
Una tarde, cuando todo había terminado, salí tranquilamente al pasillo y me encontré con el director. Enseguida entablé conversación: «Quiero escribir una crítica de canciones populares al estilo de la columna "Historias Grandes y Pequeñas", que suele firmar el Herrero en el periódico Nhan Dan. ¿Le parece bien?». El director, apasionado por su trabajo y muy serio, me respondió con entusiasmo: «Sí, si puedes hacerlo, estupendo. Adelante, ya veremos qué tal».
Como me gustaba esta columna, ya había trabajado en algunos artículos y enseguida le leí el primero. Era el artículo «Las ocho horas de oro», que criticaba la forma de trabajar formal, ineficaz y una pérdida de tiempo. Las primeras líneas eran: Llegó puntual a la oficina / Una taza de té, un cigarrillo para hablar de asuntos personales / A las ocho echó un vistazo a su alrededor / Hojeó el periódico para ver qué capítulo / A las nueve salió tambaleándose … Tras escuchar el artículo completo, me dijo contento: «¡Está bien!». Luego me preguntó el nombre de la columna…
Por un momento pensé: «Llamemos a esta columna "Recordatorio de Rimas", es ligero y no se confunde con otros periódicos». Tras escuchar mi presentación, aceptó de inmediato y me asignó la tarea. ¡Deberías tomar la iniciativa para impulsar esta columna y crear un equipo colaborativo!
Inesperadamente, el primer artículo se publicó justo después de su publicación, y recibí comentarios. Fue durante un descanso; subí al tercer piso con algunos compañeros del Departamento de Ciencias y Educación. Uno de ellos me dijo: «¡Tu periódico publicó un artículo de alguien que habló mal de nosotros! ¡Qué asco!». Luego se rió, una risa que era a la vez alegre y la de quien se equivoca. Lo escuché, con el corazón lleno de alegría, pero no me atreví a revelar que yo era el autor.
Y así, número tras número, año tras año, la columna «Recordatorio de Rimas» persistió. Atrajo cada vez a más colaboradores que escribían artículos. El contenido abarcado era cada vez más amplio y variado, incluyendo los aspectos negativos de la vida cotidiana. El lenguaje de la columna siempre mantuvo un tono humorístico, ingenioso y agudo, contribuyendo a la lucha contra los malos hábitos.
La columna «Recordatorio de Rimas» lleva publicándose casi 50 años, desde el primer artículo que escribí en 1976 o 1977. Durante este largo recorrido, desconozco cuántas generaciones de colaboradores han escrito para ella. El nombre de la columna ha cambiado varias veces, pero al final siempre volvió a ser «Recordatorio de Rimas». Se ha convertido en una sección única del periódico, una «especialidad» muy apreciada por muchos lectores.
HA KHANH NGUYENFuente: https://baohaiduong.vn/gan-50-nam-mot-chuyen-muc-luon-dong-hanh-cung-to-bao-414062.html






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