vez más compleja, y ya no se trata simplemente de plagio como antes.
Un ejemplo típico es la disputa por derechos de autor entre el acuarelista D.Q. y el director PNML, que se ha prolongado durante más de tres años y aún no se ha resuelto por completo. En concreto, el director PNML acusó a la pintura «Rincón del tocador» del artista D.Q. de tener muchos detalles similares a una escena de su proyecto cinematográfico «Co Du». Esta escena fue concebida, diseñada y escenificada originalmente utilizando artefactos antiguos combinados con tecnología CGI (imágenes generadas por ordenador) y se considera una obra creativa completa del director y el equipo de producción. Este litigio, sin precedentes (presunto plagio entre una pintura y una escena cinematográfica), carece de una normativa específica, lo que dificulta determinar quién tiene la razón.
La historia del artista Teo Pham se prolonga desde hace más de cinco años, pero no se vislumbra un final ni una solución. Tras publicar una imagen de su obra en su página personal, alguien copió y encriptó el NFT (Token No Fungible, una obra de arte digital encriptada que se comercializa en la cadena de bloques), vendiéndolo con éxito por casi 1000 USD. En principio, el encriptado de un NFT es irreversible, por lo que la obra encriptada se considera que ya no pertenece al autor.
En el contexto actual, la creación artística no puede quedar al margen del desarrollo tecnológico. Sin embargo, la tecnología no solo se aplica como herramienta creativa, sino que también desempeña un papel fundamental en la protección de los derechos de autor. Proteger las obras es proteger a los artistas, preservar el valor del trabajo creativo y garantizar la transparencia para los coleccionistas. El artista Bui Trong Du, cuyas obras han sido copiadas, expresó: “La tecnología es una herramienta eficaz para que los artistas protejan sus obras. Sin embargo, en última instancia, son las personas quienes deciden. Si los consumidores se comprometen a no utilizar productos falsificados o copiados ilegalmente; si los artistas cuyos derechos de autor han sido vulnerados se comprometen a luchar por ellos; y si las autoridades actúan con firmeza contra quienes los infringen deliberadamente, sin duda no habrá lugar para la infracción de los derechos de autor”.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/chuyen-ban-quyen-trong-nghe-thuat-cong-nghe-di-doi-voi-y-thuc-post806882.html






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