En el siglo XVI, cuando las primeras velas de mercaderes portugueses, chinos y japoneses surcaron las aguas del centro de Vietnam, Hoi An pronto se convirtió en una bulliciosa puerta de entrada al mundo . Este antiguo puerto comercial no solo era un lugar de intercambio de mercancías, sino también un punto de convergencia de culturas, industrias y conocimientos marítimos de todo el planeta. Descifrar la antigua ruta marítima que antaño conectaba Hoi An con el mundo es un viaje a la época dorada del comercio marítimo del sudeste asiático, cuando Vietnam desempeñó el papel de puente entre Oriente y Occidente en la era de los barcos mercantes que surcaban los mares.
Entre los siglos XV y XVI, con el debilitamiento de las rutas comerciales de la Ruta de la Seda continental, potencias marítimas occidentales como Portugal, los Países Bajos y España comenzaron a llegar a Asia por mar. Atravesaban el océano Índico, bordeaban el estrecho de Malaca y entraban en el Mar del Este, donde encontraron un punto de escala ideal: Hoi An. Situada en el curso inferior del río Thu Bon, con su estuario y puerto de aguas profundas, y en el centro de la ruta marítima que conectaba Japón, China, el sudeste asiático e India, Hoi An se convirtió en una importante estación de tránsito para los comerciantes internacionales. Antiguos registros portugueses del siglo XVI denominaban a este lugar «Faifo», un destino habitual para los barcos mercantes que transportaban seda, cerámica, pimienta, madera de agar, oro, plata, hierro y acero.

El puerto comercial de Hoi An es considerado el “Singapur de la Asia premoderna”. Foto: Quoc Le.
Durante su apogeo en el siglo XVII, el puerto comercial de Hoi An era considerado el «Singapur de la Asia premoderna». Los mercaderes japoneses lo bautizaron como «puerto de Hoi An» y establecieron su propio barrio con decenas de casas tradicionales de madera, el famoso puente japonés y bulliciosos puestos comerciales. Al mismo tiempo, los chinos fundaron la zona de Minh Huong, construyendo salones de asamblea cantoneses, fujianenses y de Chaozhou, e introduciendo sus propios estilos arquitectónicos y festivales. Asimismo, mercaderes portugueses y holandeses eligieron este lugar para intercambiar mercancías, enviar correspondencia e incluso establecer almacenes. Existen documentos que registran que barcos holandeses de la Compañía de las Indias Orientales hicieron escala en Hoi An para comprar seda cruda y azúcar, mientras que los mercaderes japoneses traían perlas, cobre, espadas y artículos de lujo de Nagasaki.
Las rutas marítimas que conectaban Hoi An con el mundo se extendían desde la costa de Vietnam, pasando por la isla de Hainan, descendiendo por el estrecho de Malaca, hasta el puerto indio de Goa, y desde allí hacia Oriente Medio y Europa. Gracias a esta ruta, los productos Dai Viet aparecieron por primera vez en los almacenes de Lisboa o Ámsterdam. Desde Hoi An, la cerámica y la seda de Chu Dau se embalaban en cajas de madera y se exportaban a Japón, mientras que la plata, el azufre y el hierro procedentes de Japón llegaban al puerto de Faifo para ser distribuidos por todo el continente indochino. Este comercio internacional convirtió a Hoi An en un importante nudo de la primera red comercial global de la humanidad, una red que los historiadores denominan «globalización temprana».

Hoi An sigue siendo un testimonio vivo de una época en la que Vietnam contribuyó a la formación de un mundo globalizado en los albores de la historia de la humanidad. Foto: Quoc Le.
Esta antigua ruta marítima no solo tenía importancia económica , sino que también era una vía para difundir la cultura y el conocimiento. Junto con las mercancías, los habitantes de Hoi An adoptaron la arquitectura japonesa en madera, las técnicas cerámicas chinas y los estilos comerciales portugueses; elementos que se fusionaron para crear la rica identidad de Hoi An, que los visitantes aún pueden apreciar hoy en día en cada tejado, callejón y festival popular. Muchos investigadores creen que fue esta apertura y carácter «global» lo que permitió a Hoi An mantener su prosperidad durante más de dos siglos, a pesar de no estar vinculada al centro del poder real.
Sin embargo, en el siglo XVIII, con la sedimentación del río Cua Dai y el surgimiento de Da Nang como un nuevo puerto militar y comercial, la ruta marítima internacional se alejó gradualmente de Hoi An. La otrora bulliciosa ciudad portuaria se fue tranquilizando, los barcos extranjeros dejaron de fondear allí como antes y Hoi An volvió a ser una apacible ciudad a orillas del río Thu Bon. Fue precisamente este periodo de calma lo que permitió a Hoi An conservar intacto su aspecto de puerto comercial de los siglos XVII y XVIII, y siglos después, este lugar fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Hoy, «descifrar» la antigua ruta marítima que conectaba Hoi An no es solo una historia de arqueología subacuática o de antiguos mapas comerciales, sino también una forma de comprender mejor el espíritu de intercambio e integración que ha caracterizado al pueblo vietnamita durante siglos. En los ríos que antaño reflejaban las siluetas de barcos mercantes procedentes de tierras a miles de kilómetros de distancia, Hoi An sigue siendo un testimonio vivo de una época en la que Vietnam, gracias a su ubicación estratégica y su visión abierta, contribuyó a la formación de un mundo globalizado en los albores de la historia de la humanidad.
Fuente: https://khoahocdoisong.vn/giai-ma-tuyen-hang-hai-co-tung-bien-hoi-an-thanh-cua-ngo-the-gioi-post2149067611.html






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