Sin embargo, para que la ecologización de los viajes en transporte sea verdaderamente exitosa y gane consenso social, es necesario reconocer francamente que las políticas actuales no son lo suficientemente fuertes para cubrir a los grupos vulnerables.
El cambio a vehículos ecológicos es una tendencia global, pero si se implementa de forma injusta, creará una nueva "brecha verde" entre los ricos y los desfavorecidos. Una motocicleta eléctrica común cuesta entre 15 y 20 millones de VND. Con el nivel de apoyo de 3 a 5 millones de VND por vehículo propuesto por Hanói , la gente aún tendría que gastar entre 10 y 17 millones de VND, una cantidad considerable para ellos, especialmente para los trabajadores comunes y los conductores de mototaxis tecnológicos.
Ciudad Ho Chi Minh cuenta actualmente con aproximadamente 7,4 millones de motocicletas en circulación. De ellas, cientos de miles se han utilizado durante más de 10 años, consumen mucho combustible y emiten altos niveles de contaminación. En el marco de la Resolución 98/2023/QH15 de la Asamblea Nacional, que permite a Ciudad Ho Chi Minh aplicar diversos mecanismos y políticas específicas para el desarrollo sostenible, la ciudad puede implementar un programa piloto para apoyar la conversión de vehículos ecológicos asociados a la seguridad social, tanto como iniciativa pionera como prueba institucional. La conversión de vehículos ecológicos no puede ser una mera campaña administrativa. Debe enmarcarse en una mentalidad integrada con múltiples objetivos: reducir las emisiones, reducir la pobreza y promover una economía verde.
Podemos aprender de las experiencias de grandes ciudades como Seúl (Corea), París (Francia) y Ámsterdam (Países Bajos), países que han adoptado políticas específicas de apoyo financiero para vehículos ecológicos: completamente gratuitas para grupos de bajos ingresos; préstamos sin intereses para grupos de ingresos medios, junto con la recogida de vehículos viejos para su reciclaje. En particular, los países desarrollados siempre mantienen una estrecha coordinación entre el gobierno, los fabricantes de vehículos, los bancos, las aseguradoras y las organizaciones sociales para crear una cadena de apoyo sincronizada. A partir de las lecciones y prácticas internacionales en Vietnam, podemos proponer cinco grupos clave de soluciones. En primer lugar, aplicar el modelo "uno por uno" para hogares pobres, hogares casi pobres, personas mayores solas y familias con políticas difíciles. El Estado recompra vehículos de gasolina viejos y proporciona vehículos eléctricos nuevos de valor equivalente con cargo al presupuesto municipal de forma gratuita, en colaboración con el Fondo Ambiental, el Fondo de Seguridad Social y la participación de las empresas. En segundo lugar, el apoyo es en especie, no solo en efectivo. La modalidad de "regalar un auto" incluye una garantía de 12 meses, carga gratuita durante los primeros 6 meses e instrucciones técnicas de uso; una forma de demostrar humanidad y una mayor eficiencia que el apoyo único en efectivo. En tercer lugar, se implementará un piloto en algunas zonas centrales o lugares con condiciones favorables para el control del tráfico y la infraestructura de carga. En cuarto lugar, se desarrollarán políticas financieras verdes: préstamos preferenciales con cuotas al 0% de interés del Banco de Política Social para personas de ingresos medios. En quinto lugar, se integrará la conversión de vehículos ecológicos en otras políticas, como el apoyo a la subsistencia, la formación profesional, la reducción de la pobreza y el desarrollo rural.
Toda política exitosa requiere acompañamiento, no imposición. Las personas, especialmente los grupos desfavorecidos, solo pueden confiar y participar si encuentran la política cercana, práctica y verdaderamente beneficiosa. De lo contrario, prohibir los vehículos de gasolina o exigir cambios de vehículo se convertirá inadvertidamente en una "migración involuntaria" fuera del centro urbano de quienes no pueden permitirse cambiar sus vehículos. Por lo tanto, la exigencia actual del gobierno de Ciudad Ho Chi Minh no es solo promover la ecologización, sino también hacerlo de forma responsable, justa y humana. Ese es también el espíritu principal de la Resolución 98, que no busca únicamente objetivos de crecimiento o ambientales, sino armonizar los intereses económicos, sociales y de las personas. Una ciudad moderna y civilizada no solo se mide por indicadores ambientales, sino también por la forma en que la sociedad apoya a los desfavorecidos, para que nadie se quede atrás en el camino del desarrollo.
Fuente: https://www.sggp.org.vn/chuyen-doi-xanh-phai-bat-dau-tu-nguoi-yeu-the-post805753.html
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