Esta tendencia refleja la creciente demanda de los estudiantes chinos por la educación asiática, en medio de un entorno geopolítico complejo y políticas de inmigración diversas.
La Universidad Tecnológica de Nanyang (NTU) y la Universidad de Gestión de Singapur (SMU) anunciaron recientemente la apertura de numerosas especializaciones en mandarín, lo que marca una tendencia en la educación en este idioma.
En concreto, la Escuela de Negocios Nanyang de la NTU lanzará un programa de MBA ejecutivo en chino en octubre de 2025. Esto se considera una ampliación del programa en chino que existe desde 2005 y que atrae a unos 50 estudiantes cada año.
Además, la NTU también ofrece cursos en chino en los ámbitos de la administración pública, las empresas emergentes tecnológicas y la medicina tradicional china. La SMU hará lo propio en enero de 2026 con el primer programa EMBA impartido íntegramente en chino.
Los expertos afirman que esta medida ofrece numerosas ventajas. Según el profesor asociado Jason Tan, del Instituto Nacional de Educación de la NTU, China es actualmente el principal país de origen de estudiantes internacionales del mundo. Singapur, con sus matrículas competitivas, su prestigioso entorno académico y su ubicación geográfica privilegiada, se ha convertido en una opción muy atractiva.
Sin embargo, esta tendencia también ha suscitado críticas. Algunos observadores advierten que centrarse demasiado en los estudiantes chinos podría reducir la diversidad académica y afectar la identidad educativa de Singapur, famosa por su sistema de enseñanza en inglés. El profesor Philip Altbach, de la Universidad de Boston en Estados Unidos, afirmó que la NTU y la SMU ya gozan de un gran prestigio por sus programas de enseñanza en inglés, por lo que la razón para expandirse al mandarín no resulta del todo convincente.
Además del problema de la calidad, también existe el desafío de la integración social. Aprender en un entorno exclusivamente chino puede reducir la motivación para practicar inglés, lo cual es fundamental para la integración en la sociedad singapurense y en el mercado laboral global.
“Los programas impartidos en mandarín tienden a ser menos diversos en términos de etnia y nacionalidad de los estudiantes, lo que puede limitar las oportunidades de los estudiantes chinos para interactuar con la comunidad internacional en Singapur”, dijo el profesor asociado Terence Ho, de la Universidad de Ciencias Sociales de Singapur.
Esta expansión demuestra la flexibilidad de Singapur para adaptarse a la demanda internacional y aprovechar las oportunidades económicas derivadas de la afluencia de estudiantes chinos. Junto con los beneficios financieros y de reputación, las preocupaciones sobre el equilibrio, la integración y la calidad de la formación seguirán siendo problemas a largo plazo para las universidades.
El profesor asociado Terence Ho, de la Universidad de Ciencias Sociales de Singapur, destacó: “Los programas de enseñanza del idioma mandarín pueden ayudar a Singapur a aprovechar el creciente mercado educativo de China, al tiempo que fortalecen los lazos entre los pueblos de ambos países”.
Fuente: https://giaoducthoidai.vn/dai-hoc-singapore-mo-rong-dao-tao-tieng-quan-thoai-post748600.html






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