Es decir, sufrimos una grave escasez de enfermeras, un pilar fundamental del sistema de salud , desde los niveles comunitarios y de barrio hasta los hospitales de última generación. El equipo de enfermería presenta actualmente deficiencias en cuanto a cantidad, estructura y calidad profesional, en comparación con las necesidades reales y el nivel general. En todo el país hay aproximadamente 150 000 enfermeras, lo que equivale a 15 enfermeras por cada 10 000 habitantes. En cuanto a la titulación, casi el 50 % son enfermeras con formación técnica superior, entre el 38 % y el 40 % con estudios universitarios, y menos del 2 % con estudios de posgrado.
La escasez de personal, tanto en cantidad como en calidad, obliga a las enfermeras a trabajar a un ritmo muy intenso, con poco tiempo para brindar cuidados básicos, asesoramiento y apoyo psicológico a los pacientes. Según una encuesta reciente del Ministerio de Salud , una enfermera en la unidad de cuidados intensivos debe atender, en promedio, de 3 a 4 pacientes por turno; en ocasiones, no hay tiempo suficiente para monitorizar de cerca su evolución, proporcionar una atención integral y prevenir incidentes médicos. En algunos hospitales, debido a la falta de personal de enfermería, los cuidados básicos, como el apoyo en la higiene personal, la nutrición y la prevención de úlceras, deben ser proporcionados por los familiares del paciente.
Esta realidad conlleva numerosas consecuencias: supone una carga para la familia del paciente y aumenta potencialmente el riesgo de infección hospitalaria. El personal de enfermería trabaja en condiciones de sobrecarga, con turnos largos y de alta intensidad, mientras que sus ingresos y condiciones laborales no se corresponden con su trabajo; la presión es enorme y prolongada, y el estrés y la fatiga son inevitables. En cuanto a la familia del paciente, una vez en el hospital, casi todos viven en un estado constante de ansiedad, tensión y fatiga. El único objetivo del paciente, su familia y el personal médico es que el paciente recupere la salud y la vida. Pero cuando todos están estresados, al límite, surgen conflictos que, en ocasiones, son incontrolables y sumamente lamentables.
Para solucionar este problema, debemos fortalecer el equipo de enfermería e implementar el objetivo de la Resolución 20-NQ/TW de 2017, que consiste en alcanzar aproximadamente 33 enfermeras por cada 10 000 habitantes para 2030. Es necesario desarrollar estándares y puestos de trabajo adecuados, como base para aumentar la contratación y garantizar la dotación suficiente de enfermeras en los centros médicos. Se debe priorizar la presencia de suficientes enfermeras en departamentos clave como cuidados intensivos, urgencias, neonatología y geriatría, entre otros, para brindar una atención integral al paciente sin necesidad de recurrir al apoyo de sus familiares. Se debe continuar estandarizando los niveles de formación en enfermería, mejorar la capacitación en habilidades de comunicación, habilidades interpersonales y ética profesional, y promover la aplicación de la tecnología en la atención al paciente. Se deben establecer normas que fomenten una mayor proactividad de las enfermeras en la implementación de las instrucciones de atención, promoviendo así su rol profesional. Se deben mejorar los regímenes salariales, las bonificaciones preferenciales y las prestaciones sociales para las enfermeras. Garantizar su bienestar material y espiritual contribuirá a que las enfermeras trabajen con mayor eficacia.
Estas soluciones fundamentales sin duda reducirán la presión sobre todas las partes implicadas en los centros médicos, de modo que todos trabajen juntos con el objetivo de proteger la salud y la vida de los pacientes, y que lamentablemente no se produzcan más incidentes violentos en los hospitales.
Fuente: https://baophapluat.vn/hoa-giai-tan-goc-van-nan-tan-cong-y-bac-si.html






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