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Guardiola está realmente indefenso. |
La derrota por 0-2 ante el Bayer Leverkusen en la Champions League no fue una simple derrota para el Manchester City. Fue una señal de que Pep Guardiola, considerado en su día un "genio táctico", está demostrando su incapacidad para liderar al Manchester City a un dominio como el de las dos temporadas anteriores. Desde su selección hasta sus reacciones tácticas a lo largo de los 90 minutos, todo indicaba que Pep estaba perdiendo el rumbo, incluso la capacidad de leer el juego, de leer al rival... fundamento de su fama.
10 Cambios y la ilusión del poder
Inmediatamente después de la derrota por 2-1 ante el Newcastle en la Premier League, Guardiola decidió arriesgarse: cambiar diez posiciones en el once inicial contra el Leverkusen. Solo Nico González conservó su titularidad. No fue una rotación, sino una renovación completa.
Pero muchos cambios no significan el cambio adecuado. Un equipo falto de cohesión, de espíritu competitivo y de moral mostró inmediatamente signos de inestabilidad. En la primera mitad, el Manchester City tuvo el 54% de la posesión y 5 tiros, una cifra relativamente baja en comparación con sus partidos en casa de hace dos años (normalmente controlaban el balón entre el 70% y el 80%, sin dejar respirar al rival).
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Pep metió a Haaland demasiado tarde. |
No había dominio, ni presión constante, ni la imagen de los campeones ingleses que antaño dominaron Europa. Guardiola creía haber "cambiado el juego", pero en realidad solo había creado una versión mucho peor del viejo sistema de juego, un sistema que el Leverkusen podía interpretar, dividir y penetrar fácilmente.
El estancamiento fue evidente cuando Guardiola tuvo que hacer algo que solo había hecho cuatro veces en toda su carrera en el Manchester City: realizar tres cambios al descanso (Rayan Aït-Nouri, Rico Lewis y Oscar Bobb se retiraron, dando paso a Phil Foden, Jeremy Doku y Nico O'Reilly). Pero esta sustitución precipitada no ayudó al Manchester City a jugar mejor. Al contrario, encajaron el segundo gol también debido a una falla sistémica en la defensa de las bandas. Demostró que el problema del Manchester City no era personal, sino la esencia de la táctica, que ya no era un secreto para el rival.
Para salvar la esperanza, Guardiola dio entrada a Erling Haaland y Rayan Cherki a mediados de la segunda mitad. Pero todos los cambios no lograron revertir la situación. No hubo impulso táctico, solo confusión e impotencia.
La desconcertante aparición de James Trafford
Entre las nuevas caras en las que se confía, el nombre más controvertido es el de James Trafford. Elegir a un portero que nunca ha jugado la Champions League, mientras Gianluigi Donnarumma se mantiene en forma, es una decisión que los expertos no comprenden.
No es que Trafford sea tan malo, sino que el momento y el contexto son completamente inapropiados. Guardiola demostró subjetividad al creer que el equipo filial, incluyendo a Trafford, aún era capaz de sumar 3 puntos contra el Leverkusen con la misma facilidad que contra otro representante alemán, el Dortmund. Guardiola olvidó que el Leverkusen había estudiado cuidadosamente la derrota del Dortmund para encontrar una forma efectiva de neutralizar al equipo del Etihad.
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Trafford será el comienzo de convertir el Etihad en Old Trafford |
¿El resultado? Trafford encajó su primer gol con un remate de Grimaldo a un toque a mediados de la primera parte. Poco pudo hacer para detener el disparo de la estrella del Leverkusen desde 12 metros, con una velocidad y trayectoria demasiado difíciles.
El segundo gol también fue difícil, ya que Trafford se dirigía hacia un centro con efecto y tuvo que cambiar de dirección repentinamente. La culpa es del Manchester City por estar tan expuesto por las bandas cada vez que perdía el balón. ¿Quién abrió esas bandas? Guardiola había confundido la formación, provocando la descoordinación de los jugadores.
El propio Trafford debe asumir la responsabilidad. Pero como portero reserva, no se atrevió a gritarles a los defensas para que taparan los huecos. Si hubiera sido Donnarumma, quien era tan bocazas, tal vez las cosas habrían sido diferentes.
Cuando un entrenador utiliza un equipo filial con la creencia de que basta con vestir la camiseta del Manchester City para ganar, cuando confía demasiado en que su equipo está "a otro nivel", este tipo de fracaso es inevitable. El dicho de Sun Tzu: "Conócete a ti mismo, conoce a tu enemigo; cien batallas, cien victorias" siempre es cierto. Pep solo conoce al Manchester City, pero no tiene ni idea de lo que tiene el Leverkusen.
La llegada a Trafford fue solo un símbolo. Un símbolo de Pep experimentando a ciegas, confiando más en su reputación que en su habilidad, y permitiendo que el Manchester City fuera alcanzado, neutralizado y derrotado en el mismo Etihad.
Fuente: https://znews.vn/james-trafford-the-hien-sai-lam-cua-guardiola-post1605979.html









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