Formada a partir de erupciones volcánicas hace miles de años, Aogashima posee un terreno único con acantilados escarpados y un cráter gigante ubicado justo en el medio de la isla.
Hoy en día, el volcán sigue activo, lo que convierte a Aogashima en uno de los volcanes activos de Japón. La última erupción, en 1780, mató a más de la mitad de la población de la isla, y la gente tardó más de 50 años en regresar.
Llegar a Aogashima no es fácil. Los visitantes deben recorrer un largo camino, combinando avión y barco, o bien optar por viajar en helicóptero.
Sin embargo, debido a las duras condiciones climáticas, el número de vuelos a la isla es muy limitado. Por lo tanto, Aogashima aún conserva su intrínseca tranquilidad y agresteza.
La vida en la isla de Aogashima es tranquila y sencilla. Sus habitantes se ganan la vida principalmente con la agricultura, la pesca y el turismo. A pesar de las duras condiciones de vida, la comunidad de Aogashima está unida y se apoya mutuamente. Han construido una vida plena con escuelas, hospitales, oficinas de correos e incluso pequeños restaurantes para atender a los turistas.
Una de las características especiales de Aogashima es su singular cultura tradicional. Sus habitantes aún conservan antiguas costumbres, como los festivales estacionales y los rituales de oración por la lluvia.
En particular, el vino de Aochu, un licor tradicional elaborado con batata y trigo, es un producto famoso de la isla. Su sabor único ha cautivado a muchos turistas.
Para quienes aman explorar y desean disfrutar de un espacio aislado del mundo exterior, Aogashima es sin duda un destino ideal. Y, sin duda, los visitantes deben informarse y prepararse cuidadosamente antes de venir, ya que la vida en la isla es bastante sencilla y carece de muchas comodidades modernas.
TB (según VTC)[anuncio_2]
Fuente: https://baohaiduong.vn/hon-dao-nam-tren-mieng-nui-lua-chon-cu-ngu-cua-nhung-nguoi-dung-cam-nhat-395555.html
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