El parlamento de Kirguistán acaba de aprobar una decisión para cambiar la bandera nacional.
La bandera nacional de Kirguistán ha sido, desde hace mucho tiempo, un círculo amarillo sobre fondo rojo. Seis franjas rojas lo intersecan, y su borde está formado por cuarenta franjas amarillas sinuosas. Estas cortas franjas amarillas están separadas del resto del área amarilla por un círculo rojo. Durante mucho tiempo, el pueblo kirguiso ha elegido esta imagen de la bandera nacional porque se considera un símbolo del sol en la estepa. Las seis franjas rojas que atraviesan el círculo amarillo representan la imagen de las tiendas tradicionales de los nómadas en la estepa. Esta explicación parece muy razonable y fácil de entender para quienes no la conocen. En consecuencia, la bandera nacional representa de forma muy específica y clara algunas de las características e identidades de Kirguistán.
Para el pueblo kirguiso, el sol es fundamental en la vida de las personas, está muy cerca de ellas y les brinda muchas cosas. Lo consideran fuente de vida y la personificación de la prosperidad, la riqueza, la abundancia y la felicidad. Así ha sido durante muchos años para la gente de este país.
Ahora, el parlamento kirguiso ha decidido cambiar la apariencia de la bandera nacional. Todo permanece igual, excepto las 40 franjas amarillas que ondean en el exterior. En la nueva bandera nacional, ya no ondean, sino que son rectas y puntiagudas. Los parlamentarios que abogaron por este cambio afirmaron que la bandera nacional debe cambiarse para evitar que se malinterprete que la imagen que luce no es el sol, sino un girasol. El país puede tener una flor nacional, pero el girasol no es el sol y no puede reemplazarlo en la percepción y expectativa de una imagen simbólica de prosperidad y desarrollo. La diferencia entre la antigua y la nueva bandera nacional es muy pequeña, tan pequeña que quienes no prestan atención y son notados pueden no ser capaces de distinguirla a primera vista, pero el significado es completamente diferente.
Algunos piensan que los diputados son demasiado supersticiosos. Otros dicen que son tan espirituales que llegan a ser fanáticos. Tampoco faltan quienes simpatizan con la idea de "cambiar la bandera nacional para inaugurar una nueva era" para Kirguistán. Que sea correcto o incorrecto, estar de acuerdo o no, depende de la percepción e interpretación de cada persona.
Desde una perspectiva cultural e histórica, este cambio en la bandera nacional debe evaluarse desde una perspectiva diferente. La pregunta es si la nueva bandera nacional representa ahora la imagen del sol, cuando hasta ahora no era el sol, sino solo un girasol, o si la antigua bandera nacional aún representa la imagen del sol, pero puede confundirse fácilmente con un girasol. Si no se pueden responder estas preguntas, será inevitable que tengamos que reconsiderar, e incluso reescribir, la historia cultural del país. El deseo de un nuevo período de desarrollo próspero para el país es muy legítimo, pero la historia, la cultura y la sociedad de una nación no surgen de repente, sino que tienen un proceso de desarrollo, orígenes y raíces, identidad y características.
Por lo tanto, el cambio de la bandera nacional de Kirguistán es, en nombre, sólo una modificación para ayudar a distinguir claramente entre el sol y el girasol, pero en esencia, es una decisión política que crea un hito especial en la historia, la cultura y la sociedad.
Thuc Linh
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