El Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que el PIB de Vietnam crezca un 6,1% este año, cifra superior a la previsión de la organización en junio.
Tras la consulta regular, finalizada a finales de agosto, los expertos del FMI afirmaron que la economía vietnamita crecerá un 5 % en 2023, a pesar de los numerosos desafíos, gracias a las drásticas políticas del Gobierno. La inestabilidad en el mercado inmobiliario, las tensiones financieras y la fuerte caída de las exportaciones han afectado a la economía.
El crecimiento comenzará a recuperarse a finales de 2023, gracias a las exportaciones y el turismo , así como a unas políticas fiscales y monetarias más flexibles. Como resultado, el FMI prevé un crecimiento del PIB del 6,1% para este año, frente al casi 6% previsto en su informe de junio.
Anteriormente, el banco singapurense United Overseas Bank (UOB) rebajar la previsión de crecimiento El PIB de Vietnam aumentó este año del 6% al 5,9% debido al tifón Yagi. Mientras tanto, el BAD mantuvo su pronóstico de crecimiento en el 6%. El Banco Mundial (BM) espera que esta tasa sea del 6,1%. Vietnam, por su parte, se fijó un objetivo de PIB del 6,5% al 7% para este año.

Los expertos creen que la demanda interna y el sector inmobiliario seguirán recuperándose. Se espera que la inflación se sitúe entre el 4 % y el 4,5 % este año, debido principalmente al aumento de los precios de los alimentos. Este nivel es equivalente al objetivo del Banco Estatal.
Sin embargo, el FMI considera que los riesgos para la economía vietnamita siguen siendo elevados. En los primeros ocho meses de este año, Vietnam obtuvo más de 265 000 millones de dólares por la exportación de bienes, un aumento de casi el 16 % con respecto al mismo período del año anterior. Sin embargo, las exportaciones, principal motor de la economía, podrían disminuir si el crecimiento mundial no cumple con las expectativas, persisten las tensiones geopolíticas o se intensifican las disputas comerciales.
Al mismo tiempo, la atonía de los mercados inmobiliario y de bonos corporativos también está afectando las operaciones de los bancos, socavando la estabilidad financiera. La presión cambiaria podría persistir mientras la política monetaria se mantenga laxa. Según un informe del Banco Estatal del mes pasado, el dong vietnamita se había depreciado casi un 5% frente al dólar estadounidense desde principios de 2024. A principios de agosto, esta tasa había caído al 3,85%.
El FMI evaluó que el Gobierno vietnamita ha respondido con rapidez para estabilizar la macroeconomía cuando el proceso de recuperación pospandemia enfrenta numerosos desafíos internos e internacionales. El organismo también celebró la revisión de la Ley de Instituciones de Crédito, la promulgación del VIII Plan Maestro de Energía y el plan para desarrollar un Sistema de Comercio de Emisiones para alcanzar los objetivos climáticos y promover la seguridad energética. Sin embargo, los expertos recomendaron que Vietnam profundice las reformas y garantice un crecimiento verde e inclusivo a mediano plazo. También es necesario fortalecer la inversión pública y la expansión de la protección social. Es necesario fortalecer el marco fiscal, la elaboración del presupuesto y los procesos de recaudación de ingresos a mediano plazo para apoyar el plan de desarrollo.
De cara al futuro, el FMI considera que las autoridades deben mantener la cautela en la aplicación de la política monetaria y aumentar la resiliencia del sistema financiero. También enfatiza la necesidad de mejorar las herramientas para prevenir y gestionar las crisis bancarias.
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