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Miguel Palencia (centro) y Roberto Carlos, Marcelo, dos ex jugadores famosos del Real Madrid. |
Hay historias de fútbol que no se tratan de goles ni trofeos, sino de choques que destrozan a las personas y las obligan a empezar de cero. Miguel Palencia es una de ellas. Un talentoso lateral derecho de La Fábrica, que una vez abrió la puerta del vestuario de los Galácticos y convivió con Zinedine Zidane, Ronaldo, David Beckham, Luis Figo o Iker Casillas. Pero una sola frase lo catapultó del cielo a la tierra sin frenos.
Palencia creció soñando con el Real Madrid. No se quedó al margen y realmente rozó la gloria entrenando con leyendas, sentándose junto a Casillas en el autobús y recibiendo comentarios de Raúl a diario. Se le consideró una pieza potencial en el acuerdo para traer a Sergio Ramos al Bernabéu. A los 20 años, su futuro parecía estar completamente abierto.
Entonces apareció Michel González. Al hacerse cargo del Castilla, Michel no confió en Palencia, sino que le cedió el puesto a Miguel Torres. Cuando Palencia buscó una respuesta, recibió un veredicto contundente: «Olvídate del Real Madrid. Aquí ya no hay sitio para ti».
No había palabras que pudieran reanimar semejante golpe. Palencia tenía solo 21 años, había pasado 13 años en la cantera y, de repente, le cerraron la puerta. Dejó el Real Madrid con una indemnización de 2.000 euros, más una cifra simbólica que una despedida.
A partir de ahí, todo fue cuesta abajo. Se mudó a Bélgica, donde descendió a tercera división. Allí, el fútbol ya no era lo que amaba. No había creatividad ni libertad, solo gritos, presión y dudas. A los 27 o 28 años, Palencia se despidió del deporte que lo había nutrido desde niño. Estaba agotado física y mentalmente.
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Miguel Palencia tuvo una breve etapa en el Real Madrid. |
El golpe más duro llegó poco después. Apenas 18 meses después de debutar con el primer equipo del Real Madrid, trabajaba como preparador físico en un equipo femenino de baloncesto en Coslada, ganando 300 € al mes. Desde el vestuario de los Galácticos hasta las dificultades para pagar la factura de la luz, el contraste lo hizo preguntarse quién era sin la camiseta blanca.
Durante ese oscuro año y medio, Palencia admite que se sintió devastado. Se sentía solo, desorientado y profundamente consciente de que el mundo del fútbol a veces puede ser cruel con quienes crecen en él. Pero fue entonces cuando encontró una salida.
Palencia decidió estudiar Educación Física. Descubrió una nueva alegría al ayudar a otros atletas a mejorar. Con unos ingresos escasos, construyó su propio centro de entrenamiento. Luego surgieron nuevos empleos, la fama regresó y, con el tiempo, se convirtió en una figura habitual en Real Madrid TV, un papel que ha mantenido durante más de una década.
En retrospectiva, la trayectoria de Palencia no es una historia de talento desaprovechado, sino una lección de fracaso y renacimiento. No se convirtió en el lateral derecho que siguió los pasos de Salgado, como se predijo, pero encontró una vida con más significado que cualquier camiseta de fútbol.
En un mundo futbolístico que siempre juzga el éxito con rapidez, la historia de Palencia nos recuerda que las carreras pueden romperse, pero las personas no tienen por qué caer. Simplemente tienen que levantarse de nuevo.
Fuente: https://znews.vn/giac-mo-real-madrid-tan-vo-cua-palencia-post1606204.html








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